¿Pasaremos de largo de tantos cadáveres?
Cuando de joven pregunté a mi madre si en este remoto lugar del mundo se enteraba del Holocausto judío respondió que de lejos llegaban rumores pero que, a pesar de algunas imágenes que en el cine, antes de las películas trasmitían, todo eso -a ella que era apenas adolescente- le parecía parte de la película, es decir, algo imposible de creer.
De la misma forma que mamá, quien tenía un corazón enorme, una muchedumbre pasó de lejos de aquellos cadáveres tal como están pasando quienes no terminan de creer en las imágenes de mujeres vendidas como ganado o la de los niños, hombres y mujeres decapitados o crucificados por el islamismo.
Es un hecho, además, que existe una mayoría que ni se entera debido a la estratégica selección de noticias que realizan los medios de comunicación.
Sea por las razones que fuere, el caso es que la verdad de los crueles y sangrientos hechos sobre los cristianos en Oriente, no nos subleva; pocos, quizá demasiado pocos, hemos llorado de impotencia al ver tantas vidas, ¡tantos niños!, exterminados brutalmente.
Ahora bien, de la impotencia hemos de sobreponernos de inmediato, porque ya sean los niños cristianos al otro lado del planeta o los que mueren a diario por causa del aborto cerca nuestro, todos ellos, todos, necesitan tener voz.
Si cada uno de nosotros al menos se planteara vivir su cristianismo al nivel de excelencia que conduce su oficio o profesión tendría que concluir que todos ellos necesitan haber pasado por la vida habiendo siendo escuchados.
Por lo que seremos su voz. Cada uno de nosotros lo será.
De qué modo?
Se me han venido ocurriendo algunas ideas:
• Invitar a nuestros vecinos, amigos, familiares y conocidos (sean ateos, krishna, agnósticos o creyentes) a ver algún video sobre el que luego charlarán junto a unos panecillos y un café. Al principio pueden ser tan solo uno o dos invitamos y así hasta que se sensibilicen algunos más.
• Ofrecernos al párroco para crear una sesión quincenal o mensual de video-foro con el mismo propósito, el mismo género de panecillos y café.
• Si en alguno de estos encuentros se generara la idea de convertir aquello en algo rutinario, hemos de invitar a más personas para que, a la larga, se convierta en un grupo de estudio y acción apostólica a lo que nadie ni se le ocurrirá poner obstáculos.
• Si después de algún tiempo alguno de estos grupos decide que es hora de intervenir en debates públicos y en la política, enhorabuena!
• Lo podrán hacer de varias maneras muy fáciles y sencillas: a. escribiendo cartas a los legisladores, b. pidiendo citas para hablar con ellos, c. enviándoles correos electrónicos informativos y breves, d. enviándoles imágenes convincentes sobre el tema en discusión, e. y por qué no, quizá hasta surja la idea de editar una revista o video informativo que tendrá como destinatarios a investigadores, intelectuales, profesionales en salud, legisladores y todo tipo de autoridades del gobierno.
Pues bien, por lo que a mí respecta, en la próxima reunión que tenga con el párroco le presentaré la idea y aprovecho en este momento mi blog para dirigirme a mis paisanos para invitarlos a ver el primer video.
Quien de ustedes considere un imperativo de su conciencia no pasar de largo de tantos cadáveres se anota aquí o en la publicación que haré en Facebook.
Feliz fin de semana. Dios los bendiga.
PIDE NO MANTENER LA ACTITUD DE CAÍN
El Papa cree que estamos ante una tercera guerra mundial «por partes»
Sin criterio católico
Juan Manuel de Padra
5 comentarios
Así pues, la toma de conciencia de ciertos ciudadanos en Costa Rica... ¿de qué sirve en Siria? ¿Se evitará una muerte, un bombardeo, una invasión?
Del mismo modo, se desechan los ancianos, porque "no sirven", y los bebés porque "son inútiles".
Desde aquélla canción tan popular en los 70's, todo el mundo dice "no basta rezar/hacen falta muchas cosas/para conseguir la paz".
¿Resultado? No se reza. Porque no sirve.
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