Mi dios es el dinero pero Dios me quiere santa
Yo digo que comprender el Misterio de la Trinidad resuelve toda división interna y externa desde el momento en que por el Bautismo se me da lo necesario para construir una relación en el Hijo con el Padre a través del Santo Espíritu.
Sobre dicho cambio ontológico la gracia repara y construye la unidad dentro de mí misma así como mi relación de hija insertada en la vida del Hijo con el Padre, mis semejantes y la Creación.
El Misterio de la Trinidad es la médula de la unidad o comunión.
De ahí que, por ejemplo, dependiendo de cómo sea mi relación con el Padre será mi relación con el Hijo y de cómo sea mi relación con el Hijo será la que tengo con el Padre.
De ahí también puedo deducir cuán libremente permito al Santo Espíritu conducirme en dicha relación.
Todo se resume a cuál es y de qué modo vivo la relación que ha establecido la gracia del Bautismo conmigo y la vida de Dios.
Así que, por ejemplo, cuando -tras años de vivir dependiendo económicamente de mi padre el que, faltándome el, flaqueara mi confianza en Dios- supe que mi dios era el dinero y que había construido con él una relación más fuerte que con el Hijo de Dios de tal forma que mi relación con el Padre no debía de andar muy bien y que, por lo mismo, debía poner toda mi confianza en que la gracia repararía dicha relación ya que bajo la condición de duelo y desvalimiento en que había Dios permitido que cayera me encontraba totalmente impotente.
Contemplando el Misterio de la Trinidad es como llegué a darme cuenta de mi idolatría y, aunque fue duro igual que vergonzoso, el Señor ha sido dulce y generoso ya que con bondad de se ha servido de mi humillación para probarme que está conmigo y que nunca me desatenderá.
Si bien mi dios ha sido el dinero, Dios me quiere santa por lo que me ha dejado al descubierto la situación de mi relación con El ante lo que no me ha quedado otro remedio de, con toda sencillez y humildad, mirar porque mi relación con el Hijo y en El con el Padre sea una que conduzca el Santo Espíritu de Dios.
Para que no le suceda como a mí en relación al dinero o hacia cualquier otro de tantos ídolos que nos fabricamos mire de comprender cuál es y de qué modo vive su relación dentro del Misterio de la Trinidad.
7 comentarios
Su dios dinero siempre lo puso con minúscula.
Mientras caminamos por este valle de lágrimas, es grande la tentación de endiosar al dinero, a la orientación sexual, a la filosofía de trabajo o a cualquier otra cosa que nos produce placer.
Pero en el fondo del corazón del cristiano siempre hay un sólo Dios con mayúscula. Sí, es tan triste como que un hombre diga que tiene muchas mujeres pero sólo una Esposa, pero en el fondo hay esperanza.
En este momento yo estoy pasando por una crisis similar a la suya y su confesión me ha caído como un bálsamo y una grave advertencia. Hoy, privado de dinero, me doy cuenta de todo lo que estaría dispuesto a hacer por obtenerlo, y que jamás habría sido capaz de hacer por tener a Dios; a quien no tendría si Él no se me hubiera regalado.
Estos son los días en que cuesta más entender las palabras de Santa Teresa, "nada te turbe, nada te espante... sólo Dios basta". Por favor, siga escribiendo.
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DavidQ, son días de bendición. Pida paz y permanezca en ella. Permita al Señor hacer el resto.
"Lo que serías si te quitaran todo lo que tienes, es lo que realmente eres"
Gran meditación.
Gracias por su testimonio y enseñanza.
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Pues si, aunque no es todo lo que se me ha quitado pero si lo suficiente, veo que no tenerlo ha sido el mayor descubrimiento que pude haber hecho sobre mi misma.
Es una buena obra que el Señor ha hecho conmigo.
Gracias, Almudena.
Quería compartir con usted, y con alguien más si me lee, lo que me ocurrió después de mi mensaje anterior.
Cuando me di cuenta que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por dinero, pero nada por el Señor, decidí cambiar. Y en lugar de salir a aplanar calles currículo en mano, me fui a pasar 8 horas delante de Jesús Sacramentado el martes pasado.
Recé 8 rosarios, dos veces cada serie de misterios. Le agradecí a Dios los años de empleo que me había regalado. Me puse a Su disposición para lo que Él quisiera mandar para mi vida. Le pedí por el trabajo. Salí muy reconfortado, pero ninguna de las solicitudes de empleo que puse tuvieron resultado.
Hoy jueves, fui a saludar a un amigo que tenía 17 años de no ver. Nos habíamos distanciado, por razones tontas y pensé que debía hacer las paces con él.
Lo primero que me dijo al verme fue "quiero que trabajés conmigo en..." y me involucró en un proyecto de negocio que va más allá de mis sueños y expectativas de trabajo, para el que estoy justamente capacitado. ¿Alguien dijo aleluya?
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Yo, yo digo ¡Aleluya!
Pues tal parece, DavidQ, que nos ha dado usted la clave en todo esto.
Bendito Dios y usted que nos la comparte.
¡Aleluya!
A DavidQ darle también las gracias por compartir su experiencia con nosotros y unirme a su alegría y gozo. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!.
Un abrazo.
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