13.01.14

Monaguillos: ¿"pa qué tantos"? Con anexo profético

Los monaguillos, para empezar, me parecen un extraordinario invento. Un par de chavales que sepan su oficio, acompañen al sacerdote, le ayuden con las vinajeras y el lavabo, la campanilla o la bandeja de la comunión, es un servicio muy de agradecer. En días solemnes, otro par para que ayuden con incensario y naveta, perfecto. Pero no más.

Me sorprende de cuando en cuando ver celebraciones con legiones de monaguillos. Qué digo dos o cuatro: seis, ocho, diez… ¿”Pa” qué tanto? Porque sales con las ocho criaturas y a ver cómo te las apañas para que hagan algo.

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12.01.14

Un papelito de Rafaela para el señor Ramón

Cuando el señor Ramón se ponía pelma, no era fácil de contentar. Anticlerical de toda la vida, con un toque de intelectual y una sonrisa de esas de perdona vidas. Con lo bien que estaban las mujeres solas y esa tarde tuvo que arrimarse el buen hombre.

No le faltaban teorías, razonamientos, algún dato de esos que dejaban a la gente asombrada, menos a Rafaela, que cuando le escuchaba hablar de sus filosofías como él llamaba a sus peroratas le decía: “anda Ramón, que tú una vez leíste un libro y todavía no lo has digerido”.

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10.01.14

Casos y cosas de Cáritas: mi vecina Angelita

La gente de mi pueblo seguro que la van a identificar sin demasiados problemas aunque debe hacer como treinta años de su fallecimiento. Era vecina mía, una mujer muy humilde. Vivía de una pequeñísima pensión de no sé qué, y cuatro perras que le daba el ayuntamiento por barrer las escuelas. Viuda, los hijos marcharon a trabajar a la ciudad y estaba sola. Pero recuerdo lo que le decía a mi madre: “no sé qué hacer con tantos cuartos”.

Insisto: cuatro perras mal contadas. Eso sí, la Angelita era una mujer muy “apañá”. Para calentarse, salía al campo y de cuando en cuando se traía una gavillita de tomillos y cuatro palos, y con eso bastaba. Su vestimenta de negro, una falda, blusa y mantón. Para comer, con cualquier cosa se hacía una sopita, a lo que añadía un poco de leche y poca cosa más. Se administraba tan bien que no sabía qué hacer con tanto dinero. Qué cosas.

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8.01.14

¿Viajar a Tierra Santa?

En mi parroquia, como en tantas otras, estamos aprovechando el mes de enero para organizar una nueva peregrinación a Tierra Santa. No es la primera vez, y lo hacemos convencidos de que es un gran bien espiritual para muchas personas conocer la tierra del señor Jesús.

Justo porque andamos ahora en esos menesteres, aprovecho para dar algunas orientaciones a esas personas que en algún momento me preguntan por la conveniencia de hacer un viaje a los santos lugares. ¿Merece la pena? Intento aportar algunas ideas que seguro quedarán completadas con la experiencia de tantos amigos.

A Tierra Santa no se viaja, se peregrina. Es que no es lo mismo. Viajar es conocer, ver, observar. Peregrinar es acudir a un lugar santo para encontrarse con el Señor y robustecer la fe. Es acudir en un ambiente de oración, de escucha, de apertura del corazón ante el Señor.

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6.01.14

Josep M. Bausset, O.S.B.: me pido el evangelio con conservante

Hay medios, instituciones y personajes de la vida eclesial que son, desgraciadamente, una fuente inagotable de despropósitos y naderías. El monasterio de Montserrat siempre fue nacionalista, pero serio. Ahora ya, ni eso. Sus monjes tenían fama de formalidad, hondura intelectual, profundidad teológica y saber hacer. Parece que últimamente han decidido dejarse deslizar lanzarse en los brazos del nacionalismo más casposo y la progresía más insustancial. Ellos sabrán.

He podido leer en Religión Digital, que no deja de ser una simpática caja de sorpresas que se supera por momentos y mira que es difícil, la carta que Josep M. Bausset, monje benedictino escribe a los reyes magos. Parece mentira lo que puede decir del autor una carta a sus majestades. Curiosa, realmente curiosa.

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