Grupos de presión en las parroquias
Abundan más de lo que se supone, y ya se supone mucho. Son esos grupos de parroquia que, poco a poco, abusando de la buena voluntad de un sacerdote, han ido atrapando parcelas de poder hasta convertirse en los grandes tiranos de la parroquia por encima del resto de los laicos, los sacerdotes y el obispo si se tercia.
Y el caso es que comenzaron bien. Aquel coro, lleno de gente buena, colaboradora, amable, parroquial, en perfecta sintonía con el párroco, llega un día en que se ha transmutado en un conjunto de sospechas, reivindicaciones, condicionantes y agresividad que no hay quien se atreva a cuestionar. ¿Qué ha pasado? Pues un poco de todo: dejadez del buen cura que confía porque no llega a todo, la incorporación de Manoli y Moncho, no creyentes pero buena gente, una llave que se les facilitó de los locales con lo que ensayan cuando quieren y hacen lo que les da la gana y finalmente no querer ver la situación. Gente que antes participaba en el consejo parroquial hoy es agresiva, individualista, canta lo que quiere y Dios te libre de lo contrario.