Conclusiones personales del Año Sacerdotal
Hoy acaba el año sacerdotal, convocado por el Papa Benedicto XVI, con motivo del ciento cincuenta aniversario de la muerte del santo cura de Ars, que será proclamado patrón de todos los sacerdotes del mundo.
Tres conclusiones apunto aquí cuando el año sacerdotal acaba.
1.- Ha sido un tiempo de gracia para tener muy presentes a los presbíteros de todos los rincones de la tierra. Se han organizado cursillos de actualización teológica y espiritual; se ha revalorizado la vida ministerial del sacerdote en el sentido de ser administrador los bienes espirituales del Señor que son los sacramentos; se ha reflexionado sobre la teología del sacramento del Orden Sacerdotal; se ha profundizado en la vida espiritual de los curas centrándola en Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Y muchos más frutos que el lector tenga experiencia de haberlos vivido.
2.- Ha sido un tiempo para que los curas seamos tenidos presentes en una sociedad, como la española que es como es, donde lo mismo nos elevan a situaciones muy positivas, que nos meten en las calderas infernales de Pedro Botero.
Han sido unos meses muy interesantes. En ellos ha jugado mucho la presencia de los sacerdotes y su misión, en el cine pasado y presente. Se han realizado, por ejemplo, películas como La última cima, que ha arrasado en taquilla y en la geografía de su proyección.
La elevación a los altares de curas como el polaco, capellán del sindicato Solidaridad, que fue matado por el régimen comunista en 1984, ha servido para que mucha gente se entere que los curas tenemos más vertientes positivas que las negativas que el viejo clericalismo español se ha encargado de servirnos en bandeja en los sitios de siempre y por las mismas gentes de siempre.
3.- Esta red de medios de comunicación social en manos de la masonería universal ha metido sus manos para sacar el asunto de los casos de pederastia, creyendo y pronosticando el final de la Iglesia y de modo singular del actual Papa Benedicto XVI, a quien han llegado a pedirle su abdicación y hasta su sometimiento a los tribunales como responsable de los casos concretos sucedidos.
No ha pasado nada. Los tribunales, únicos jueces de los delitos de los que los han cometido han actuado y lo seguirán haciendo. Y nada más.
De todo lo anterior extraigo una conclusión aplastante:
Los curas que estamos con las manos en el arado debemos permanecer entregados a nuestra vocación y misión siguiendo a Cristo hasta el último hálito de vida.
Los laicos tienen por delante la obligación de suscitar vocaciones sacerdotales estén donde estén y sean responsables de su evolución, para que rezando al Señor, éste envíe nuevos obreros al campo eclesial a recoger la mies que siempre es más que los obreros y segadores de recogerla.
Acabo apuntando que este año de gracia de Dios ha contado para considerar y ponderar la presencia sacerdotal en el mundo del ciberespacio. Personalmente puedo testimoniar lo que afirmo. Por lo que doy las gracias a todos y al Señor que nos sigue ayudando para estar aquí en El Olivo hasta que El quiera.
Tomás de la Torre Lendínez
3 comentarios
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Pues si sólo fuera eso, ya habría merecido la pena. pero ha sido más.
Enhorabuena por este año dedicado a usted y a todos los demás curas d ela Iglesia Universal.
Y recuerde (que no soy yo quién para recordárselo, naturalmente, Dios me libre es el Papa):
El Papa llama a los sacerdotes a la oración humilde y la santidad de vida
Que es, en definitiva, a lo que todos estamos llamdos, curas, consagrados y laicos.
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