El apostolado de la opinión
Me veo forzado, aunque con enorme gusto, a robarle un rato al estudio en este duro periodo de exámenes para responder justamente el elogioso artículo que D. Jorge González Guadalix nos ha dedicado a los sacerdotes que formamos La Sacristía de La Vendée (él incluido, junto al P. Javier Olivera Ravasi). Lo justo es que se lo responda con un enorme agradecimiento. Lo podría haber hecho simplemente con un comentario en su blog, pero he pensado que era mejor hacerlo compartiendo una breve reflexión al hilo de sus palabras.
La Sacristía de La Vendée se define como «tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria» y, por el momento, no es más que eso: un grupo de sacerdotes que se reúnen a conversar desde una perspectiva de reacción a la revolución, siempre enemiga de la Fe y la Tradición. En los comentarios del artículo de D. Jorge se preguntaba un amable lector por qué referirnos a «La Vendée» y no a algún movimiento contrarrevolucionario de carácter hispano. Aunque algunas veces lo hemos explicado, y queremos hacerlo en breve de forma más abundante, queríamos rendir un homenaje a los primeros que se enfrentaron valientemente a la Revolución, perdiendo sus vidas por la causa de Cristo. Y lo mismo que el mal pestilente de la Revolución se extendió desde Francia, también en Francia nació así la contrarrevolución católica y tradicional.
La opinión pública en la Iglesia
Dejando esto aclarado, me refiero al punto sobre el que quiero reflexionar. Dice D. Jorge que «para los sacerdotes que se reúnen en la sacristía de La Vendée no está siendo fácil». En realidad, en la Iglesia las cosas no son fáciles para cualquiera que se atreva a dar públicamente su opinión si lo hace en fidelidad a lo que ya el Papa Pío XII estableció como postura justa y equilibrada en la formación de opinión pública católica. D. Jorge lo sabe muy bien, por experiencia propia.
Esto de la opinión es algo muy interesante y delicado. De por sí, la opinión es un grado más bien bajo en cuanto a la certeza con la que se afirma algo. Cuando la Iglesia ejerce su facultad magisterial, por ejemplo, no se dedica a dar opiniones (vamos, no debería dedicarse a ello), sino a afirmar claramente cuál es la verdad de la fe y la moral, con seguridad y contundencia. La opinión entra cuando ante dos o más posturas entre las que no se puede decir algo con seguridad absoluta, se defiende una de las posturas con argumentos que tratan de convencer o persuadir, dado que no se puede demostrar.
Pero, claro, aunque el Magisterio normalmente se guarda de defender opiniones, ¿puede (y debe) existir la opinión pública en la Iglesia? Mi postura, siguiendo las enseñanzas de Pío XII, es que sí. Sobre este tema escribió, hace ya bastantes años, Luis Fernando Pérez Bustamante, defendiendo precisamente la existencia de una plataforma como Infocatólica. Ahí es donde cita un clarísimo discurso del Papa Pío XII sobre la prensa católica y la opinión pública.
Además de defender la necesidad de la existencia de la opinión pública en la Iglesia, y el bien que supone para ésta, el Papa señala cuál es la postura católica en este tema. La frase es clarísima y vale para aquel tiempo y para el actual: «el publicista católico sabrá evitar tanto un servilismo mudo como una crítica descontrolada». Es decir, el que cree opinión dentro de la Iglesia no ha de buscar principalmente agradar, ni a la jerarquía ni al común de los fieles, ni llegar a un punto de que la crítica (que forma parte necesaria de la opinión) llegue a dañar a la Iglesia.
Habría, por tanto, tres posturas en este tema: la del que se dedica a dar gusto a algún sector, normalmente el sector episcopal; la del que se enroca en la crítica que destruye y daña a la Iglesia; y, por último, la del que, huyendo de ambas posturas, busca iluminar la verdad en aquellas cuestiones en las que caben opiniones legítimas, defendiendo una postura frente a otra con argumentos convincentes. Ya les anticipo que los que realmente sufren en la Iglesia de hoy son los terceros, mientras que los primeros son premiados por los halagados y los segundos son temidos y, por tanto, respetados.
