Bajada de pantalones
O subida de sotana, que para el efecto deseado viene a ser lo mismo.
Somos expertos. Vivimos permanentemente asustados por el qué dirán, por si los otros se enfadan, pensando que lo que importa es llevarse bien, no tener problemas, que es mejor aguantar y ceder.
Tenemos miedo a los políticos, por eso presentamos una Iglesia acomodaticia, bobalicona, que va cediendo una y otra vez, sin darnos cuenta de que no nos toman en serio, de que nos han encontrado las cosquillas y que, además, saben que cada día pueden apretarnos un poco más porque estamos confundiendo caridad y gererosidad con oferta de retambufa. Lo saben. Y cada vez se hace más complicado retomar lo perdido.