1.08.14

Ya era hora de que alguien recordara lo que es el rito de la paz

Nada que nos deba extrañar. Cuando las cosas se desmadran, se salen de lo previsto, y se transforman en lo que jamás se pensó, normal que alguien diga algo. Lo del rito de la paz, especialmente en celebraciones “especiales” (bodas, comuniones, funerales) se había convertido en un jolgorio de no te menees. Llegaba el momento de la paz y se montaba una como si acabáramos de ver llegar a los tíos de América después de cuarenta años. No era normal.

Como no lo era que justo antes de acercarse a recibir la comunión el personal se distrajera de tal forma que luego costaba Dios y ayuda que volviesen a entrar en el interior del misterio. Ya sabe, Padre nuestro, cinco minutos de saludos, carreras, besos y abrazos y hale, a tranquilizarnos que toca comulgar. Algo había que hacer.

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31.07.14

Feliz el cura que tiene su Betania

He tenido la oportunidad de celebrar misa en dos ocasiones en Betania. Betania era ese lugar en el que Jesús se retiraba alguna vez para descansar y disfrutar de la compañía de sus amigos Marta, María y Lázaro. Suerte la de Jesús que tenía su lugar de serenidad, ocio, descanso. Suerte la suya.

Los curas necesitamos algo así. Una casa de confianza, unos amigos, un lugar donde poder acudir ese día que no puedes más, ese momento de cansancio o agobio, en esa oportunidad que todo se hace cuesta arriba. Pero también necesitamos ese lugar como espacio donde vivir siendo Jorge, siendo un amigo, donde puedes dejar de ser “el cura”, donde eres uno más, donde puedes estar sin tener que medir palabras o gestos, sabiendo que nadie te va a mal interpretar y que tus desahogos quedarán en el silencio y la discreción de los amigos.

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30.07.14

Me pido una parroquia sin feligreses

Ganas le entran a uno de pedir una cosa así. Una parroquia sin feligreses. O marcharse de ermitaño, cartujo o guardián del Sinaí. Porque vas viendo las cosas de esta nuestra Iglesia, en pequeño y en grande, y no sabes hasta qué punto tienes ganas de pelear o de dejarte la vida en cosas que no acabas de comprender si merecen la pena.

Atónito con lo que les ha pasado hace unos días a los curas de Vitigudino. Pobres. Se les ocurre decir que no puede ser eso de vivir en lo que toda la vida se llamó concubinato y ahora como pareja de hecho y ser a la vez mayordomos o presidentes de cofradía y la que se ha liado. Aquí o tragas con carros y carretas, y entonces te llevas mal contigo mismo y con el mismo Cristo, o estás condenado a la hoguera de la nueva inquisición. Porque mucho hablar de la antigua, pero es que hoy hay que ver cómo están las cosas.

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28.07.14

La beata Teresa de Calcuta no va a los talleres de espiritualidad de Manresa

Ni sus hermanas tampoco.

Aunque alguna vez ya lo he dicho, es de esas cosas que de cuando en cuando merece la pena recordar. Un servidor hace tiempo que tiene como criterio para su personal vida cristiana y su acción pastoral hacerse la siguiente pregunta: ¿la beata Teresa de Calcuta se apuntaría a algo así? ¿Enviaría a sus hermanas a un curso de este tipo, a unos ejercicios de esta forma, o les invitaría a leer libros de tal autor o tal espiritualidad? Si la respuesta no es claramente positiva entonces lagarto, lagarto, no es propuesta de fiar.

Acaba de llegar al correo de la parroquia la propuesta de actividades de la Cueva de San Iganacio de Manresa, un centro jesuita que se presenta como centro internacional de espiritualidad. Merece la pena conocer las ofertas, para acudir o salir huyendo, depende ya de la idea de cada cual.

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25.07.14

Aleluya y salir corriendo

El último día fue de muerte y vida. Tras conocer la piscina probática y el lisostrotos, nos lanzamos a recorrer la vía dolorosa rezando el vía crucis. Cargamos con la cruz, liviana cruz que llevábamos entre cuatro, mientras recorríamos cada estación. Rezar, cantar, vivir mientras nos acercábamos al santo sepulcro.

En la basílica del santo sepulcro comenzamos con la clave: visitar la tumba vacía. En ella la clave de todo: mirad donde lo pusieron, no está aquí, ha resucitado. Después, el calvario. Ver y tocar la piedra donde estuvo clavada la cruz que fue la vida.

Gozosa y emotiva misa de resurrección. Tierra santa es lugar de lágrimas y emociones continuadas. Bendito sea Dios. Que magia encierra cada vez que proclamas AQUÍ.

La situación en Israel es muy sería. Tanto que nada más a abra la misa en el santo sepulcro optamos por salir corriendo. Así cómo suena. Comer, recoger maletas a toda prisa, el éxodo del siglo XXI, y correr hacia la frontera jordana. El aeropuerto de Tel Aviv está prácticamente cerrado y es imposible asegurar un vuelo desde allá. Así que anoche hemos dormido en Jordania para tomar el vuelo directamente en Amman.

Teníamos nuestros miedos, aunque el tiempo que hemos estado en tierra santa no hemos notado nada raro. Ayer sí vimos más policía y más soldados y algunas calles de Jerusalén cortadas. Como digo, nada más comer corriendo hacia la frontera ya que a las 20 h. la cierran cada tarde y teníamos miedo de que a muchos se nos ocurriera la misma idea.

Ahora estamos en el hotel a punto de desayunar y marchar al aeropuerto.

La gente feliz. Ha sido algo grandioso. Bendito sea Dios.