De mi experiencia al tú qué sientes, pasando por es que yo creo
Esto es más viejo que hacerlo en pared, que dicen en mi pueblo. Es el modernismo de siempre, pero a la “pata la llana”, es decir, a lo corrientito. Ni estudiar, ni comprender, ni comparar, ni nada de nada. Aquí lo que vale es la experiencia personal, lo que motiva el sentimiento interior, y la tesis fundamental eso de yo creo que y a mí me parece que. Punto pelota que dicen los modernos.
Hemos canonizado a lo más falso del conocimiento y el raciocinio: la propia experiencia, convencidos de que solo la experiencia personal es válida como fuente de conocimiento, lo que nos llevaría al absurdo de suprimir ginecólogos varones y geriatras de menos de setenta años. La experiencia es siempre muy parcial y más falsa que billete de doce euros con cincuenta.