¡Avemaría! ¡Sea por Dios!
De lo delicioso que tiene ser bloguero, pero además uno como yo que no escribe sobre temas específicos ni especializados, es que puedes ser tu mismo a tus anchas. Con lo que tiene eso en sus pros y contras, por supuesto; pero bien, poder ser yo misma y que me acepten o bien me riñan, es para mí una delicia. Eso, aparte de que hablo de lo que es vital para mi existencia como es mi relación con el Señor.