Dicen que no tenemos un euro. La cuenta de la vieja
Lo de la economía. si preguntamos a una Rafaela cualquiera, es bastante sencillo. Uno gasta de acuerdo con lo que ingresa, ahorrando unos eurillos por si un día hay algo extraordinario, y no se sale de ahí. Si entran cien, se gastan noventa y cinco, y si uno tiene ganas de hacer más dispendios se aguanta.
Cuando las cuentas no salen, no se cuadran, toca o bien aumentar ingresos, qué bien lo sabían aquellos pluriempleados, o reducir gastos, en lo que eran auténticas doctoras esa buenas amas de casa expertas en cocina económica, zurcido de calcetines, renovación de chaquetas y aprovechamiento de casi cualquier cosa. Rafaela siempre lo tuvo claro: si no nos llega, o aumentamos ingresos o reducimos gastos. Así de fácil.