Pagolitos y forcaditas
Me gustaron tanto estas dos palabrejas como lo que un amable comentarista ayer me dejaba en el blog: “pretenden hacer creer que los católicos de a pie somos pagolitos y forcaditas que estamos en contra de lo que dicen los obispos.”
Hay muchas maneras de pretender neutralizar lo que dice la Iglesia. La clásica es identificar a la Iglesia con la jerarquía, a la que se sigue mostrando alejada del pueblo, oscurantista y retrógrada. Viejísimo. Ya saben, la iglesia inquisitorial, represora, tardo franquista, anclada en Trento –fantástico concilio, por cierto-, preocupada por medrar y que solo disfruta haciendo la pascua al prójimo.
Frente a ella se encontrarían los cristianos de base, altura, hipotenusa y cotangente, buenos, evangélicos, liberales, amantes de los pobres, y que sufren en silencio las irritaciones de la jerarquía como si de unas molestas hemorroides se tratara.