El Papa declara Venerable a Jérôme Lejeune: perdió el Nobel, ganó el Cielo
Hace unos 9 años comentaba la apertura de la fase de investigación diocesana del proceso de beatificación de Lejeune, médico e investigador, padre de la genética moderna y mundialmente reconocido como descubridor de la trisomía 21, el síndrome de Down. Y lo que es más importante, una vida de amor de Dios y santificación como padre de familia, en el desarrollo de sus actividades profesionales, familiares y científicas, así que me permitiréis que me repita en este día.
Hoy el Santo Padre ha reconocido el ejercicio de las virtudes en grado heroico del Dr. Jérôme Lejeune, otorgando el título de Venerable al pediatra francés.
En 1969, Jérôme Lejeune estaba en «cresta de la ola», aclamado en todos los centros de investigación del mundo. Comienzan las campañas del aborto en Europa y Estados Unidos. Como cuenta su hija Clara en Life is a Blessing: A Biography of Jerome Lejeune, se declaró en contra y se le cerraron repentinamente todas las puertas, desapareció hasta el punto de que nadie lo entrevistó cuando hizo su descubrimiento:Creo que en 1971 fue a Estados Unidos y realizó un discurso en el National Institute for Health y después de esto mandó un mensaje a mi madre diciendo: «Hoy he perdido mi Premio Nobel». En el discurso habló sobre el aborto, diciendo, «ustedes están transformando su instituto de salud en un instituto de muerte».
El proceso fue impulsado por la Asociación de amigos de Lejeune. En 2004, Fiorenzo Angelini, Presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud solicitó formalmente la incoación del proceso, en el décimo aniversario de la muerte del científico. La fama de santidad aconsejó abrir el proceso en 2007.
Años antes, en 1997, Juan Pablo II, en la JMJ de París, acudió a rezar ante la tumba de su amigo y primer presidente de la Academia Pontificia para la Vida.
Lejeune soñaba con curar el «síndrome de Down», para ello creó una fundación que a día de hoy continúa su trabajo. Como contaba su hija en una entrevista en 2011:
Mi padre quiso crear esta fundación cuando todavía estaba vivo, porque él sabía que tendría que retirarse y quería que su investigación continuase. Al principio fue su proyecto. El día antes de morir, fui a verlo y me dijo que estaba muy triste por sus pacientes, porque ellos no entenderían que los había tenido que dejar. Dijo: «los estoy abandonando y ellos no van a entender porque ya no estaré con ellos nunca más».
Yo le contesté: «Ellos lo entenderán. Lo entenderán mejor que nosotros». Y me dijo: «No, ellos no lo entenderán mejor, pero si más profundamente». Y después de esto, cuando él murió, nosotros pensamos que podríamos hacer algo más por ellos.
Después de año y medio pusimos en marcha una fundación dedicada al la investigación y tratamiento no sólo del síndrome Down sino también de otros síndromes de enfermedades mentales de origen genético. Creamos un centro en Francia de investigación genética y tenemos un comité que distribuye las ayudas a los diferentes grupos que están en todo el mundo.
Hemos fundado 60 proyectos con 32 equipos en los Estados Unidos, y estamos en proceso de comenzar una fundación en los Estados Unidos que se encargará de más investigación y tratamiento.
El tratamiento real no existe en la actualidad, ya que los investigadores están trabajando en solucionar este problema genético. El patrimonio genético de los niños es correcto, simplemente se repite como un disco rallado. Mi padre siempre decía que un niño con síndrome Down es más niño que otros; es cómo si no estuviese acabado del todo. Así que si ese gen pudiese ser silenciado el niño podría ser normal.
Y este es realmente el futuro de la medicina, reparar el código genético. Por tanto no es descabellado que podamos tratarlos algún día. La dificultad estriba en que se gasta mucho dinero en realizar el diagnóstico y en matarlos, hasta tal punto que si pudiéramos tener sólo un 10% de este dinero para investigación, podríamos ya haber conseguido la cura.
