Sobre el sonado caso del padrino gay
En mi país ha sucedido que una persona homosexual ha solicitado ser padrino de bautismo.
El párroco se ha negado por lo que la reacción de la persona fue recurrir a la denuncia pública. De su lado se pusieron la prensa y el lobby homosexualista para presionar al párroco y a su obispo con el fin de que lo aceptaran como padrino. La reacción del lobby y del joven en cuestión fue, incluso, amenazar a la Diócesis con recurrir al papa Francisco para resolver la situación.
El desenlace ha sido que el obispo ha invitado al joven a su oficina para conocer su versión y resolverla de forma razonable tras lo cual, lo que se supo por medio de la prensa y de breves entrevistas a los sacerdotes involucrados, fue que el joven –finalmente- sería padrino.
Ante estos casos existen dos aspectos que deben separarse desde el principio y ser tomados paralelamente en consideración a la hora de tomar una justa decisión:
- El aspecto doctrinal Para resolver el aspecto doctrinal debe considerarse el Derecho Canónico y las enseñanzas de la Iglesia.
- El aspecto político Para resolver el aspecto político debe tenerse en cuenta la presión que el lobby homosexualista ejerce a nivel mundial a través de diferentes organizaciones para, poco a poco, imponer su tiranía apoyados por la prensa, políticos y personajes de la vida pública.
Los párrocos pero, principalmente los obispos, tendrían que procurar estar muy al tanto de todas estas cuestiones no vaya a ser que sirvan de instrumento para que se imponga a los católicos la Ideología de Género que vendrá, sin lugar a dudas, acompañada de persecución religiosa.
Deberán, además, tener claro que su decisión tendría que privilegiar la salvación del alma de los involucrados como a la vez dejar muy clara su oposición a la presión política que pretendan ejercer sobre la Iglesia con el fin de hacernos pasar por sobre el Derecho Canónico y las enseñanzas de Cristo.
Por lo anterior es que estos casos demandan astucia y sagacidad. No debemos quedarnos resolviendo únicamente un solo aspecto. Ambos deben ser resueltos de forma contundente para lo que es una exigencia de la fe y de la razón estar informados así como pedir la asesoría pertinente. Ser, además, sumamente escrupulosos en la forma en que respondemos a la prensa.
Muchos somos del pensar que no será nunca suficiente el cuidado que pongamos en velar porque las enseñanzas de Cristo permanezcan intactas, incluso a costa de la reputación de los católicos ante el mundo.
El caso es que la decisión fue tomada y el joven ahora es padrino.
El resultado ha producido gran desconcierto en la mayoría de los católicos a quienes, hasta el momento, no se les ha explicado:
- Las razones canónicas y doctrinales para haber accedido a la solicitud del joven
- Las razones para lo que, en apariencia, fue ceder ante la presión política ejercida por el lobby homosexualista
No nos atrevemos a dudar de las razones del obispo pero requerimos de Su Excelencia conocerlas; ante todo porque sus razones nos servirán para comprender la forma en que hemos de juzgar la realidad de manera cristiana.
Excelencia Reverendísima, Monseñor Ángel Sancasimiro, por caridad, denos a conocer sus razones ya que son vitales para conducirnos como antorchas ante el mundo tal como lo ha sido el padre Sixto Varela cuando, no solo ante el joven por declararse ateo y el lobby homosexualista sino ante la prensa, de primero y con suma contundencia, presentó las razones del Derecho Canónico para, hasta el día de hoy, oponerse a la solicitud del joven.
En ese sentido, esperamos de usted también esa luz; es más, resulta una exigencia de nuestra conciencia el solicitársela.
Quedo de usted, fiel y obediente servidora, quien besa su sacerdotal anillo.