Richard Dawkins es el perfecto idiota
Para Pierre Brochant y sus amigos, el miércoles es el día de los idiotas. El principio es simple, cada uno debe aportar un idiota. El que consiga llevar a la cena el idiota más espectacular de todos es el ganador. Esta noche, Brochant está pletórico… Ha encontrado una auténtica joya. Un idiota redomado. ¡El campeón mundial de los idiotas! François Pignon, un contable chupatintas empleado en el Ministerio de Finanzas, un hombre devoto de sus construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant desconoce es que Pignon es un auténtico gafe, un maestro en el arte de provocar catástrofes.
Hoy es miércoles y yo he encontrado al verdadero campeón, Richard Dawkins, el autoproclamado «apostol del ateísmo». Lo siento Brochant, cualquier deposición del fanático ateo es superior a la Torre Eiffel de cerillas de François.
Pignon aportaba el book fotográfico de sus construcciones, yo me he tomado la molestia de traducir una de las últimas entrevistas de Dawkins en The Washington Post [Ratzinger is the perfect pope]. No me extraña que haya sido ocultada al público general. Si aguantáis hasta el final, os ocurrirá como en la obra de teatro, pasaréis de la conmiseración a la vergüenza ajena. ¡Ánimo Richard!, Allez Olympique!
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