¡Un día feliz será mañana!
Ayer lunes al caer la tarde recibí la llamada telefónica de Martín, un niño de diez años, quien me pidió que le evacuara sus últimas dudas sobre la misa tridentina a la que asistirá mañana con su madre, una amiga de su madre y probablemente también sus hijos. Viajarán desde la zona de San Pedro de Montes de Oca hasta San Joaquín de Flores, es decir, cruzarán la capital de este a oeste, lo que les tomará por lo menos una hora. El caso es que el año pasado se preparó pero no pudo asistir ya que, por razones pastorales aducidas por la autoridad arquidiocesana, no fue posible realizar la celebración.
Tan apasionado es Martín sobre el tema litúrgico y tan escrupulosamente se viene preparando desde entonces que incluso aprendió de memoria y en latín los responsorios del acólito por lo que, para este año, conoce la forma extraordinaria tanto como algunos de los más expertos acólitos que conozco. Me parece, incluso, que se ha pedido hacer la sotana y el roquete; eso lo concluyo ya que, de paso me contó, que es monaguillo en su escuela; probablemente, en las misas de su parroquia, también.
Para mañana miércoles está listo para asistir a misa tradicional. Finalmente, después de tanto esperar, Martín verá plenamente acogido tanto su deseo como su escrupulosa preparación y, no solo el, también el deseo de su madre quien, motivada por el entusiasmo de su pequeño, ha enviado a traer de Guatemala una mantilla de encaje blanco.
Mañana conoceré en persona a Martín, le he pedido que no se me pierda de vista ya que deseo presentarlo con el padre Fryar de la FSSP a quien invitamos como celebrante. Tendré el cuidado de anunciar desde temprano al sacerdote la presentación que haré del pequeño para que el, que tiene un carisma especial con los jóvenes, le anime en el camino del aprendizaje y del servicio.
Un día feliz será mañana: un Obispo costarricense, Monseñor Angel Sancasimiro, de origen español y ordinario de la Diócesis de Alajuela ha acogido con el mayor cariño, jovialidad y respeto la libertad de los fieles costarricenses que hemos venido cultivando el aprecio por la liturgia y, particularmente, hacia el latín, el canto gregoriano y polifonía sacra pero también hacia la forma extraordinaria del rito romano.
Este buen Obispo ha tenido el tino de haber entregado a su Vicario de Comunicación, el padre Sixto Varela, una de las más hermosas y devotas parroquias de su diócesis, en la cual no solo han visto florecer el gusto por la liturgia sino que el mismo padre ha comprobado ser, tal como su Obispo, no únicamente alguien que comprende el Magisterio y la voluntad de Santo Padre sino demostrado ser un consagrado que sabe como hacer efectivo su aprecio por la libertad humana.
Para Martín, su madre, para tantos… ¡Un día feliz será mañana!
El presente aviso ha sido publicado por la Asociación Una Voce Costa Rica quien, dicho sea de paso, fue recientemente acogida como miembro de la Federación Internacional Una Voce.
8 comentarios
Deo gratias, que saca su alabanza de la boca de los ninos de pecho y derriba del trono a los orgullosos.
------------
Tulkas, no te parece que mi hermoso post merecía un muchísimo mejor comentario?
-----------
Bendita libertad!
Bien estaría que recordaran que la plena comunión con el Santo Padre incluye el acoger con obediencia y fidelidad cordial la voluntad del Papa a favor de que los fieles que lo deseen puedan asistir a la Misa según el rito extraordinario.
Los demás... Según. Algunos tienen comunión jurídica (los Austriacos), otros comunión de llevarse bien (los españoles), otros comunión de lengua (los alemanes), otros se creen q Ratzinger esta todavía en los años setenta (los franceses), otros comunión de boquilla (los colombianos)...
Así estamos.
Y, claro, me encantaría contárselo al Papa pero me basta con que Ecclesia Dei lo sepa.
Padre Sixto Varela refiriéndose en facebook a la misa tridentina de hoy y mañana en su parroquia San Joaquín de Flores
Ahora bien, la actual generación de obispos tiene q pasar. POrque lamentablemente son hijos de su tiempo.
Dejar un comentario