Tintín, ¿un héroe cristiano?
Ilustración de Hergé para la portada de un especial de Navidad de la revista Tintín.
«Al creer en sus sueños, el hombre los convierte en realidad».
Hergé
Tengo una relación personal e intransferible con Tintín, el famoso personaje de comic creado por Georges Rémi (más conocido como Hergé), cuyas aventuras he seguido con pasión adolescente desde el primer día en que mis ojos se posaron en las páginas de su álbum, La oreja rota (1937), en casa de mis abuelos paternos. Allí se guardaban y apilaban libros y libros, y entre ellos, también un buen montón de tebeos e historietas, incluidos algunos del joven reportero belga. Luego Tintín (en toda su extensión) tuvo también acomodo en nuestra casa para mí disfrute y de todos mis hermanos. Más tarde sus historias se adueñaron de los corazones de mis hijas y mis sobrinos y espero que lleguen hasta mis futuros, si Dios quiere, nietos.
Este afecto mío hacia el personaje y sus historias (que he de decir, pervive hoy) me permite autocalificarme, quizá con cierta pomposidad, de tintinista, o mejor, de tintinófilo (por supuesto que no llego a la excelsa categoría de tintinólogo, como por ejemplo el mayor especialista español en el tema, Juan Eugenio d’Ors).
Soy consciente de que esta afición no constituye un gran mérito y que amar a Tintín no revela un gusto cultivado y exclusivo, sobre todo si atendemos a su enorme popularidad: sus 23 álbumes (24, contando el inacabado Tintín y el arte Alpha, 1986) han tenido a lo largo de 90 años unas ventas de más de 200 millones de ejemplares y han sido traducidos a más de 60 idiomas, y ello sin contar las innumerables ediciones piratas ni la legión de pastiches e imitaciones que ha inspirado. Pero no se trata del gusto elitista y exclusivo (nunca debe tratarse de eso), sino de la confirmación del viejo axioma que nos dice que el bien es expansivo de por sí. Y creo que Tintín es algo bueno y que esos números no hacen más que confirmarlo.
Todos los álbumes de Tintín.
Pero, ¿por qué sostengo que Tintín es algo bueno? ¿Quizá porque, en el fondo, el personaje hace gala de un espíritu cristiano? Así lo creo.
Tintín es un personaje universal desde su nacimiento, pero a un tiempo es un tipo particular. Porque nuestro héroe no es un héroe cualquiera y, si bien toma rasgos de muchos de los héroes paganos de la antigüedad, es sobre todo y ante todo un héroe cristiano. Así, y aunque se trata de un héroe intemporal, casi diríamos que inmortal como Gilgamesh, y representa a un viajero que, sin tregua ni pausa, va de un lugar a otro, en un peregrinaje eterno, cual Odiseo, de pagano no tiene nada. A diferencia de Odiseo, sus aventuras no acaban cuando regresa a su hogar, sino que, a modo de eterno retorno, Tintín vuelve a emprender el viaje, siempre partiendo de su morada y siempre volviendo a ella (un hogar que tarda en concretarse, pues hay que esperar para que su amigo del alma, el capitán Haddock, reciba en herencia el castillo de Moulinsart, lo que acerca el lugar a la corte del rey Arturo). Se trata de una actualización del caballero cristiano, un protagonista con un código moral caballeresco y rigurosamente evangélico: la protección de los débiles y el amparo de los inocentes y perseguidos. Incluso podríamos decir que encarna una figura similar a la de Galahad en el ciclo artúrico, pues en ambos personajes la pureza y la castidad es virtud definitoria de su carácter y condición necesaria para su exitoso desempeño. Tintín no tiene tiempo para el amor. No hay personajes femeninos que se le enfrenten en un lance amoroso o sentimental (Bianca Castafiore ––la cantante de ópera–– es una figura maternal y extravagante).
Esta característica no ha pasado desapercibida a algunos estudiosos. Por ejemplo, Kees de Groot, sostiene que, además de una evidente y expresa influencia del catolicismo en la obra temprana de Hergé (lo que es admitido por casi todo el mundo; sus primeras historias fueron publicadas por entregas en un semanario juvenil católico, Le petit vingtieme), puede apreciarse un catolicismo implícito a lo largo de toda la serie de Tintín, nacido directamente de la condición de católico de Hergé. Pese al aparente distanciamiento del autor de esas raíces católicas en la última parte de su obra (desde el álbum Tintín en el Tíbet, 1960), el héroe no pierde ninguna de las cualidades caballerescas apuntadas.
Poster ilustrativo del universo de Tintín.
Este empaque moral cristiano hace de nuestro Tintín un enemigo acérrimo tanto del comunismo como de los excesos del capitalismo. Esto se muestra a las claras en sus álbumes más tempraneros y menos apreciados: Tintín en el país de los soviets (1930), Tintín en el Congo (1931) y Tintín en América (1932).