El apostolado de la opinión
Quedaría por responder una última cuestión. ¿Puede un sacerdote dedicarse a la opinión pública en la Iglesia? No creo que haya una respuesta definitiva así que, curiosamente, nos movemos dentro del campo de lo opinable y, como defiendo que sí se puede, voy a defender precisamente esa opinión.
No hay, que yo sepa, ninguna prescripción en el Código de Derecho Canónico que impida a los sacerdotes seculares dar libremente su opinión. Lo único que se pide es que se sometan a censura, es decir, que se enmienden cuando sus posturas vayan en contra de aquellas cosas que no son opinables.
Podría decirse que es peligroso que un sacerdote, que tiene como misión enseñar aquello que enseña la Iglesia, mezcle esas enseñanzas con opiniones. Yo creo que ese peligro se evita fácilmente distinguiendo claramente qué es enseñanza segura de la Iglesia y qué es opinión, además de cuidando los ámbitos en los que se desarrollan ambas actividades. Ahí es donde entran, precisamente, medios como Infocatólica, que no tienen como objetivo principal exponer el Magisterio definitivo de la Iglesia. En un medio de opinión como éste, uno puede encontrarse, ciertamente, una defensa del Magisterio de la Iglesia ante los enemigos de dentro y de fuera. Por ejemplo, creo que aquí hemos realizado una defensa excelente de la verdad de lo que la Iglesia enseña ante las interpretaciones heterodoxas de Amoris Laetitia. Pero es claro que estamos en un ámbito de opinión, donde no pretendemos condicionar el juicio definitivo de la Iglesia sobre tal o cual tema, y donde nos atenemos siempre a tal juicio en última instancia.
Entonces, sí, creo que un sacerdote puede desarrollar tranquilamente un, vamos a llamarlo así, «apostolado de la opinión». Tomo esta expresión de una indicación muy interesante que nos hacía José Francisco Serrano Oceja en el último programa de La Sacristía de La Vendée cuando nos hablaba del «apostolado de la pluma», ejercido especialmente por un sacerdote de la primera mitad del siglo pasado, Rufino Aldabalde, y al que siguieron tantos otros. La expresión «apostolado de la opinión» no creo que sea original. Me suena que ya la había usado antes, al menos, san Josemaría Escrivá.
Terminando esta reflexión, recuerdo un artículo de hace más de un año, firmado por Miguel Ángel Quintana Paz, con el que hace tiempo tuve algún encontronazo (relacionado lejanamente con este tema), que se resolvió afortunadamente gracias a que es una excelente persona. En ese artículo se preguntaba este agudo filósofo: «¿dónde están (escondidos) los intelectuales cristianos?». Como él mismo constataría un año más tarde, toda la discusión que levantó su escrito quedó al final en agua de borrajas, y eso a pesar de que despertó interés en algunos obispos, como D. Luis Argüello.
No se refería Quintana Paz directamente a los sacerdotes, aunque echando la vista atrás a la Historia de la Iglesia, el grupo de sacerdotes que podríamos considerar intelectuales es muy abundante. ¿Quién no consideraría, por ejemplo, al Papa Benedicto XVI como un intelectual? Pero hay un problema: a los intelectuales les suele gustar opinar, porque el camino de la inteligencia no se mueve, normalmente, a través de la seguridad de las proclamaciones dogmáticas. Es más, para llegar a esas proclamaciones las más de las veces ha habido un largo camino de opinión, en el que, por la propia naturaleza de la opinión, caben perfectamente los errores.
Erróneamente opinaba Santo Tomás que la Virgen no había sido inmaculada desde su Concepción. Sus adversarios defendían la opinión contraria, aunque con argumentos bastante poco eficaces. El tiempo daría la razón a los adversarios, pero precisamente desde los argumentos de Santo Tomás. Sin la opinión habría sido difícil que hoy podamos alegrarnos de la proclamación de este dogma. Santo Tomás, por tanto, también ejercía el «apostolado de la opinión».
