La hora de la Misa del Gallo en Roma
Como las redacciones periodísticas están hambrientas de noticias en este largo puente que ya declina, en Roma ha sucedido una muy importante: El Papa ha adelantado la hora de la Misa del Gallo a las 22 horas del 24 de diciembre.
Unos lo han considerado como algo normal dentro de lo que hacía Juan Pablo II con la Vigilia Pascual adelantada de hora. Otros han hecho saltar las alarmas por la salud de Benedicto XVI. Y los peores pensantes han anunciado un cónclave inminente y han pedido listas cardenalicias para comenzar a apostar por el sucesor del Papa.
Darse una vuelta por los varios digitales es para tirarse de risa por los suelos. Los colores e interpretaciones de la noticia son curosisimos.
Mientras, los bien pensantes hemos recordado a tantos compañeros sacerdotes que celebran varias misas del Gallo en la noche del 24 de diciembre. Son los curas que tienen que atender tres o más núcleos poblacionales.
Desde las 20 horas hasta las 24 muchos sacerdotes celebran tres misas del Gallo, y nadie los saca en la primera página de la prensa, ni nadie tira los pies por alto.
Lo hacen porque su misión pastoral, ante la escasez de clero, la ejercen al servicio de las parroquias, que el obispo local les haya encomendado y colocan los horarios de forma escalonada siguiendo el número de habitantes y otros motivos de costumbres locales.
Cuando llegan las 24 horas del dia de Nochebuena inician la última celebración de la misa del Gallo en la parroquia más numerosa, que suele ser donde tienen situada su vivienda rectoral de la feligresía.
Este año, el Papa ha deseado celebrar la Eucaristía a las 22 horas por los motivos personales, pastorales, organizativos, e incluso de conexión en la mañana del 25 para unificar a los muchisímos medios de comunicación que transmiten en directo la Bendición Urbi et Orbe y la correspondiente felicitación navideña a las 12 horas. Y no pasa nada.
Los buitres de siempre están apostados en la terraza de la columnata de Bernini observando si sus predicciones de malos augurios se van a cumplir.
El consejo que les doy es que se busquen algún refugio techado, pues el frio y humedad de la noche romana con el Tiber al lado les puede constipar.
Tomás de la Torre Lendínez
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