Curiosamente, el primero de los álbumes citados fue durante muchísimos años tremendamente vilipendiado y tachado de fascista y difamador por todas las huestes del comunismo intelectual de occidente (y continúa aún). El propio Hergé tuvo que excusarse repetidas veces por esta obra, la única, por cierto, que no reeditó actualizada, en gran parte debido a este rechazo crítico. Sin embargo, el tiempo habría de dar la razón al autor. Hergé había calcado parte (solo parte, porque se quedo corto) de la maldad y el desastre que trajo consigo el régimen comunista soviético. En ese primer álbum, Tintín se enfrenta con la Guépéou (GPU), la policía secreta de Stalin, en una bastante lúcida representación de la misma, muy poco alejada de la realidad. También se habla en el álbum de la mala marcha de la economía y de la discriminación favorable a los miembros del partido; el héroe asiste a una distribución de pan a los pobres, donde solo se les reparte a aquéllos que se dicen comunistas. Se denuncia que Lenin, Trotski y Stalin robaban al pueblo en una escena en la que Tintín llega por un pasaje secreto a un lugar donde se guardan esos tesoros robados (por cierto, Stalin ha sido considerado recientemente por la revista Time como uno de los diez hombres más ricos de todos los tiempos). En esta nave escondida encuentra también almacenados el trigo, el caviar y el vodka, mientras el pueblo se muere de hambre. Años después se supo de la tremenda hambruna ucraniana provocada por Stalin y conocida como el Holodomor, que acabó con la vida de millones de campesinos. Finalmente, Tintín desarma a un bolchevique que tenía la intención de sembrar el terror revolucionario poniendo bombas en todas las capitales de Europa (las conspiraciones, sabotajes y la financiación y exportación de la revolución bolchevique son hechos hoy reconocidos). ¿Perciben ustedes alguna inexactitud?
Por otro lado, tampoco se puede acusar a Tintín de pro capitalista. En el segundo y tercero de sus álbumes, Tintín en el Congo y Tintín en América, vemos una clara crítica a los abusos del capitalismo y al imperialismo, aun cuando reproduce ciertos clichés paternalistas, hoy ferozmente criticados, de la época en que los belgas explotaban el Congo. Como dice Denis Tillinac en su Dictionnaire amoureux du catholicisme (2011), «solo hay un personaje realmente agradable en “Tintín en América": el etnólogo que ha adoptado la moral del “buen salvaje"; es como “Paul y Virginia", o “Atala". Sólo hay un buen personaje en “Tintín en el Congo": el misionero con gorro blanco y bata blanca que va a la escuela y cuida de los enfermos. Frente a la voraz avaricia de los criminales a sueldo de las multinacionales (petróleo o armas), el nativo nunca hace el papel de villano».
Tintín y la lectura.
Tintín es puro y alegre y, a un tiempo, fuerte e implacable. Vence las dificultades y los obstáculos, tanto con su audacia, presteza y valentía como con su rectitud y buen humor. Como defiende Denis Tillinac, «una gracia lo saca de los peligros más desesperados, como a los héroes de las epopeyas de la Edad Media. Tintín es un caballero occidental de los tiempos modernos, un corazón impecable en un cuerpo invulnerable». Por todo ello (y porque sus aventuras son tremendamente entretenidas y fascinantes), este héroe de papel de corazón puro debe estar en toda tebeoteca que se precie. ¿No creen?
26 comentarios
Scintilla y Hector R: Cierto que “Tintín en el lago de los tiburones” no entra en el canon. Pero, como ustedes, yo también he disfrutado con esta historia.
Miguel Sanmartin Fenollera
Pero a lo mejor , en España , se puede conseguir en una edición impresa .
tiempodehoy.com/opinion/fernando-savater/el-enigma-tintin
Juan Pablo B.: Yo, como sospecho que usted hará y tal cual haría todo buen aficionado a Tintín ––y aquí se han reunido algunos––, me tomaré la recomendación de edad a beneficio de inventario, eso si Dios quiere. Y por cierto, Sabater, a regañadientes, cayó también bajo el influjo del encanto Tintín, como reconoce en ese artículo y ha seguido reconociéndolo después.
Miguel Sanmartin Fenollera
Yo los voy comprando de a poco, por Internet ya que es difícil que en mi país lo vendan y para compartirlo con mis hijos se Dios quiere. Si bien es lamentablemente Hergé poco a poco tuvo un relativo alejamiento de la fe, eso no quita que sea una obra inspiradamente católica.
Por cierto podría dedicar un artículo a Asterix y Obelix? Y otro sobre los cómic recomendables o tebeos como les llaman por allá. Gracias
Por cierto Tintín y el lago de los tiburones aunque no figure en el canon es un libro estupendo.
Héctor R: En mi blog “De libros, padres e hijos” tengo una entrada dedicada al comic (http://delibrospadresehijos.blogspot.com/2017/09/los-comics.html). Tomo nota de lo de Asterix. Ah!, y estoy con usted en lo de “separar el grano de la paja".
