Son guerreros de Dios, postrados lo declaran en cada Avemaría.
Maricruz T: - “No es por ser buenos que llegaremos al cielo sino porque, en estado de gracia, haremos el bien al modo de Dios. El bien que nos salva es el que hacemos en estado de gracia; de ahí la importancia de evitar el pecado, confesarse y reparar el daño”.
David G: - “Exacto. De ahí la importancia de hacer buenas obras en estado de gracia, por éstas aumentan la gracia”
No creo que nunca se hablará suficiente sobre la gracia que ha sido ver a los varones de rodillas rezando el Rosario a lo largo y ancho del mundo. No será nunca suficiente como tampoco lo se diga acerca de la Gracia de Dios y, por ende, de la Llena de Gracia.
“Ser o no ser santo, esta es la cuestión” es el título del un libro del padre Royo Marín que recién empiezo. Que título tan atractivo! , aunque alguna vez se haya dicho algo parecido, pero no tan significativo.
El libro es un resumen de uno más extenso que escribiera el sacerdote años atrás y de lo primero que menciona es acerca de la determinación a ser santo; cosa que me parece han resuelto esos hombres que se tiraron al suelo a rezar el rosario, como los más pequeños y necesitados.
De deseo de santidad me hablan y yo, o nadie, para qué necesita más para saber que allí sucede algo diferente?
Alguien comentó el otro día que verlos rezar es igual que ver a las mujeres leyendo el horóscopo; es obvio que quien lo dijo lo hizo con mala intención pero, he ahí la cuestión: ni la mala intención le resta un ápice al gesto de verlos unidos rezando al lado de sacerdotes que tampoco se avergüenzan de mostrarse.
Jim Caviezel, el actor de La Pasión, dijo que, para ver algo sobrenatural has de atreverte a perdonar; cierto, pero añado que “para ver lo sobrenatural” solo hace falta vivir en gracia de Dios.
Lo grave es que, tanto han dejado de hablar de pecado que, parece que hubiese dejado de existir pero no, existe y por su causa -cualquiera- hasta quienes reconocemos su existencia, nos podemos condenar.
Por eso, estos hombres de rodillas son declaración de guerra al pecado, son guerreros de Dios y postrados lo declaran con cada Avemaría.
Sin proponérselo, nos dejan ver algo del mismísimo San José y mucho de la Señora María.
Por supuesto, lo vemos debido a la vida en gracia que nos permite reconocerla cuando la tenemos delante.
Es eso “sobrenatural” de lo que habla Jim Caviezel.
Eso que nos conserva unidos con un mismo pensar y sentir.
Ahora deseo mostrarles las fotografías de los hombres de mi país rezando.
Observen bien:
Por cierto, me dijo Alfredo, el organizador que ese día se sintieron muy amados de Dios y de María. Sin duda. Nosotros también. Dice que, además, se pudieron ver a mujeres e hijos que acompañaban a sus esposos, amigos, hermanos, etc. durante el rosario.