Muchas veces se me ha advertido que atreverme a dar mi opinión en público, especialmente cuando esa opinión no es del gusto de “los que mandan", puede acarrear serias consecuencias. Un apostolado como éste, para el bien de la Iglesia, que lleve impreso en sí la persecución y el sufrimiento por la Verdad, no puede ser infecundo y estoy muy orgulloso de ejercerlo, aquí y en La Sacristía de La Vendée. Y mucho más si estoy acompañado de sacerdotes tan excelentes como mis amigos tertulianos.
28 comentarios
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FJD: Me alegro de que usted haya aprendido algo. Felicidades.
Pertenezco a una Asociación que era grande, la más grande en número de miembros, y fue mortalmente dañada en los 60 (por nosotros mismos, el 'espíritu de concilio' solo vino a rematarnos). Y escucharles me hace entender muchas cosas.
Estoy deseando ir a conocer al P. Gabriel a la feria del libro del libro para que me firme su libro y darle las gracias en persona.
El programa solo tiene un fallo imperdonable. No puedo tomar miel y eso hace que no sea un Vandeano completo (seguidores sabemos de qué estoy hablando).
Muchas gracias y que Dios les bendiga.
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FJD:
Comer miel La Virgen de Extremadura no es conditione sine qua non para ser un Vandeano completo, no se preocupe. Nunca podremos estar suficientemente agradecidos a las personas que nos siguen.
En otro orden de cosas, ¿podría Ud. explicar eso de que su obispo le "prohibió seguir estudiando"? Sin saber detalles, he de contener una opinión inicial, pero no suena bien. En cualquier caso, al principio del post, de hecho, dice Ud. que ahora mismo está estudiando, con lo que parece que la cosa acabó bien.
Saludos y mucho ánimo con la tertulia.
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FJD: Corregido. Que Dios se lo pague.
Ahora mismo tenemos otro obispo, gracias a Dios. Aunque la persecución no cesa.
Gracias también, por haber cortado definitivamente al troll magisterial providence, que ya nos estropeó bastante todo el tema de la sinodalidad de
Bruno.
Que Dios les bendiga a todos.
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FJD:
Avisamos que la firma fue suspendida. Será posiblemente el 10 de junio, pero lo avisaremos en el programa.
Dios les bendiga y les guíe para hacer mucho bien a las almas🙏
No había reflexionado sobre la cuestión de la eventual licitud de la anticoncepción no abortiva fuera del acto conyugal. Gracias también por haberme enseñado esto ¡como opinión católica! sin duda sujeta al juicio definitivo de la Iglesia.
No me ha extrañado la pertinacia desorientada de su contradictor. Baste decir que, con ocasión y sin ella, es aficionado a afirmar que todo en el Catecismo de la Iglesia Católica (¿el de 1992? ¿el de 1997? ¿el de 2018?) pertenece nada menos que al magisterio ordinario universal y es por ello íntegramente infalible e irreformable (aunque de hecho ya se haya reformado dos veces, y las que vendrán). Con el potísimo argumento de que en su elaboración fue consultado por Juan Pablo II con el episcopado mundial. En fin, un teólogo eminente comparable al cardenal Billot ¡cielos, francés! Digamos mejor a nuestro cardenal Juan de Lugo.
La Sacristía de la Vendeé fue un feliz descubrimiento durante mi convalecencia a principios de año tras mi paso por la UCI.
Mí situación me permitió ir viendo los programas por partes (no siempre es fácil disponer de dos horas y pico seguidas). Y el ver los programas de enero y febrero me fue llevando a otros anteriores (muy interesantes los del Anticristo).
Mi esposa y yo somos ya seguidores asiduos. Hasta hemos encargado tinajitas de miel La Virgen de Extremadura personalizadas para la boda de uno de nuestros hijos.