Instituciones y gobiernos no es que estén apoyando poco, es que van por caminos diametralmente opuestos. Muchos países se han marcado el objetivo de conseguir eliminar el síndrome por el método de eliminar a la persona: el aborto eugenésico.
Como, por encima de demás consideraciones, esto es un problema de conversión, es un buen momento para pedirla, por la intercesión del Lejeune, la de los niños, la de sus padres, la de los «médicos» y la de una sociedad que acepta, incluso como derecho, la barbaridad.
Oh Dios, que has creado al hombre a tu imagen y le has destinado a compartir Tu Gloria, te damos gracias por haberle dado a tu Iglesia el profesor Jerónimo Lejeune, eminente servidor de la vida.
Él supo poner su penetrante inteligencia y su fe profunda al servicio de la defensa de la vida humana, especialmente de la vida en gestación, en el incansable empeño de cuidarla y sanarla. Testigo apasionado de la verdad y de la caridad, supo reconciliar, ante los ojos del mundo contemporáneo, la fe y la razón.
Concédenos por su intercesión, según tu voluntad, la gracia que te pedimos, con la esperanza de que pronto sea contado entre el número de tus santos.
Amén.Con aprobación eclesiástica
Mons. ANDRÉ VINGT-TROIS
Arzobispo de ParísSe ruega comunicar las gracias recibidas a :
Postulation de la cause de béatification et de canonisation du Serviteur de Dieu Jérôme Lejeune Abbaye Saint-Wandrille
F- 76490 SAINT-WANDRILLE - FRANCIAOra pro nobis.
31 comentarios
Juanjo
El Papa no ensalzó a Biden. Le felicitó como en su día también lo hizo con Trump en 2017.
A darle más la lata.
Otro que también trabajó, de distinto modo, fue Fernando Medina, popular hombre del tiempo en TVE en sus comienzos, que tuvo al benjamín -en sentido estricto, creo- con SD y trabajaron él y su mujer para que hubiese algún centro en Madrid de estimulación para estos casos. No sé cómo se llama, pero fue también un pionero en este campo.
¡Bendito sea Dios!
Que Dios lo premie en su gloria eterna.
"Perdió el Nobel pero ganó el cielo"
Que es lo que tendríamos que hacer todos sin entrar en trapicheos de palmaditas en la espalda, sonrisas de plexiglas y ovación de medios prostituídos.
Uno de mis timbres de gloria que saco a relucir con orgullo en las sobremesas, es el no haber sido nunca (ni lo seré) premio Nobel, y así no compartir nada con el pacifista Obama que bombardeó seis países, con el genocida Kissinger, con el terrorista Arafat o con el exquisito literato llamado Bob Dylan. Y en un futuro, con la infanticida Ke mala Harris.
Uno tiene su dignidad, y si me dan el Nobel, les reto en campo abierto a un duelo con espada o florete, a elegir.
Llevaré como padrinos a usted y a D. Jorge.
Claro que frente al "verdadero premio" ya pueden quitarse todos los honores de la tierra.
La primera vez que leí lo que escribió su hija se me me metió una mota de polvo en el ojo, tú ya sabes:
El día antes de morir, fui a verlo y me dijo que estaba muy triste por sus pacientes, porque ellos no entenderían que los había tenido que dejar. Dijo: «los estoy abandonando y ellos no van a entender porque ya no estaré con ellos nunca más».
Yo le contesté: «Ellos lo entenderán. Lo entenderán mejor que nosotros». Y me dijo: «No, ellos no lo entenderán mejor, pero si más profundamente».
Me sirve cada vez que miro a mi hija pequeña.
Al recordar, q, a los 33 años, en 1959, publicó su descubrimiento sobre la causa del síndrome de Down, la trisomía 21, esto lo convirtió en uno de los padres de la genética moderna. En 1962 fue designado como experto en genética humana en la OMS y en 1964 fue nombrado Director del Centro nacional de Investigaciones Científicas de Francia y en el mismo año se creó para él en la Facultad de Medicina de la Sorbona la 1ª cátedra de Genética fundamental, transformándose así en candidato número uno al Premio Nobel.
