"¿Cuántas perplejidades y aflicciones tendré que soportar?"
Algunas personas me escriben en busca de respuesta a la perplejidad que deriva de tanto que sucede en la Iglesia y en el mundo pero no tengo otra cosa que decir más que lo leído al padre Iraburu (1) : “orar y confiar en la Divina Providencia” ya que, en intimidad con Dios somos regalados con la certeza de que en Jesús, nuestra Esperanza está viva.
El Santo Rosario es parte de tanta oración como la que tendríamos que hacer para que, realmente, “nuestra fe y nuestra esperanza se centren en Dios”
Y es que, ahí nos lleva la Resurrección ya que, no parece que tenga otra finalidad que llevarnos a la certeza de que nuestro centro es en Dios.
Así se nos vino revelando desde tiempos de los patriarcas en tanta figura que se nos fue presentando para que llegásemos a comprenderlas al momento llegado.
Y es que, no parece que sea fácil comprender; existe demasiado asunto que interponemos entre Dios y nosotros para abrirnos completamente a la confianza. Tantísimos, que no se si alguna vez, sin ayuda de Dios, la intercesión de María y todos los santos, lo conseguiremos antes de morir; probablemente será algo para obtener en el Purgatorio.
Ahora bien, digo que el Rosario es fundamental; lo digo porque, desde mi experiencia, se ha vuelto asunto vital.
No creo que pueda dejarlo y, si no pudiera rezarlo, dejaría encargado a la Madre de Dios que tome cada una de mis aspiraciones como un Avemaría; si fuera el caso de que, enferma, no lo pudiera rezar. Tanto así lo necesito y, aunque ahora no lo comprendo, espero confiada en que mis oraciones son, para mayor gloria de Dios, un servicio a las almas por manos de Santa María,
Hace unos días leí las promesas que ha hecho Nuestra Madre a quienes rezan el rosario a diario; son un montón y de una gran belleza y profunda generosidad.
Qué bueno que empecé a rezarlo sin conocerlas porque, es capaz, que lo habría hecho por interés. Qué vergüenza.
El caso es que no fue así y que, aunque ahora las he leído, también las he olvidado y no pienso buscarlas para recordarlo.
Solo quiero estar al servicio de la Señora tal como soy ya que, aunque he sido creada portentosamente también sumamente chirrisquitica. Casi invisible, según alguien quisiera buscarme dentro del universo. De alguno buscarme, yo sería algo así como un quantum del que solo se sabría que existe por sus manifestaciones.
El otro día un científico describió en un gráfico el universo de manera que parecía un fondo color negro con un patrón de pequeñas espirales que representaban las galaxias.
Ya sabemos que las galaxias son gigantescas y que para recorrerlas hacen faltan millones y millones de años. En la vastedad de una sola galaxia está la Vía Láctea y allí, como el más insignificante, el Sistema Solar y allá, todavía menos visible, el planeta Tierra, con todos nosotros dentro.
“Opa! Te encontré, Maricruz!” podría haber dicho aquél que me buscaba.
A esa distancia no sabemos si fue que ya existimos o sí apenas empezará el juego.
A esa distancia no sabe uno ni siquiera qué es el tiempo. Qué podría ser si ni siquiera nada parece moverse o ninguno de nosotros siquiera respirando?
Claro, el universo visto de esa forma lo hace a uno pensar que verdaderamente, siendo que somos tan chirrisquitos, nada debería inquietarnos ya que para existir o dejar de hacerlo, bastaría menos que un clic. .
Por eso es que, tan solo existir ya es una maravilla de la que, en este universo infinito, solo Dios se da cuenta. El se da cuenta.
Pueden creer que toda la atención de Dios, que bien se podría estar ocupando de muchos otros asuntos, está puesta sobre cada uno desde siempre y para siempre?
Por eso que, a quienes consultan sobre cómo enfrentar la perplejidad, les digo que “La enfrento como enseña el padre Iraburu, orando (y rezando el rosario) y, de paso, meditando sobre tantas cuestiones sobre las que Dios me da meditar”.
