Un sacerdote fallece victima de un accidente de tráfico
Esta mañana fallecía, sobre las ocho horas, el sacerdote diocesano don Antonio Palomares Fuentes. Caminaba a la parroquia de San Félix de Valois, donde estaba como adscrito para celebrar la Eucaristía. Un vehículo lo alcanzó atravesando el paso de cebra de un semáforo abierto a favor de los peatones, en la Avenida de Andalucía de la ciudad de Jaén.
Este compañero sacerdote había nacido en Santiago de la Espada el 30 de julio de 1930. Cursó sus estudios en el Seminario de Jaén, donde fue ordenado sacerdote el 24 de junio de 1956, por el obispo don Félix Romero Méngibar.
Ha trabajado pastoralmente en la parroquia de la Asunción de Orcera; en la parroquia de Ibros; en San Isidoro de Úbeda; en la Santa Cruz de Baeza; en el hospital Princesa de España; en el monasterio de San Clemente de Jaén, y ahora estaba adscrito a la parroquia a cuyas puertas ha fallecido, y donde se celebrará el funeral de entierro mañana a las 10,30 horas.
Es un excelente sacerdote: fervoroso adorador de la Eucaristía, honrado y devoto hijo de la Virgen Santísima, gran predicador de la Palabra de Dios, confesor de muchas almas que acudían a su búsqueda, y selecto amigo de sus amigos.
Formaba parte de aquellos seminaristas que entraron en el Seminario en plena posguerra y que fueron ordenados durante la década de los años cincuenta. En su ministerio pastoral pasó de ir montado en mulo a atender los anejos de Orcera, a la práctica de montar en moto, y más tarde en un seat seiscientos de aquellos años.
Cuando llegó el Concilio Vaticano II supo adaptarse a los cambios que impuso en todos los órdenes. Lo hizo con fidelidad a Cristo y al magisterio eclesial. Su caracter jovial, su forma contagiosa de reir, le ha creado muchos amigos laicos y sacerdotes. Lo había aprendido de un tío suyo que también era sacerdote en las tierras de la Sierra de Segura, donde está enclavado el pueblo natal de Santiago de la Espada.
Ahora ha fallecido mientras caminaba para la celebración de la Eucaristía diaria. Descanse en paz este sacerdote bueno.
A los lectores les ruego una oración por el eterno descanso de su alma.
Tomás de la Torre Lendínez
6 comentarios
Seguro que Dios ya lo tiene en su seno.
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