Hungría va en serio, tras la Constitución, campaña provida
Parece que van en serio. Tras la aprobación de la nueva Constitución de Hungría que, entre otras muchas cosas, reconoce que la vida «debe ser protegida desde el momento de la concepción», se están dando los pasos necesarios para cambiar la mentalidad y las leyes del país.
Tengo el defecto de seguir las noticias hasta el final, y la aprobación constitucional no era más que el principio. Tenemos los casos de «estados mexicanos» en los que no se ha ido más allá de una buena declaración de intenciones, y que incluso una reforma constitucional ha servido para colar de rondón cierta flexibilidad.
Pero el caso húngaro es más importante. Un estado miembro de la Unión Europea que comienza a revertir los procesos de la «cultura de la muerte». Siendo importante lo que allá se consiga, lo será más el efecto imitación, y la constatación de que se puede «dar marcha atrás», un efecto con el que los partidarios de la «cultura de la muerte» no contaban.
La constitución abre la puerta para que se inicien los trámites para derogar o limitar la ley vigente. Pero sin esperar a ello, el gobierno de Viktor Orban, ha lanzado una campaña institucional para reducir el número de abortos. En este caso «para reducir» significa mostrar el valor de la «vida del nasciturus», no las tonterías a las que nos tienen acostumbrados.
Contando con fondos de la UE —motivo de escándalo en Bruselas—, se hará una campaña institucional con anuncios que muestran un feto y las palabras
Entiendo que no estés preparado para tenerme, pero podrías darme en adopción, ¡DÉJAME VIVIR!
Como el gobierno no incluyó en su programa la derogación de la ley, y parece que tienen el defecto de ser fieles a su palabra, los lobbys feministas y abortistas —valga la redundancia— están que trinan. Le acusan de presentar el aborto como un asesinato, ¡qué ocurrencia!, ¿verdad?
Os tendré informados de los próximos pasos, los comienzos de esta Constitución son prometedores.
23 comentarios
Es posible, con la gracia de Dios, procurar el bien común y conseguirlo en la vida política.
Gracias, Juanjo.
Y esto es pasar de las palabras a los hechos.
Posdata:las feministas de verdad deberian apoyar la nueva constitución húngara ya que esta legaliza la cadena perpetua sin condicional para asesinos, violadores y agresores sexuales.
Carlos lee a George Weigel,y su Testigo de la esperanza,y despues juzga por tí mismo.Lo más interesante de George Weigel es que explica el decisivo apoyo del Vaticano a la transición democratica en países que sufrian 1 dictadura conservadora,yo reconozco que si no fuera por eorge Weigel desconoceria la contribución del vaticano para convertir a Corea del Sur,1 regimen fascista-militar en 1 democracia prospera.
¿Quiero esto decir que no se va a derogar la actual ley del aborto, aunque haya devenido inconstitucional?
Confiemos que no desfallezcan.
Hermenegildo, al leerte me he dado cuenta que se admitía esa lectura. Es todo lo contrario. Por lo que sé hay un buen plan estratégico, se ha comenzado por la Constitución como norma suprema y por la sensibilización por abajo. Eso no descarta otras iniciativas, pero cada cosa tiene su ritmo (tan lento para nosotros como para ellos).
En ciernes está la primera restricción legislativa. Van poco a poco pero con ganas y con rumbo.
Espero que haya algo de mimetismo, y que otros partidos se vayan sumando al carro. Parece que en España tendremos que esperar. Desgraciadamente la clase política española está muy lejos.
Norberto, sí, los polacos marcaron la senda. Los han machacado por todas partes. Quizá ahora que vean que no están solos vuelvan a dar otro paso.
Por cierto, Alfonso, perdona que tu segundo comentario se quedase cojo, borré el del tal Carlos. Un troll mexicano, fanático anticatólico y racista. Va cambiando de nombre hay que bannearle de vez en cuando porque no se da por aludido de que en este blog no quiero sus comentarios, ni sus intentos de reventar.
http://www.google.com/publicdata?ds=wb-wdi&met=sp_pop_totl&idim=country:HUN&dl=es&hl=es&q=poblaci%C3%B3n+hungr%C3%ADa#ctype=l&strail=false&nselm=h&met_y=sp_pop_totl&scale_y=lin&ind_y=false&rdim=country&idim=country:HUN&hl=es&dl=es
Debe ser muy feo vivir en un país de viejos, dándose cuenta todos los días que como nación no tienes futuro. La reacción que han sido capaces de protagonizar los pone nuevamente en carrera.
Hay muchos otros países en situación semejante. En América, sólo el Uruguay, pero en Europa son muchos los países poblacionalmente "viejos". Algunos importan jóvenes y así se enmascara la realidad, pero no se la intenta modificar como lo está intentando valientemente Hungría.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=15090&mes=&ano=
Desactivado ya el modo ironía, ojalá que cunda el ejemplo magiar y el de la declaración de política natalista en Rusia. A destacar en esta misma línea, la más que digna defensa del Derecho a la Vida por parte de parlamentarios del Chile, lo que les ha valido el duro reproche por los lobbys abortistas de la ONU.
A estas alturas, la reprobación por parte de la Unión Europea o de la ONU está configurándose como un mérito cum laude en un curriculum de defensa de la Vida y de lucha contra la cultura de la muerte.
Soñad y os quedaréis cortos
Hay que arbitrar también medidas legales para acoger a las mujeres que por diversas circunstacias, sobre todo económicas, se ven tentadas al aborto como falsa solución.
Con medidas meramente represivas no basta. Son precisas también medidas de apoyo a la maternidad, especialmente de las embarazadas con insuficiente nivel económico para poderse mantener dignamente a ellas mismas y al fruto de sus entrañas.
Lo que la sociedad gasta en vicios (tabaco, alcohol, drogas, perfumes caros, moda de lujo, cosmética que muchas veces está fabricada con sustancias fetales, coches de lujo, bolsos, calzado y complementos varios e innecesarios) debiera canalizarse en ayuda a las madres con graves apuros económicos.
De lo contrario, aunque disminuya de hecho el número glogal de abortos, se seguirán realizando clandestinamente otros muchos que podrían también evitarse poniendo tales medidas. Hace muy poco aquel que no hace todo lo que puede y debe hacer.
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