Tuve ante mis ojos a dos testigos

Caray, he venido pensando en varias cosas en estos días a raíz de dos visitas que tuvimos los de Comunión y Liberación-Costa Rica, una de de ellas -la primera- fue la visita del español Jesús Carrascosa, más conocido como Carras, de quien puedo decir que vive en Roma y que no solo está al tanto de todos los menesteres de Comunión y Liberación en la Ciudad Eterna, sino de todo aquello que está bajo su responsabilidad como Visitor del Movimiento.


La segunda visita, ha sido la del padre Diego Kessler, quien habiendo sido la cabeza de la planificación y Secretario del II Congreso Continental sobre las Vocaciones que se realizó en mi país la semana pasada, se dejó llegar este miércoles a nuestra Escuela de Comunidad dejándonos claro que no se hubiese permitido salir del país sin conocernos. El padre Diego, es un sacerdote diocesano argentino quién conoce el Movimiento desde 1989.

Pues bien, decía que estas dos visitas me han hecho pensar en varias cosas, la más importante es el que en sus personas quedó en evidencia la sencillez, alegría, humildad y hasta la soltura con que se permiten exponer la propia fragilidad estos dos hombres.

Nuestro amigo Stive, de la Escuela de Comunidad, fue quien lo mencionó: Carras no reparó en mostrarse con sus virtudes y defectos, totalmente carente de lo que comúnmente observamos en personas que ocupan puestos de autoridad que es la protección de su imagen. Del padre Diego puede decirse lo mismo.

Escuchándoles hablar me sentía como escuchando a mi hermano de quien muchas veces he sido su confidente, la familiaridad que únicamente muestra quien confía y quien está seguro que no tiene ante su interlocutor nada que perder; actitud que, como dije, por lo regular la hallamos solo entre personas muy cercanas; pero, claro, lo singular del caso es que a Carras lo hemos visto tan solo dos o tres veces (ésta fue la primera vez para mi) y al padre Diego no le habíamos visto nunca antes y lo destacable del asunto es que ambos, desde el primer momento, se abrieron a nosotros –unos completos desconocidos- con soltura apabullante.

En relación a esto, fue –precisamente- el padre Diego quien mencionó una anécdota de don Giuss durante su visita a la ciudad de Córdoba, en la cual -durante una conferencia- uno de los asistentes insistía en hacerle ver que el día anterior había explicado algo de distinta forma. Don Giuss al principio no comprendía cuál había sido su error pero una vez lo hizo sencillamente dijo: - Ah, si, me equivoqué, continuando su exposición sin que nadie –mucho menos él- le diera al suceso la menor importancia.


Teniendo a Carras y a Diego Kessler ante mi comportándose con la misma soltura, considerando -además- que tienen años de estar en el Movimiento me hicieron recordar a Manuela Camagni, la Memore Domini quien, tras treinta años de serlo, murió este año en un accidente de tránsito y que servía en las habitaciones del Santo Padre junto a otros Memores del Movimiento.

Recordando la pesadumbre del Santo Padre por su muerte, caí en la cuenta de que es muy probable que Manuela quizá mostraba una obediencia, sencillez y apertura a la realidad tan novedosas e inusuales como las que hemos reconocido en Carras y Diego Kessler; que quizá por haber hallado en los Memores esas cualidades, el Santo Padre los eligió como miembros de la Familia Pontificia y que, quizá también, por verse privado de improviso de lo que Manuela aportaba como familia suya a sus días es que el Santo Padre se manifestó tan apesadumbrado.

En fin, mi intención es nada más llamar la atención sobre un detalle: Carras, Diego Kessler y Manuela Camagni, para mostrarse -sin censura- tal como son, debieron recorrer un camino en el cual, toda ese cúmulo de ideas preconcebidas que nos impide vernos tal cual somos y es la realidad, se fue desmoronando hasta dejarlos tan vacíos de si mismos que fue posible para Cristo colmarlos.

No le veo otra explicación al Misterio de cuya presencia tuve ante mis ojos a dos testigos esta semana.

Termino con las palabras que Juan Pablo II nos dirigió en 1984 cuando celebrábamos el 30 Aniversario de CyL:

«Jesús, el Cristo, Aquel en quien todo fue hecho y todo subsiste, es, pues, la clave interpretativa del hombre y de su historia. Afirmar humildemente, pero con igual tenacidad, a Cristo principio y motivo inspirador del vivir y del actuar, de la conciencia y de la acción, significa adherirse a Él, para hacer presente adecuadamente su victoria sobre el mundo. Actuar a fin de que el contenido de la fe se convierta en inteligencia y pedagogía de la vida es la tarea cotidiana del creyente, que se realiza en cada situación y ambiente donde está llamado a vivir.

Y en esto está la riqueza de vuestra participación en la vida eclesial: un método de educación en la fe para que incida en la vida del hombre y de la historia […] La experiencia cristiana, comprendida y vivida así, engendra una presencia que pone en cada una de las circunstancias humanas a la Iglesia como lugar donde el acontecimiento de Cristo […] vive como horizonte pleno de verdad para el hombre. Nosotros creemos en Cristo, muerto y resucitado, en Cristo presente aquí y ahora, el único que puede cambiar y de hecho cambia, transfigurándolos, al hombre y al mundo» (Roma, 29 de septiembre de 1984).

3 comentarios

  
Eduardo
Ahora si me entero como viviste la visita de Carras. Saludos.

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Pues pa´que veas! Un abrazo,
11/02/11 9:04 PM
  
Betty Gorla
Un abrazo, yo también,P. Diego, por esa visita que dejó frutos tan grandes! Es muy hermoso saber que te valoran así, como merecés.
Desde "afuera", me alegro de todo corazón por la experiencia que viviste.
Otro abrazo.
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Gracias, Betty, por llegar a dejar tus palabras. Me alegra tanto que me visiten en el blog y que se den el tiempo de participarnos de sus personas. Mil gracias,
08/03/11 3:27 PM
  
Betty Gorla
Hola, Padre Diego, ¿cómo estás? Te mando un saludo muy especial y te pregunto si vendrás por aquí pronto.
Cristina y Andrés me escriben siempre; los veo poco...
Trabajo en el grupo de Liturgia de San Luis Gonzaga, con compañeros dedicados y amables. Extraño a la Virgen de Lourdes, pero se me hizo imposible seguir.Espero con poca -muy poca- paciencia una jubilación que tramité hace años y no llega. Jubilada estaré más libre para viajar, trabajar más...
Que el Señor te bendiga.
Manejo poco estos medios de comunicación porque en algunos casos son demasiado públicos y parece que uno "cuelga su vida" en un tendal casi mundial. Pero me encanta y me alegra mucho saber de queridos amigos!
Contame , si querés, algo de vos.
24/03/11 1:57 PM

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