¿Vientos de cambio? El Papa explica el fundamento de la «excomunión»
Hoy he leído la homilía de Benedicto XVI durante la Santa Misa e Imposición de Palio en la Fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. Creo que en este caso el resumen distribuido por Radio Vaticano (RV) no ha sido bueno todo lo bueno que suele ser. Lógicamente se centró en la explicación del Papa sobre el «atar y desatar» y el poder para perdonar los pecados. Y eso está bien. Pero el Santo Padre dijo muchas otras cosas. Entre ellas explicó también el sentido y el fundamento del poder disciplinar de Pedro y sus sucesores, incluyendo la «excomunion» y a quién corresponde legítimamente definir qué pertenece a la Revelación:
Pasemos ahora al símbolo de las llaves, que hemos escuchado en el Evangelio. Nos recuerdan el oráculo del profeta Isaías sobre el funcionario Eliaquín, del que se dice: «Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá» (Is 22,22). La llave representa la autoridad sobre la casa de David. Y en el Evangelio hay otra palabra de Jesús dirigida a los escribas y fariseos, a los cuales el Señor les reprocha de cerrar el reino de los cielos a los hombres (cf. Mt 23,13). Estas palabras también nos ayudan a comprender la promesa hecha a Pedro: a él, en cuanto fiel administrador del mensaje de Cristo, le corresponde abrir la puerta del reino de los cielos, y juzgar si aceptar o excluir (cf. Ap 3,7). Las dos imágenes –la de las llaves y la de atar y desatar– expresan por tanto significados similares y se refuerzan mutuamente. La expresión «atar y desatar» forma parte del lenguaje rabínico y alude por un lado a las decisiones doctrinales, por otro al poder disciplinar, es decir a la facultad de aplicar y de levantar la excomunión. El paralelismo «en la tierra… en los cielos» garantiza que las decisiones de Pedro en el ejercicio de su función eclesial también son válidas ante Dios.
No recuerdo que lo haya explicado en otros momentos con esta crudeza, así que, por novedad me parecía relevante. No parece tampoco una casualidad. La fuerza de estas palabras, en el contexto de la ceremonia de imposición del palio a los arzobispos nombrados ese año, adquieren más relieve si se relacionan con la homilía de la Misa Crismal de la pasada Semana Santa en la que advierte dolorosamente del desgarro de la disidencia interna.
¿Vientos de cambio? No me parece descabellado interpretarlo de ese modo, los «progres» ya lo hacen. Hay que estar atentos, es muy probable que en torno a la apertura del «Año de la Fe» veamos actuaciones decididas de nuestros pastores en el cuidado de la grey a ellos encomendada. Por las noticias que tengo son más que un deseo.
Las palabras de la homilía me recordaron también a la entrevista «Informe sobre la fe» cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Messori le pregunta si todavía existían herejes (negritas mías):
La palabra de la Escritura es actual para la Iglesia de todos los tiempos. Por lo tanto, tiene hoy también actualidad la admonición de la segunda carta de Pedro a que nos guardemos «de los falsos profetas y de los falsos maestros que inculcarán perniciosas herejías» (2,1). El error no es complementario de la verdad. No olvidemos que, para la Iglesia, la fe es un «bien común», una riqueza que pertenece a todos, empezando por los pobres y los más indefensos frente a las tergiversaciones; así que defender la ortodoxia es para la Iglesia una obra social en favor de todos los creyentes. En esta perspectiva, cuando se está ante el error, no hay que olvidar que se deben tutelar los derechos individuales de cada teólogo, pero también los derechos de la comunidad. Naturalmente, visto todo a la luz del alto aviso evangélico: «verdad en la caridad». También por esto, aquella excomunión en la que hoy sigue incurriendo el hereje es considerada como «sanción medicinal», en el sentido de una pena que no busca tanto el castigo como la corrección y curación. Quien, convicto de su error, lo reconoce, es siempre acogido con los brazos abiertos, como un hijo especialmente querido, en la plena comunión de la Iglesia.
En cualquier caso, como podéis ver, mejor siempre leer los documentos originales sin interpretar y sin filtrar. Aunque el filtro sea una agencia del Vaticano.
16 comentarios
De lo que si me he enterado por buena fuente es que obispos y sacerdotes están hasta la coronilla de ciertas cosas.
Vientos de cambio? Así lo quiera Dios.
Feliz domingo y, luego te leo con mas cuidado. Disculpa.
En al Iglesia pareciera suceder otro tanto como en el mundo. Paulo VI contribuyó de manera destacada a minar la autoridad en la Iglesia cuando desautorizó a un buen obispo useño que había cumplido su deber sancionando a sacerdotes díscolos a la HV. Hoy leo en el periódico local que una comerciante de barrio que abrió su nogocio hace apenas 1 año ya fue asaltada ¡10 veces! y está al cerrar, ya no aguanta más.
Hay un síndrome de impunidad en el mundo, ¿qué nos pasa?
¿Dará la Iglesia un paso paradigmático, decisivo y en la dirección tan correcta como necesaria?
Dios lo quiera.
Se puede pues arrancar la cizaña para que no detraiga nutrientes del terreno y pueda crecer el trigo hasta espigar granos imponentes a la vista.
En realidad la excomunión declarada, siempre está precedida de una autoexcomunión voluntaria, responsable y culpable de quien pudiendo y sabiendo no quiere mantenerse en el camino de la verdad y la comunión eclesial.
