El aspecto psicológico en los divorciados que piden la comunión
Unas palabritas simples sobre la comunión para los divorciados vueltos a casar.
Me atrevo a intervenir con estas ideas ya que en maremágnum que ha sido esto no he escuchado que nadie se ocupe de este aspecto que para mi es fundamental dado lo que he leído y mi experiencia con personas en esa situación.
Este es mi razonamiento:
Todo este asunto de los divorciados vueltos a casar para mi es simple.
Me explico.
Es claro que muchísimas parejas se casan por las razones equivocadas en lo que interviene con gran peso el aspecto psicológico.
Ahora bien, se divorcian y vuelven a casar muy probablemente de nuevo por las razones equivocadas donde una vez más interviene con gran peso el elemento psicológico.
Una vez dentro de esta complicada situación esperan de la Iglesia la bendición para comulgar pero reciben una negativa por lo que se rebelan apelando a razones sentimentales; es decir, de nuevo interviene el aspecto psicológico.
Lo que quiero decir es que, si el aspecto psicológico tiene tanto peso en la vida de estas personas, no tiene sentido que por ese motivo la Iglesia cambie la doctrina.
No lo tiene por más sentimientos y emociones que estén involucrados.
Por esa razón para mi tiene poco sentido que nos debatamos en el área teológico-doctrinal sin siquiera prestar atención a que, tanto los que piden la comunión como quienes, con autoridad o sin ella, la reclaman para esos fieles, en el fondo del debate yacen abiertas las heridas emocionales que dichas personas arrastran desde previo a su matrimonio.
Por tanto, la solución sería mantener la doctrina tal como está pero prestar solemnísima atención al aspecto psicológico/espiritual de estas personas.
En este ámbito es que debería estar centrada la acción pastoral en mi humilde opinión.
Supongo que no soy la primera a quien se le ocurre esta idea, pero de mi parte, como blogera, me parece que debía mencionarlo.
14 comentarios
Cuando se recibe un sacramento hay una parte objetiva y una subjetiva.
La objetiva es la Gran Gracia vinculada al Sacramento. La subjetiva está ligada al sentimiento por encima de la Gracia y el compromiso que la Gracia encierra.
No se trata de ignorar los sentimientos ni heridas emocionales de las personas divorciadas vueltas a casar sino de atender esas heridas, y reorientar esos sentimientos conforme a la Verdad expresada por Nuestro Señor Jesucristo.
El evangelio en la Iglesia Católica no está sujeta a democracia, a votos de mayorías para ver que se decide sobre ésta u otra doctrina de Nuestro Señor Jesucristo. El mismo San Pablo nos recordaba en la primera lectura de hoy:
"Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes,
por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!" 1 Co 15, 1-2
Cambiar la Doctrina, sería creer en Vano porque he dejado de ver a Cristo para verme a mi mismo. Dejo de ver lo que Cristo quiere y pide por nuestro propio bien, para ver lo que yo siento y quiero ignorando que será para el propio perjuicio.
Slds y Bendiciones¡
¿Comulgó (de su mano) JUDAS, o no?
(anticipando JESÚS -con anterioridad- la traición de JUDAS y las Negaciones de PEDRO)
; )
Creo que aqui estamos ante una situacion consecuencial pues la situacion original seria no darle caracter sacramental o sagrado a aquel vinculo si aun no se entiende que es una decision vital que va a afectar las vidas de esa familia que se inicia con el sí quiero de dos personas responsables que con toda libertad, voluntad y razón quieren unir sus vidas para siempre, que no es un juego de pasiones ni mucho menos de emociones sino de procurar la fidelidad y la felicidad del otro para siempre
En todo caso la solucion razonable que queda y la intervencion psicologica aqui sí seria de previo para aquellos contrayentes que dudan de su idoneidad para formar una familia y creo que aqui sí que la Iglesia debería conceder este sacramento a los que tienen el privilegio de saber que es uno con una para toda la vida y que el sacramento matrimonial no tiene vuelta de hoja y que el aspecto psicológico no es causal valida para su ruptura.
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Gina, estamos totalmente de acuerdo. Lo que mencionas sobre que no entiendes a qué me refiero con el aspecto psicológico lo podemos conversar tomándonos un cafecito. No tiene mayor trascendencia ya que tengo claro que compartimos la forma de pensar en este tema.
Mejor que ni te enteres de cómo se han puesto los jóvenes tradicionalistas con esto y con lo que podría suceder con C. Burke y C. Ranjith.
Quería preguntarte por el segundo. Del primero sí lo he leido. No así del segundo.
Un saludo en Cristo y María.
Muchas gracias
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Nada, no se ha escuchado nada, David, pero los jóvenes especulan. Eso, nada más.
Pues no.
Cuando una persona está enferma de su "psicología", está enferma del alma. Un divorcio afecta el alma, afecta la psiquis, es un problema que va mucho más allá del soma, del cuerpo y por supuesto mucho más allá de los genitales.
En toda esta discusión de los divorciados comulgando, los más creyentes se limitan a considerar qué hace el hombre y la mujer con sus genitales: si no los usa, está bien, si los usa está mal. ¿Y qué pasó con el alma? ¿Acaso dejó de existir en el momento que la persona tomó la dolorosa decisión de divorciarse?
La aspecto psicológico por supuesto que debe tomarse en cuenta, pero no como "parte" del problema sino como centro del mismo. Si dos almas se unieron válidamente a través del sacramento del matrimonio, allí en medio está Jesús, haciendo todo lo posible por mantenerlos unidos. Es cierto, lo genital es importante, pero no es central. Concentrar todo el tema en lo puramente genital es en la práctica negar el sacramento, negar la Gracia, negar incluso la presencia de Dios en el matrimonio.
Mucho hablar de adulterio, de escándalo, pero nadie -especialmente nadie entre los creyentes- piensa en la enfermedad del alma (antes lo llamábamos "pecado" pero eso ya pasó de moda) que llevó a ese adulterio, y nadie piensa en poner remedio a esa enfermedad.
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Pues sobre eso es que he querido llamar la atención. Aunque usted lo ha expresado mejor que yo, DavidQ. Gracias,
¿Antiguo Testamento (Moral de la Ley) o Nuevo Testamento (Ética del Amor)?
; )
Pablo
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Gracias, Pablo, pero mérito mío no es. Me limito a escribir bajo mis impulsos (impulso de la gracia, tal vez? Pues, ¡a lo mejor!)
:)
Bendiciones,
Saludos cordiales.
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Si, nos hemos dado cuenta pero ya sabemos que eso no es posible. Gracias,
Y que podemos decir a los matrimonios solo por lo civil que uno de ellos no quiere el matrimonio católico pero después de mas de veinte años uno de ellos quiere comulgar?
Agradecida
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