Merece la pena su esfuerzo, porque realizan una labor encomiable. Evidentemente, es una pérdida para la Iglesia Diocesana mantenerlos en el exilio. Pero eso no es responsabilidad de ustedes. Ni mía.
Que Dios los bendiga.
Antonio Espíldora García
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FJD: Precisamente cuando comentábamos hace poco la cuestión de Cáritas, yo indiqué que el tema de la calidad de los cargos en la institución dependía mucho de las diócesis. Y, lógicamente, pensaba en que hemos tenido un gran director de Cáritas Diocesana en Toledo. Gracias por seguirnos.
Da igual. Dios no se va a quedar sin testigos. Y si tapan la boca a unos, otros hablarán. Y si no, hablarán las piedras.
Aún así, hay apostolados que no duran toda la vida. Y toca a cada cual discernir cuál es la voluntad de Dios para cada etapa de su vida. A veces hay silencios muy fructíferos porque van acompañados de oración y cruz.
En la Sacristía de la Vendeé se puede escuchar a sacerdotes normales hablando, con sentido común y de forma culta, de temas siempre interesantes. Hoy, eso es un lujo.
Los hombres necesitamos saber que no estamos solos. Es una exigencia psicológica de nuestra naturaleza. De lo contrario, es muy fácil dudar de si no será uno el que está mal. Por ese sólo motivo, su iniciativa es providencial.
Dios y la Virgen Santísima los guarden.
¿ Es posible que la píldora del dia despues de ahora sea distinta de la de 2013 ?
Por otro lado, copio esta información de la pag. Clinicasabortos.mx
" ¿ El lavado vaginal después del sexo evita el embarazo?
Muchas mujeres después de tener relaciones sexuales sin el uso de ningún método anticonceptivo piensan que si se hacen un lavado vaginal está todo solucionado y no quedarán embarazadas. Eso es un gran error porque con el lavado vaginal provocas que los espermatozoides lleguen rápidamente al cuello del útero y por lo tanto es más factible la posibilidad del embarazo. Por lo tanto: el lavado vaginal no tiene ninguna utilidad anticonceptiva."
¿ Puede darme su opinión ? Gracias
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FJD:
La idea de que la píldora del día siguiente no es abortiva depende de la teoría acientífica de que el embrión no anidado en el útero no es embrión, sino "preembrión". Es una teoría ideológica creada ad hoc para defender los métodos abortivos y, sobre todo, la experimentación con embriones.
El mecanismo antiimplantarorio de la PDS es similar al del DIU, que también es abortivo.
En cuanto a la ducha vaginal, obviamente tiene poca eficacia, pero tanto Mons. Reig Plá como yo nos referimos a la realizada por un profesional en un centro sanitario.
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FJD: Dado que la opinión es sobre materias libres, eso querrá decir que el Magisterio no se ha pronunciado de forma definitiva sobre el tema. Sobre temas definidos por el Magisterio no cabe opinión. Evidentemente hay puntos del Magisterio ordinario no definitivos que también se deben aceptar con asentimiento. No obstante hay una cantidad enorme de materias opinables.
Les felicito a todos los contertulios y muy especialmente al P Francisco Javier que es la primera vez que le sigo. Felicidades y un abrazo
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FJD:
Entendido. Precisamente por eso, cuando hablamos de sacerdotes que opinan, entendiéndose que sobre materias de su competencia, se presume la capacidad para hacerlo. Es curioso, ciertamente, que hoy día todo el mundo pueda opinar sobre la Iglesia mientras se tiende a negar los sacerdotes la libertad para hacerlo.
Muchas gracias, páteres.
Y gracias por dejar las cosas claras con el tal providence. Ese troll está durando mucho aquí. Que cansino.
Pd: no publique el segundo parrafo si así lo estima. Pero el doble agradecimiento hay queda.
