Lo peor, la plancha y los cristales
A ver, Jorge, un momento… A ver si nos aclaramos de una vez por todas. ¿Tú te has venido a Infocatólica para hablarnos de Dios, de Jesucristo, de la Iglesia… o para convertir esto en un blog de técnicas del hogar y habilidades domésticas?
Eso, momento. Aclaremos una cuestión previa. Esto es el blog de un cura que trata de contar sus experiencias, su vida, su día a día como servidor de Jesucristo en una parroquia de Madrid. Quizá ustedes piensan en un cura y ven lo que ven todos: celebración de sacramentos, catequesis, atención a familias, presencia con los jóvenes, visita a los enfermos, ayuda a los necesitados. Seguro que también piensan en que somos gente que reza, que estudia, que medita. Pues sí, todo eso es cierto.
Pero déjenme que hoy les haga mirar en otra dirección. ¿Saben que un cura, además de todo lo anterior, es un ser humano que come, ensucia camisas, vive en una casa como todos, duerme…? Vamos, lo normalito. ¿Pero lo han pensado alguna vez? ¿Hay alguien que ayude al cura con las cosas de la casa, la comida, la compra, la ropa?
Llevo muchos años viviendo solo. En el seminario todo era más sencillo, al menos teníamos cocina y lavandería. Ahora no tengo nada de eso. Así que me he convertido en amo de casa