17.03.18

Palmerismo eclesial

Es lo que siempre ha habido y sigue habiendo. Parto de mí mismo. Parto del hecho de que nos encantan los palmeros y nos rodeamos de palmeros, mientras que dejamos de escuchar toda voz medianamente crítica a la que tachamos de mala voluntad.

El “palmerismo” tiene su primera causa en los propios interesados, seamos curas, obispos o incluso el santo padre. Nos encanta, como a los fariseos del evangelio, que nos cedan los primeros puestos y, sobre todo, que nos regalen los oídos diciéndonos “usted cuánto vale”, “qué bien lo hace”, “ya era hora de alguien como usted” (peligrosísimo), “no haga caso de esos que no le quieren bien”. Acabamos rodeándonos no tanto de gente formada, crítica en buen plan, o simplemente discrepante, para caer en manos de los vulgarmente llamados pelotas, que haberlos haylos en las parroquias, en las curias episcopales o en la misma santa sede.

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15.03.18

El respetable. No nos tomen el pelo, por favor

Hace ahora cuatro años que escribí el artículo que hoy les vuelvo a presentar. No es mi costumbre. Posiblemente sea la primera vez que lo hago. Pero es que me parece que el personal se merece un respeto. El primero, el de no ser víctima de tomadura de pelo. 

Los fieles laicos, a ellos me refiero especialmente con lo del respetable, tienen sus derechos. El primero, el de ser respetados en su dignidad de bautizados y ser atendidos como manda la Iglesia. Pero es que además los laicos son los paganos del invento, los que aportan sus dineros, muchos o pocos, y tienen derecho a saber si realmente sus donativos son para sustentación del clero y obras pastorales y de caridad o se derrochan en cosas inconfesables. 

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13.03.18

Por aclamación: cosas de "Socio"

Esto es por aclamación popular, porque son muchos los que en comentarios o por mail me preguntan por el buenazo de Socio. Ante todo, presentaciones, que quizá no todos sepan quién es el tal “Socio”.

Socio es un ser perruno, raza westy, que comparte su perruna existencia con este su seguro servidor desde hace ocho años. No es un perro precisamente piadoso. Esto lo tengo hablado largo y tendido con Luis Fernando y con el P. Iraburu y lo achacamos a la falta de la gracia bautismal, cosa, por otra parte, harto difícil de solucionar. Lo más que ha recibido, en ocasiones varias, ha sido la bendición en el día de San Antón, pero seguimos en las mismas.  

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12.03.18

Cosas de pueblo: el miñi

Hoy cumplo cuatro meses desde mi llegada a Braojos, Gascones y La Serna. Y se me ha ocurrido contarles cosas de por aquí, curiosidades, anécdotas o sucedidos.

Una de las cosas que hemos andado haciendo ha sido dar una vuelta a la sacristía de la parroquia de La Serna. Ya saben: limpieza de ornamentos, ordenar cosas, revisar manteles… Entre otros hallazgos, un antiguo mantel del primitivo altar. Antiguo, bello… ¿Lo ponemos? ¡Lo ponemos! Es fácil de colocar, me dice una de las entregadas voluntarias. ¿Ve el letrero? Yo sé que el miñi va en el medio. ¿El miñi? Evidentemente el miñi era un mihi latino: fili praebe mihi cor tuum. Ya ven, me dice ella, toda la vida diciendo el miñi.

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10.03.18

Templos vacíos y peleas entre nosotros

Leo con mucha alegría las declaraciones del arzobispo de Abuja, en Nigeria, Cardenal John Onaiyekan, en una entrevista concedida a la cadena austriaca ÖRF, y que recoge Infovaticana. En ellas se muestra extrañado de que en Europa estemos tan preocupados de la acogida a las parejas homosexuales o la comunión a los divorciados cuando resulta que nuestros templos se vacían y cada vez son menos los que acuden a nuestras iglesias. Ese es nuestro gran problema. Sin embargo, nos dedicamos a darnos de garrotazos.

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