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FJD:
Bueno, en realidad una hora es la tertulia. El programa dura dos. Lo más normal es que la gente se queje por la extensión, no por la brevedad. Pero ya tenemos pensados cambios muy importantes para la próxima temporada.
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FJD:
Para mi bochorno como tomista, tengo ese canal muy abandonado. Pero en cuanto termine los exámenes, lo retomo.
Pero he visto el comentario de Luis Fernando y no puedo parar de reír.
Muchas gracias por proporcionarme ese momento de hilaridad. Hace falta más risa.
Seguiré leyéndole. Los escritos cómicos son muy necesarios.
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FJD: Siga fomentando su sentido del humor. Con un poco de suerte se le quitará la amargura y la soledad e, incluso, tal vez alcance a conocer a Jesucristo.
También llegué a Quaerere Veritatem, vi el video intoductorio, fascinante!. Espero pueda seguir adelante con el canal. Que Dios le bendiga Padre.
Excelente que se ejerza la libre (sana) opinionjon en la Iglesia, pero lo que escucho en la Sacristia de la Vendee es algo mejor, es puro eco del Magisterio.
Ustedes son los herederos de la Hermandad Sacerdotal San Antonio Maria Claret que cuando fui joven , uuuhh (Uhh hace mucho) mediante mi director espiritual Manuel Varona S.J. en fidelidad amigo del padre Alba me ayudo a ser fiel a la Iglesia.
Lo cual fue quizar esponsable de llevarme al Seminario y quiza a tener dificultades ante el progresismo, por las cuales Dios me guio a que mi vocacion era matrimonial y de apostolado seglar.
Ruego a la Santisima Virgen Maria les bendiga para que sigan con su excelente apostolado.
Nota:Soy de Costa Rica, America Central
El texto del gran Papa Pío XII que usted enlaza es muy importante en este tema. En cuanto a la definitiva posición del Magistero sobre algún tema, no es necesario que haya una definición de un Concilio Ecuménico o Papa. Existe la infalibilidad del magisterio ordinario explicado por el Vaticano II en la Lumen Gentium. A mí parecer, estos criterios se cumplen en el caso de la doctrina afirmada por el Papa Pablo VI en ,a Humanas Vitae..
Un alumno se quejó contra mí falsamente acusándome de "no enseñar según la Iglesia". El suspendio todas las materias que hizo conmigo y otros profesores también. Todos los profesores estaban de acuerdo de que no tenía la capacidad intelectual para ser sacerdote. Ya es sacerdote. El obispo ni siquiera habló contigo y estando yo en Irlanda escribió un carta a mi obispo para deshacerse de mi servicio. Había dictado unas 3000 clases, escuchado miles de confesiones etc. Además, como bien sabe, todo profesor ha de hacer un Juramento de Fidelidad ante de iniciar la docencia.
Lamentablemente, parece que no hay justicia en la Iglesia y el Derecho Canónico es papel mojado. Además, a mi parecer, los obispos, a lo largo de los siglos no se han manifestado mucha valentía. Hay algunos notables excepciones como San Atanasio y San Hilario y pocos más durante la crisis ariana. San Jerónimo observó este hecho. También San Muan Fisher que fue el único de los 19 obispos ingleses que se iouso al plan de Enrique VIII. El Papa Liberio no dio el ejemplo que debía. Más adelante, los Padres Capadocios liderados por San Basilio Grande manifestaron gran valentía. El Cardenal Newman observó que mientras los obispos fallaron, los fieles católicos mantuvieron la verdadera fé. He visto en los comentarios que mucho laicos de hoy aprecian la obra que ustedes han venido realizando a través de la Sacristia de la Vendee. Se necesita mucha prudencia para no dar pábulo a la jauría de lobos que están al acecho.
El sabio autor del Eclesiástico afirma que "si vienes a servir al Señor, preparatecpara las pruebas", y San Pedro 1, de su primera carta.
Que el Señor los bendiga y que sigan adelante, pues muchos de todo el mundo hispano han manifestado su alegría al seguir el programa cada semana.
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