¿Por qué no puedo llevar a la Iglesia el fotógrafo que quiero?
La gente en ocasiones se nos queja de que en algunas parroquias sólo permiten hacer fotos a algunos profesionales elegidos por ellos. Suelo decir que no me extraña. Porque cuando te ha tocado sufrir a fotógrafos que no saben estar en una celebración y que te la han liado, sobre todo si se trata de una parroquia de esas de muchas bodas, pues terminas diciendo que no siendo Fulano, Mengano o Perengano, que te niegas.
Les voy a contar tres o cuatro anécdotas que me han pasado con fotógrafos en celebraciones. Y luego me cuentan si es extraño que uno diga: espontáneos, no. Porque claro, yo no tengo demasiadas celebraciones “especiales” y me puedo permitir el lujo de reunirme con cada fotógrafo y aclararle cosas. Pero el compañero que tiene en su parroquia cinco o seis bodas cada fin de semana, no puede. Así que acaba diciendo que si no son estos, nada de nada.
Ahí van las anécdotas.

A ver, una pregunta facilita. Cuando a un político acusado presuntamente de corrupción, o de cohecho, o vaya usted a saber de qué… le preguntan si tiene algo que decir y proclama solemnemente que él tiene la conciencia tranquila… ¿ustedes que piensan? ¿Qué ya está el tema resuelto?
Llevaba un servidor apenas un par de meses como párroco de mis dos pueblos. Las mañanas de domingo, complicadas. Misas de 11, 12 y 13 h., pero cambiando de pueblo. Así que era celebrar midiendo bien el tiempo, salir corriendo con el coche y llegar a la siguiente misa con un margen de poco más que revestirte y salir al altar.
A mí, qué quieren que les diga. El que la iglesia sea democrática, plural, dialogante, alternativa, liberal o autoritaria la verdad es que me importa exactamente un pimiento, medio bledo y un cuarto de comino. No es lo fundamental, ni la clave ni nada que se le parezca.