Un vistazo a través de la "ventana de Overton" basta para conocer el semblante del mal
Quienes generan políticas públicas deben estar bien enterados de la teoría política llamada “la ventana de Overtorn” la cual consiste en un mecanismo de categorización que sirve al político para determinar la estrategia a seguir para imponer el ideario que dará satisfacción a su sed de poder y a los intereses económicos a los que sirve.
Así de bien enterados como están los políticos tendría que estarlo la autoridad eclesial ya que dicho mecanismo puede ser utilizado desde dentro de la Iglesia para imponer determinadas ideas; máxime cuando, debido a que el modelo de la moral cristiana para muchos católicos es desconocido o ha dejado de ser un modelo aceptado, nos hemos convertido en personas manipulables.
Desde fuera y, me temo, dentro de la Iglesia recibimos el embate de diversas ideologías las que, sirviéndose de la manipulación del lenguaje, pretenden fragmentar nuestro corazón (nuestra conciencia) con el propósito de que la vida y nuestras relaciones carezcan de sentido.
Nunca antes ha se ha visto un señorío ideológico tan brutalmente devastador como el que experimentamos debido a que nunca antes el ser humano había alcanzado tal poderío económico y tecnológico.
Finanzas y tecnología indistintamente constituyen la nueva deidad para un gran porcentaje de los individuos de la especie humana.
Deidad a la que sirven, apenas sin saberlo, aquellos católicos que se proponen activar la evangelización pensando en resultados mensurables antes que en los no mensurables como son la gracia, el arrepentimiento y la reconciliación.
Confiados como están de sus propias fuerzas antes que de la gracia.
Convencidos, como tendríamos que estar, de que el modelo de moral personal tiene su culminación en Cristo, las circunstancias nos exigen tomar posición radical ante el poder del mal que pretende convencernos de que verdad y mentira son intercambiables y que, por ejemplo, tolerancia es sinónimo de misericordia.
A través de la “ventana de Overton” se visualiza fácilmente que es sencillo para cualquiera con poder económico legalizar desde la eutanasia hasta el canibalismo y, para cualquiera con la autoridad que le ha delegado Pedro, conseguir la aceptación de la comunión a los divorciados vueltos a casar, la unión de personas del mismo sexo y hasta el aborto.
No están convencidos? Traigamos al frente algunos hechos:
Existe una clara estrategia. Acaso no resulta clara la intención al publicar la primera relatio y su salida a los medios de comunicación? Acaso hemos olvidado que lo mismo ha venido sucediendo desde el pontificado de Benedicto XVI?
Existe división intra-eclesial. Cuál otro hecho podría ser mayor evidencia del poder del mal que el haber provocado la fragmentación del corazón humano (de laicos y consagrados) incapacitándolo para reconocer a cuál dios sirve verdaderamente?
(Yo, es que veo todo esto desde la ventana de mi ordenador y me espanto, claro, luego recuerdo que el Señor ha dicho que “las Puertas del Hades no prevalecerán” y se me pasa).
El Obispo de Mosul ha llorado. Cuál otro hecho podría ser mayor evidencia del poder de la gracia que la denuncia valiente del mal, el reconocimiento de los pecados y el perdón a los enemigos?
La “ventana de Overton” si no es la más eficaz treta para imponer la mentira (y la muerte) desconozco cuál otro mecanismo lo pueda ser.
Un vistazo a través de la “ventana de Overton” basta para conocer el semblante del mal.