Mucha responsabilidad corresponde a los que en lugar de ayudar al que yerra se dedican a darle palmaditas en el hombro, a decirle pobrecito/a, o a recoger firmas en favor del "injustamente maltratado"...
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-A lo que convendría añadir si se quiere seguir la linea genética hasta el final de este oráculo, donde se refiere al último Vicario como la doble llave.
- Esto dice el Santo el Verdadero el que tiene la llave de David, que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre (Ap.7,7)
- Sea: Tanto allí la dinastía de David; como allí y aquí en la sucesión de Pedro un descendiente de David es, que será, el último Papa.
-¿Quién será éste del que, de principio a fin, el dueño de la dinastía de David dice:
"Conozco tus obras; mira que he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque teniendo poco poder, guardaste sin embargo, mi palabra y no negaste mi nombre" (Ap.7,8)
-Como judío descendiente de David: Otro sí; Tú no negaste mi nombre. Y si lo dice Él será porque es verdad.
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-Justamente esto es lo que Jesús, el Santo el Verdadero, el dueño de la Dinastía de David dice: Mira que he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar.
- Sea: lo que el último Papa (Simón Pedro II, o el profeta Elías) diga y sentencie nadie lo podrá cambiar.
http://aguavivammix.blogspot.com/2010/05/atar-y-desatar-en-el-cielo-y-en-la.html
La fórmula "en la tierra así como en el cielo" significa que lo que ha decidido el tribunal del sanedrín es válido ante el tribunal de Dios con sus ángeles y santos en el cielo. Jesús lo aplicó a Pedro y a sus apóstoles. Ningún protestante se atreve a atribuirse semejante potestad, y hacen bien porque no la tienen.
Si esto se enseñara en TODOS los colegios catolicos como parte del curso de religión y en TODAS las parroquias, contrastándo la verdad (la luz) con el error (las tinieblas) interpretativo de los protestantes, se detendría la sangría de católicos hacia las sectas y hasta se podría revertir la situación...Pero parece que ahora decir la verdad (apologética) es una ofensa con los protestantes y a los pobres católicos se los deja sumidos en la ignorancia. Una situación que a cualquiera desespera.
Salvando lo salvable de la analogía, si el papa y los obispos agarran el báculo y lo empiezan a usar para lo que está hecho -sacudirle a los lobos- anticipo que se va a armar lo que no está escrito.
Van a haber cuchilladas desde dentro y desde fuera y la presión para algunos obispos aficionados a los juegos florales y a lo políticamente correcto va a ser insoportable. Y dentro, algunos obispos tendrán que retratarse y decir si están con el papa o con quién. Y si se van, como siguen siendo obispos, pueden formar una secta al otro extremo del Lefevrismo.
Solo dentro de un "año de la fe" se puede atrever un papa a la arremetida que el autor insinúa.
El derecho penal canónico no es ni el mamarracho en que los pseudo-pastoralistas buenistas lo quisieron convertir (la nada de leyes vaciadas de contenido y aplicación), ni el mamarracho en que los nuevos fariseos periodistas o integristas quisieran que fuese (el apedreamiento del mundo viejo pecador contra la mujer cogida en adulterio).
-"El amo alabó al mayordomo infiel por haber obrado sagazmente, pues los hijos de este siglo son más avisados entre sus congéneres que los hijos de la luz" (Lc.16,8)
-Hijos de la luz o hijos de este siglo:
-¿Quienes son los unos o los otros?
-¿Hay aquí, también, simiente germinada de trigo y de cizaña?
-¿Son estos los que teniendo poder para perdonar, aquí el "buenista" ministro infiel quien perdona más para su posible futuro interés personal que para el de su amo?
-Y yo os digo: Con las riquezas injustas, haceos amigos, para que, cuando éstas falten, os reciban en los eternos tabernáculos" (Lc.16-9)
-Vale, aquí el fin definitivo, pues no hay otro mejor fin válido, ¿queda justificado en sus medios?
-El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que en lo poco es infiel también es infiel en lo mucho (Lc.16,10)
-Aquí, contra el buenista ministro, quien siendo fiel en lo poco de este mundo; fiel será en lo mucho del otro mundo.
- Y aquí el "buenista ministro", éste, que para todo desafuero moral, sin más, siempre encuentrará la disculpa legal para perdonar en nombre de Dios. ¿no será éste aquel quien sin la vestimenta al efecto entra en la sala del banquete de bodas?
-Si vosotros, pues, no sois fieles en las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? (Lc. 16-11)
-Seguro, no será "el Justo" quien, por y para los interese de este mundo, confiará al buenista las verdaderas riquezas del otro.
- Y si en lo ajeno no sois fieles, ¿quién os dará lo vuestro? (Lc.16,12)
-Lo vuestro: ¿Qué es lo vuestro?: ¿Es la desidia; es
el monosprecio a un ministerial compromiso contraído?
- Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (Lc.16,13)
-Finalmente; al final de todo lo dicho y hecho por y para el interés este mundo: Para el "ministro buenista" quien por mucho que tenga autoridad para perdonar lo imperdonable. Quien ame y perdone en interés de este mundo, tendrá paga de este mundo. Y quien ame y perdone en interés de Dios; Tendrá perdón en interés de Dios.
La obtusa postura de los conservadores que están aniquilando el C.V.II no permiten o no quieren permitir que se haga teología seria = crítica.
Esperemos que sí haya vientos de cambio, pero para que se limpie todo signo de conservadorísmo inútil dentro de la Iglesia y se vuelva más al evangelio y no tanto a la "doctrina" de hipócritas y fariseos.
Saludos cordiales.
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