Les aseguro que la perplejidad se pasa rapidito y todo vuelve a ser alegría y paz, tanto como aquél tercer día de la primera Pascua.
Amen
Les dejo esta preciosa oración a San José.
Oh, San José, elegido para ser el castísimo esposo de María y padre del Niño Jesús, y elevado a condición de Patriarca de la Santa Iglesia. Vos, que sufristeis tremendas perplejidades, vedme por los mismos caminos que anduvisteis porque también estoy en esta tierra para ser probado.
¿Cuántas perplejidades y aflicciones tendré que soportar?
Por los méritos de la perfección con la que enfrentasteis todas las perplejidades y, en especial, la pérdida del Niño Jesús durante tres días, os pido: en mis aflicciones, dadme paz, la serenidad, la tranquilidad y la confianza en Dios que Vos tuvisteis en aquellos momentos.
Así sea.
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(1) El padre José María Iraburu, Director de este portal, ha escrito recientemente una serie titulada “Alegres en la Esperanza“, que he leído con avidez y ya rinde fruto por gracia de Dios. La recomiendo.
8 comentarios
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Fernando Martín,
No ha visto que encuentro tan importante fue ese?
Que hay que pedir la gracia de tenerlo a diario.
También leer en infocatólica tan buenos arículos de opinión, me ayudan a mantenerme firme en la fe.
Gracias a todos los que escribis. Que Dios os siga iluminando.
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Marina,
Cuánta razón! A mí también me hace muy bienvenida a leer a los de Infocatólica.
Solo las que TÚ quieras soportar.
Dios nunca te pedirá que soportes nada que puedas evitar tú misma y que te cause desazón o perjuicio.
El Dios sádico y violento es una falacia medieval
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Sor Cristina, hubiera sido un detalle agradable que hubiese leído el artículito.
Gracias de todas formas y que Dios la ilumine.
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Fernando Martín,
Toda la razón.
En primer lugar, Maricruz, muchas gracias por citar la serie de artículos de D. José María Iraburu, "Alegres en la Esperanza". Reconfortan de verdad, y como "no admiten comentarios", gracias a citarlos tú, puedo agradecerlos a D. José María.
Bien. El Rosario es mucho "Rosario".
Nace gracias a la primera palabra que nos dice la Biblia que pronunció Dios: "Fíat".
Y "Fíat" fue la palabra que pronunció la jovencita esposa de José en Nazaret, como "eco" al Fíat creador del Omnipotente, pero con la grandiosa humilde elegancia de la "esclava del Señor".
Dios dice "Fiat" y crea, y espera a que el Fiat de Santa María, complete y renueve la Creación.
¡OOOOOlééééé!, la Madre de la Elegancia.
Por eso cantamos en este mes:
Venid y vamos todos
con flores a porfía,
con flores a María
que Madre nuestra es....
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Javidaba
Se ha echado una porra usted mismo pero de no haberlo hecho, se la hubiera echado yo.
No sabe cuánto me gusta que le mis lectores escriban mejor que yo.
Ese párrafo suyo sobre María lo voy a conservar.
Muchas gracias.
Cuando nos piden describir a alguien y pensamos adjetivos, como, bueno, generoso, etc, ¿estamos haciendo mal también?
Uf, qué verde me veo. Gracias.
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Estimada Marta de Jesús
Me voy a permitir responderte porque tu pregunta es sobre moral
Lo ideal es no responder a nadie que te pide que describas a otra persona ya que la idea que darás cuando la describas podría ser diferente de la que daría otra persona con la que se relacione.
Evita meterte en esas complicaciones o de meter a nadie más.
Así te evitas hacer juicios que podrían ser equivocados y estar colaborando a que otros obtengan juicio erróneo sobre aquella persona y, sobretodo, estarías cuidando su reputación en un acto de misericordia.
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Marta de Jesús
Se debe a que preferimos prestar atención a los demás antes que a nosotros mismos; a la mala educación y al hecho de que no nos interesa ser Santos y abandonamos hasta el esfuerzo de pedir a Dios la gracia.
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