De cómo habría sido el Meeting de blogeros si yo hubiese estado ahí
La verdad, miren, tengo que ser franca.
Yo hubiera querido estar en el Meeting pero no estuve y me dio mucha cólera porque hice falta. Si, señor. ¡Hice mucha falta!.
Bueno, primero déjenme contarles la tremenda tontería que hice cuando supe de la invitación. Fíjense lo que hice:
Escribí y dije (así de bruta puedo llegar a ser), dije: “Hello, I am willing to go but I can´t".
Cómo que “aicant”? Of course que “can", pero en ese momento no lo pensé y, digamos que (eso me lo digo para consolarme) digamos que fue por esa tontería que no estuve allí.
Quién sabe? A lo mejor fue así, no? (Digamos que si. Solo para consolarme, jeje)
Pues bien, como les iba diciendo, ese Meeting hubiese sido muy pero muy diferente si hubiese estado ahí por la única y sencillísima razón de que no me hubiese permitido (ni permitido a los demás) un par de cosas:
1. No hubiese permitido que ni un solo blogero esa noche cenara sin compañía.
2. No me hubiese permitido salir de allí sin haber estrechado la mano (y asegurado de aprender el nombre) de los 145 restantes así como la de los moderadores y panelistas.
(Monseñor Lombardi probablemente hubiese estado tentado de llamar por mi causa a la Guardia Suiza, casi que podría asegurarlo)
Eso, sin contar que hubiese hecho hasta lo imposible por romper los círculos de viejos amigos que se hicieron y que ni por un minuto se rompieron (eso lo se porque los observé a través de la cámara del padre Roderick).
Hubiese muy probablemente hecho el ridículo, (conservadoramente) una docenas de veces hasta estar convencida que todos se hubiesen al menos estrechado la mano y dicho su nombre.
Es que digo yo que pa`qué va uno ahí, entonces? Pa´ver a los mismos de siempre diciendo lo mismo? No, qué va…! Uno va al Vaticano a un Meeting de blogeros para hacer lo que uno por excelencia sabe hacer, lo que le apasiona: comunicarse, donarse, entregarse, compartirse… ponerse en juego con todo lo que uno es ante esa realidad.
En fin, el Meeting si hubiese estado allí habría sido muy diferente pero no estuve, por lo mismo, sepan que se perdieron de haberse llevado el “gratísimo recuerdo” de lo que hubiese sido ese Meeting si yo hubiese estado ahí.
Qué le vamos a hacer? Será para la próxima en la que, quizá, si “can"!
5 comentarios
Supongo que en el futuro se celebrarán otros congresos similares, con más plazas, así que ya tendremos todos la oportunidad de asistir.
De todas formas, yo diría que el tiempo fue demasiado reducido como para que pudiera haber mucha interacción entre los blogueros.
Saludos.
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Bruno.
Las plazas para mi no son el problema, lo mio es un asunto de liquidez con el que, por cierto, me llevo bien.
Y pues si, el tiempo fue reducidísimo, un desafío todavía mayor.
Gracias, has sido muy gentil en venir a comentar.
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Mira, no. Anoche estuve pensando que alguna de mis preguntas hubiese sido: Monseñor Celli, padre Spadaro... Cómo se asegurarán ustedes de que al terminar este meeting no salga nadie de aquí sin tener con quien ir a tomar un trago?
Aunque no creas, lo de obstaculizar la salida lo consideré. Quizá hasta hubiese sido el momento ideal para encontrarme entre lo brazos de alguno de la Guardia Suiza. No crees?
Ahora bien, considerando la "universalidad" de los blogueros, no creo que sea indispensable que el próximo encuentro se haga en Roma. Costa Rica está más cerca del "centro de gravedad" del catolicismo en el mundo así que a lo mejor a la próxima le toca ser anfitriona ;-)
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Gaby,
Leíste demasiado rápido y no captaste la onda.
Gracias por pasar a comentar.
Saludos,
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