Un morito caganer
El caganer es una figurita de nacimiento que se suele colocar en los belenes sobre todo en Cataluña. Representa una figura humana en el trance de hacer sus necesidades “mayores”. Tradicionalmente era un campesino ataviado con faja y barretina, colocado en un lugar discreto, habida cuenta la situación, y parece ser que el simbolismo era de fecundidad, uniendo heces y fertilidad del campo.
Del campesino de siempre, el caganer ha ido dando paso a un sinfín de personajes de la actualidad catalana, española y mundial, deportistas, actores y actrices, sin que se hayan librado de aparecer en tan comprometida situación el rey, la familia real y hasta el papa. Tanto, que uno hoy puede encontrar prácticamente cualquier personaje en tan especial momento.

Carmen, evidentemente nombre ficticio, lleva más de un año recibiendo comida de Cáritas. Dos niños y un marido que un día se largó y hasta el momento. Se le entrega lo que buenamente se puede: pasta, arroz, legumbres, leche, galletas para sus dos niños… y poco más. El día que le toca recibir comida deja a los niños con su madre, porque aunque no se separa de ellos por nada del mundo, no quiere que la vean pedir limosna. Ya se sabe lo que son las colas de Cáritas.
En las parroquias aparecen de cuando en cuando personajes, normalmente ociosos, pero con ganas de que trabajen los demás en cosas que básicamente sirven para poco, pero entretienen.
El fin de semana está siendo muy intenso. Estamos embarcados en plena campaña del kilo y mañana se inaugura el economato. Esto quiere decir que el día hoy se presenta calentito: seguir en el centro comercial al menos hasta las dos de la tarde, transportar en coches particulares hasta la parroquia todo lo recogido, y la tarde para colocar, poner precios, y dejar todo como un jaspe. Mi compañero y yo, naturalmente, misas y confesiones toda la mañana.