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Aplaudido por los “grandes del mundo”, deja de serlo cuando en 1970 se opone tenazmente al proyecto de ley de aborto eugenésico en Francia: matar a un niño por nacer enfermo, es un asesinato y además abre las puertas a la liberalización total del crimen del aborto. En esos meses participa en New York en la sede de la ONU en una reunión en la q se trataba de justificar, ya, entonces la legalización del aborto para evitar los abortos clandestinos. Fue en ese momento cuando refiriéndose a la O M S dijo “he aquí una institución para la salud q se ha transformado en una institución para la muerte ”.
Fué una persona increible, por su humildad y generosidad. Durante mucho tiempo, siguio contrlado y medicado a Claudia . Realmente es un venerable y Dios mediante, su proceso de beatificación estáen curso ¡
La Iglesia sí enseña lo que son las virtudes. Nosotros no buscamos.
Adquiere el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) y allí te explica ampliamente todas las virtudes tanto cardinales como teologales y otros temas de interés.
Hay hasta aplicaciones del CIC y lo puedes consultar en línea en Internet. Por ejemplo en la página del Vaticano.
Encomendaré a mi nieto para q nos guie en su crecimiento.
La Oración de Santa Teresa "Solo Dios basta", que rezo diariamente, incluye dos veces a la Virtud de la Paciencia y es erróneo dar por sentado que sabemos lo que es.
Por otra parte las virtudes se conocen por inducción así que hay que saber reconocerlas para poder decir que esa virtud existe y por lo tanto debes localizarlas en las personas que te rodean. Mi familia lo hacía, eran "chismosos", juzgaban a las personas poniéndoles el adjetivo de su virtud característica: La paciente María, Pedro el cabal, Juan el agradecido, Teresa la prudente, etc...y entonces yo me fijaba en por qué les llamaban así hasta que descubría la virtud en esas personas.
Alguien, no sé si intuitivamente o por conocimiento, ha nombrado a Santo Tomás Moro y, efectivamente, este santo tenía las cuatro virtudes cardinales en grado de excelencia y Lejeune diría que también aunque no conozco bien su biografía. De las Teologales no hablo porque desconocerlas es no conocer los fundamentos de la Fe.
En los santos muy carismáticos, o elegidos por Dios con señales evidentes, las virtudes cardinales desaparecen porque nadie se va a poner a pensar si San Francisco de Asís fue templado o si San Pío de Pietrelcina fue justo, pero en santos, digamos más normales y sin apariencia de serlo por no tener señales que lo indiquen, las virtudes cardinales brillan mucho y nos enseñan porque no está en nuestras manos tener el don de la bilocación o estigmas pero sí ser prudentes, justos, fuertes y templados.
¿Toda la vida del Dr. Jérôme Lejeune estuvo apoyada en unas virtudes que no sabemos ver?
Esa misma tarde escribe a su mujer y a su hija diciendo: “Hoy me he jugado mi Premio Nobel”. La defensa de Lejeune del ser humano desde la concepción se basó siempre en argumentos científicos -racionales- antes q en cualquier consideración religiosa. Rechazó científicamente no sólo el crimen abominable del aborto, sino conceptos ideológicos como el de pre-embrión. Por esas razones lo aislaron, lo acusaron de integrismo y fundamentalismo y de intentar imponer su fe católica en el ámbito de la ciencia. Fue incomprendido y perseguido en ámbitos de eclesiales, y aislado por sus colegas. Pero en ningún momento escuchó a los prudentes q le aconsejaban “callar para llegar más alto y así poder influir más ”:las estructuras de pecado no se pueden cambiar, sólo hacen cómplices.
Fuente: Noti Vida : P. Juan C. Sanahuja
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