Miguel Sanmartin Fenollera
Hace tiempo que tengo todos los álbunes de Tintín, pero hay uno que no he leído. Porque no quiero.
Porque el mundo me parece más atractivo si me queda un Tintín sin leer.
Me suena algo de algún documental relacionado con una crisis de Hergé, pero no sé más.
¿Podría ud. arrojar un poco de luz?
Gracias.
Un pequeño pero al artículo, si no he entendido mal. La GPU no es "una bastante lúcida representación de la NKVD". La GPU (Gosudárstvennoye Politícheskoye Upravlénie, o Directorio Político Unificado) fue, en la realidad, la policía secreta de la URSS hasta 1934.
Tyto Alba: Tiene usted razón. Gracias por la corrección. Procedo a efectuar los cambios.
Miguel Sanmartin Fenollera
Por cierto le doy 3 opciones y el porqué del libro que no tiene
1. Tintín en el país de los soviets (es el primero)
2. Vuelo 714 para sidney (por lo de los ovnis, que me parece un argumento pobreton, comparado con las anteriores)
3. Tintín y el arte alfa, (que esta inconcluso)
Bueno no me tiene que decir Capitán cual de estos 3 es, ahora si no son ninguno agamelo saber por favor por que son creo los que yo no compraría.
Por último si ve a la Castafiore, dele una oportunidad 🤣
Aunque con los años dejó de practicar, el catolicismo de Peyo (el autor de los pitufos) se refleja mucho también en su serie de Johan y Pirluit. Johan es en este caso el personaje noble, siempre dispuesto a ayudar y a combatir injusticias. En una de las aventuras, el rey que va con ellos dice en un momento difícil que quiere confesarse. Tambien hay historias cortas de tema navideño donde los personajes van a la capilla a celebrar el nacimiento de Jesús.
M Angeles: Coincido con usted. A pesar de que Peyo es mucho más conocido por lo Pitufos, a mí me gustan más Johan y Pirluit.
Miguel Sanmartin Fenollera
Ahora él se lo lee a sus hijos... y yo también!
Tintín forma parte de nuestra cultura familiar.
...De lo que nunca me había enterado es de su fe cristiana.
¡ Gracias!
Jeannot: Lo que usted cuenta es admirable. Es evidente que a usted si le corresponde con justicia el título de tintinólogo. Si viajo a Valencia no descarte que contacte con usted para lo de la visita.
Gracias todos los demás por los comentarios.
Miguel Sanmartin Fenollera
No me ha entendido : Los tengo TODOS desde hace años; pero el ver el álbum no leído, me recuerda la ilusión y la esperanza de yo niño cuando los contemplaba en el escaparate con el difícil problema de elegir sólo uno para mi cumpleaños.
Mantener la tentación de ni siquiera ojearlo, es un ejercicio de ascesis, que como toda ascesis aspira a un bien más alto: En este caso es sentirme de nuevo puro, con un mundo para estrenar y el enorme aliciente de saber que tras miles de libros leídos aún te espera un álbum con sus fascinantes dibujos de la "línea clara" ; es una maravilla poder todavía sentirte acechado por la inocencia.
Haddock: Sabía que usted, con ese sobrenombre, tendría alguna historia interesante que contar. Y celebro escucharla.
Miguel Sanmartin Fenollera
Juan Pablo B. Pues si el comic de 7 a 77 años, pues creo que hay excepciones 😉.
Por último creo que el gusto por una obra u autor no debe impedirnos "separar el grano de la paja" saludos
Concuerdo que los manga y los cómic de DC y Marvel no son recomendable para niños, incluso para muchos adultos, es mejor leer buenos libros.
Sofía te invito a leer la entrada que me brindó Miguel ahí comenta un poco de Mafalda
Muy querido D. Miguel:
¡Me alegro muchísimo de que sus comentaristas, tan numerosos, hayan disfrutado y disfruten tanto con Tintín!
En mi caso, no me acuerdo si leí alguna historieta de Tintín durante mi niñez y adolescencia, y estoy seguro de que no lo hice en la juventud ni después.
De Tintín solo recuerdo su nombre y, algo remotamente, su imagen.
En alguna medida, que no sé precisar, he sido uno de esos que creía, por “estrechez de miras” o, mejor dicho todavía, por “estrechez de corazón”, que las novelas y los tebeos eran “pérdida de tiempo” o poco menos.
Gracias por su precioso artículo, querido D. Miguel.
Un abrazo muy fuerte:
José Mari, franciscano
Gracias a los queridos comentaristas.
Un recuerdo también para Charlie Brown, Garfield etc.
Todos esos comics y tebeos que se nombran los he leído alguna vez. Aunque reconozco que los del tipo del Jabato, Capitán Trueno etc no me entusiasmaban, pero cuando no había otra cosa que leer, también caían.
En cambio, imposible leer un manga.
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