De onomásticos y hombres viejos
Hoy fue día de cosechar lechugas, también fue día de admitir que soy un verdadero fracaso moderando blogs…
Pero sobre todo eso, ha sido el día en que la liturgia celebra La Exaltación de la Santa Cruz y como este es el día en que he elegido celebrar mi onomástico ya que me llamo María de la Cruz y no puedo imaginar ningún otro día mejor, deseo confesar que hubo un tiempo en que odiaba mi nombre (creo que a muchos nos ha pasado).
De un tiempo para acá, a decir verdad hace ya bastante tiempo, sencillamente, amo mi nombre.
El que me llegara a gustar tuvo que ver con lo que pensé el día en que caí en la cuenta de lo que celebramos el día de la Virgen de los Dolores. Desde ese día me dije: “Seré María al pie de la Cruz, entregaré así mi vida. Seré María de la Cruz”.
Y no fue cuento.
Ahora soy María de la Cruz una mujer que siendo vieja ha nacido de nuevo y que les trae en el día de la Exaltación de la Santa Cruz -que “extrañamente” coincide con el día de su onomástico- para celebrar una canción que se llama Balada del hombre viejo de Claudio Chieffo.
La tristezza che c’è in me,
l’amore che non c’è
hanno mille secoli
il dolore che ti dò,
la fede che non ho
hanno mille secoli.
Sono vecchio ormai,
sono vecchio, sì
questo Tu lo sai,
ma resti qui.
lo vorrei vedere Dio,
vorrei vedere Dio
ma non è possibile:
ha la faccia che tu hai,
il volto che tu hai
e per me è terribile.
Sono vecchio ormai,
sono vecchio, sì
questo Tu lo sai,
ma resti qui.
Ascoltami,
rimani ancora qui
ripeti ancora a me
la Tua parola
ripetimi quella parola che
un giorno hai detto a me
e che mi liberò.
La paura che c’è in me,
l’amore che non c’è
hanno mille secoli
tutto il male che io so,
la fede che non ho
hanno mille secoli.
Sono vecchio ormai,
sono vecchio, sì
ma se Tu vorrai
mi salverai.
Ascoltami,
rimani ancora qui
ripeti ancora a me
la Tua parola
ripetimi quella parola che
un giorno hai detto a me
e che mi liberò
Resalto una estrofa porque ha sido con la que mi corazón ha tenido mayor correspondencia el día que la canté junto a mis amigos de CyL por primera vez en nuestros recientes ejercicios espirituales.
Quisiera ver a Dios,
quisiera ver a Dios,
más no es posible.
Tiene tu apariencia
tiene tu rostro
y eso…
para mi es terrible.
1 comentario
Te repito mi contrición. Un abrazo, Maricruz.
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Oh, si, claro que lo soy, lo bueno es que ustedes lo disimulan.
Gracias por la disculpa, Yolanda, se recibe con cariño.
Un abrazo también,
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