El Papa reza en el «cementerio de los niños abortados»
Como contábamos el lunes, el Papa Francisco se acercó a «Taeahdongsan», el «cementerio de los bebés abortados». Un jardín presidido por una estatua blanca de la Sagrada Familia rodeada de cientos de cruces blancas en recuerdo de los niños abortados. Allí el Papa estuvo un rato rezando.
Corea del Sur tiene una tasa de abortos altísimas, según datos oficiales de 2005, 340 mil niños fueron abortados, 440 pudieron nacer. Terrible, casi por cada niño que nace uno es asesinado. La ley coreana es de supuestos, pero allí como aquí la vista gorda frente a las restricciones convierte la ley en la práctica en una de aborto libre.
La visita y el rato de oración del Santo Padre tienen un contenido simbólico elevado.
Primero, por el contraste de la visita al «Hogar de la Esperanza», una institución católica que ayuda a los discapacitados, la mayoría de ellos supervivientes de la masacre abortista.
Y segundo, porque como recordaba Santa Teresa de Calcuta, en la recogida del premio nobel, y muy aplicable a un país como Corea del Sur que tanto ansía la paz:
Estamos hablando de la paz. Estas son cosas que rompen la paz, pero creo que el mayor destructor de la paz hoy es el aborto, porque es una guerra directa, un asesinato directo por la madre misma. Y leemos en las Escrituras, porque Dios lo dice claramente: Incluso si una madre puede olvidar a su hijo, Yo no te olvidaré, te llevo grabado en la palma de mi mano. Estamos grabados en la palma de Su mano, tan cerca de Él que el niño todavía no nacido ha sido tallado en la palma de la mano de Dios. Y esto es lo que me impacta más, el comienzo de esa oración, que incluso si una madre pudiera olvidar algo imposible –pero incluso si pudiera olvidarlo– Yo no te olvidaré. Y hoy el más importante, el más grande destructor de la paz es el aborto.
Gracias Santo Padre.
Créditos de la fotos, la primera de de AFP y la segunda de EFE, son buenas, la verdad.
8 comentarios
Mucho mejor enterrarlas que tirarlas a la basura, como en otros lugares. Respeto a los no nacidos.
Magnífico reconocimiento de papa Francisco.
Un fuerte abrazo a todos los hermanos de Corea. Muy en particular a los de Corea del Norte. ¡Vuestro testimonio de martirio nos revitaliza y anima! ¡Nuestras oraciones con vosotros, hermanos! Habéis sentido muy cerca el aliento de esperanza del Papa, del Vicario de Cristo en la tierra. Ojalá sintáis igual la oración de los hermanos de acá, de España y de toda la Hispanoamérica, que frecuentan Infocatólica.
"Quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta".
Las cifras de 2005 se han difundido en muchos medios y blogs católicos pero desconozco su origen y su fiabilidad.
Con respecto al gesto del Papa: los gestos de Bergoglio valen menos que sus palabras, ¡y ya es decir! Si las cifras de 2005 son ciertas, ¡qué ocasión para alzar la voz!
La mayor muestra de la fatuidad de los gestos de Beegoglio es que la TV coreana, que ha hecho un muy buen seguimiento de la visita del Papa (nada que ver con la española) y en la que ha habido múltiples debates y valoraciones de la misma, apenas ha emitido imágenes del cementerio de niños abortados, al menos que yo haya visto en los resúmenes.
Y lo pueden ver quien quiera: yo estoy en Corea estos días (nada que ver con Bergoglio...) pero la TV coreana se puede ver en Apple TV y también muchísimo en Youtube.
Con tanta riqueza material, con tanta tecnología en electrónica y "software", ¿se deshacen de sus bebés? Por lo menos en el Perú empobrecido (donde YO VEO CON MIS PROPIOS OJOS a NIÑOS pidiendo limosna y ANCIANOS rebuscando entre la basura por comida) se podría ver una epidemia de abortos. Pero ¿en la ADINERADA y PODEROSA Corea del Sur?
Háganme el favor.
Con razón alguien dijo:
HAY GENTE TAN POBRE, QUE SÓLO TIENE DINERO.
Pobre de la que mate a su hijo o hija con dicho síndrome, o lo desprecie dándoselo a otro, pues con toda seguridad esa criatura iba a ser : EL MEDIO PARA SU SALVACIÓN.
Queridos en sus hogares, amados por sus hermanos, son un testimonio de Jesucristo imperfecto, al que le tiemblan las piernas en el huerto de Getsemani, al que suda Sangre de la angustia que le provoca el dolor de la redención de nuestros pecados y el ver a tantas almas que le ignoraran. Un alma se condena porque desprecia el AMOR de DIOS y en el ofrecimiento de su Hijo JESUCRISTO en la Cruz.
Cuando llegue el juicio particular, volverá a sonar en los oídos, bien alto y escuchado: ¡¡¡ Porque me mataste Mama ¡¡¡.
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