A pesar de la propaganda hollywodiense, la homosexualidad no estaba aceptada en Grecia y Roma, más bien era un capricho de pudientes, ni siquiera había nombre para designarla y estaba ligada a la pederastia, la esclavitud y la efebofilia.
Pero de Roma tenemos el primer registro de una «boda gay», también el de su poca aceptación y el de sus consecuencias. Cómo no, fue Nerón. Tácito, Suetonio y Dion dan cuenta de ello. No hay todavía unanimidad en si hubo uno o dos gaymonios. Quizá se mezclen las historias del liberto Pitágoras y de Esporo, pero haberlo, lo hubo.
Tácito, Ann. XXXVII
Nerón, discurriendo aquellos días y revolcándose a sus anchuras por todo género de vicio y sensualidad natural y contra natura, no le faltó otra cosa por cometer para calificarse por el más abominable de todos los hombres, que la que hizo pocos días después casándose públicamente en calidad de mujer con uno de aquel nefando rebaño, llamado Pitágoras, y usando de todas las solemnidades y ceremonial que se suelen hacer en los casamientos. En éste se le puso al emperador el velo llamado flameo; viéronse los agoreros áuspices, señalóse dote a la novia, aparejóse la cama a los desposados, encendiéron se las hachas con los ritos que se acostumbran en las bodas, y juntamente se vio en él todo aquello que hasta en los casados verdaderamente suele encubrir la noche.
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