Ley civil y moralidad. No es lo mismo.
Hace años. Un reportaje en televisión sobre salas de cine X (de películas verdes hubiéramos dicho en mi infancia). Preguntaron a un hombre que pasaba por la calle, si creía era bueno que hubiera salas de ese tipo. Aún recuerdo su respuesta: “si las dejan abrir, no serán malas”.
Sintomático de una forma de pensar demasiado extendida, según la cual la moralidad de actos y omisiones viene definida por la ley civil. Si la ley no lo prohíbe, si no hay penalización por ello, si incluso se apoya legalmente ¿por qué va a ser algo malo? ¿Porque lo digan los obispos o los curas?

Ante todo gracias a tantos que habéis querido dejar vuestro saber y sentir ante este interrogante que ayer os dejaba.
Esto me soltó ayer todo un hombre hecho y derecho. A veces duda de si tiene fe o si su práctica religiosa es una pura costumbre, un simple hábito, algo más bien de tipo cultural social.
Nos decía una vez el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco, hablando de los alejados y de cómo ir a su encuentro, que no necesitábamos salir a buscarlos, que aún una gran mayoría de ellos vienen a nosotros sin que nos demos cuenta. Que el problema es que cuando vienen se encuentren con algo que merezca la pena.
Me encanta la gente de misa de las 13 h., de 11, o de tarde. Los que hoy van a la parroquia a misa de 12 y el domingo pasado a la de al lado porque les venía mejor la misa de 11:30. Gente que acude cada domingo a misa esté en Madrid, en el pueblo, la playa o directamente en las Chimbambas (que por cierto no sé por dónde quedan).





