Hoy voy a cometer alguna irregularidad litúrgica
Ya sé que esto es ponerse la venda antes de la herida, y también que no vale arrepentirse de antemano por el pecado que se va a cometer. A pesar de todo eso, confieso que en unas horas voy a incurrir en algunas irregularidades litúrgicas.
La culpa la tienen un montón de adultos con discapacidad intelectual con los que voy a celebrar la misa de Navidad en un par de horas. Viven en una residencia en un pueblo cercano a Madrid y acudo a pasar un rato con ellos cuando puedo, siempre menos de lo que quisiera.

A la cuenta de correo de un servidor, así como a la de la parroquia, llegan cada día innumerables ofertas de todo tipo: que me compre un piso en Buenos Aires –me pilla un tanto a trasmano-, un viaje a algún lugar exótico, una fantástica oferta para comprarme un vehículo en Cochabamba o que saque por fin tiempo para unos ejercicios espirituales, cosa que afirmo me vendría estupendamente.
Ayer conocí a nuestro director, Luis Fernando, en carne mortal. Verdad es que desde que amablemente me invitó a formar parte de esta locura llamada Infocatólica hemos charlado, en ocasiones muy ampliamente, por teléfono, nos hemos intercambiado en twitter unos cuantos mensajes directos (unos cuantos, je, je…) y el correo nos ha prestado sus buenos oficios. Pero no es lo mismo.
Pues sí, porque me parece que unos versitos, si se aprenden bien, me van a servir para explicar el evangelio de hoy a niños y mayores.





