2.06.20

Simplezas cardenalicias

Aquí nada se puede dar por supuesto. Eso era antes. O a lo mejor tampoco. Vaya usted a saber. El caso es que a alguien que llega a cardenal de la Santa Madre Iglesia, por principio, se le presume culto, sensato, de vida tan honrada como honesta, capacidad de juicio y discernimiento y entrega a Cristo hasta derramar la sangre. Ya vimos por el caso McCarrick que siempre puede salir el cuento al revés: el príncipe convertido en sapo.

Me encuentro en las últimas noticias un par de gansadas de dos purpurados. Gansadas aparentes, pero que entiendo tienen un trasfondo teológico muy serio.

En primer lugar, porque es la primera noticia que he visto, traigo al cardenal António Marto, obispo de Leiria-Fátima. El señor cardenal, simpático el tipo, para favorecer y justificar la comunión en la mano, nos ha salido con el impactante argumento de que “Cristo dijo ‘tomad y comed’, no dijo ‘abre la boca’”. La verdad es que el señor cardenal lo pone a huevo.

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29.05.20

El Astete y el Ripalda sin complejos

Yo sé que reivindicar hoy los catecismos de Astete y Ripalda o simplemente los catecismos nacionales de primer y segundo grado que se estudiaban en España te convierten en católico despreciable y sin posibilidad de reconversión. Habida cuenta de que ya cuento con ello, al asunto me lanzo.

El catecismo del P. Astete se publicó por primera vez en 1599 y se dice que tuvo más de mil ediciones en diversas lenguas. El de Ripalda es de 1616. Con estos dos catecismos aprendieron la doctrina cristiana españoles e hispanoamericanos hasta el concilio Vaticano II.

Cuatrocientos años. Ahí es nada. Una forma clara de aprender los fundamentos de la fe con un práctico sistema de preguntas y respuestas que tampoco eran tantas. El de Ripalda, 253 en sus últimas ediciones. El de Astete por ahí andaba.

Siguiendo el modelo clásico de preguntas y respuestas, y tomando sin duda como base los dos catecismos citados, en España, en los años 50, se comenzaron a estudiar los llamados catecismos nacionales de primer y segundo grado. El de primer grado tenía ciento seis preguntas y respuestas y el de segundo llegaba a las trescientas.

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27.05.20

La candidata

No tenía el gusto de conocer ni de oídas o leídas a doña Anne Soupa, que parece ser una teóloga y biblista progresista (eso sobre todo que no falte) que ha conseguido sus cinco minutitos de fama al ofrecerse como candidata para suceder al cardenal Barbarin al frente de la archidiócesis de Lyon.

Una más. Vivimos en una Iglesia en la que lo que venden son las ocurrencias, cuanto más ocurrentes mejor. Yo creo que nunca habíamos contemplado tantas bobadas. Hoy es doña Anne, presidenta por cierto de una cosa denominada “Comité de faldas”, auto postulada para arzobispesa, como ayer tocaron esos cinco minutos de salto a la gloria a una religiosa nonagenaria que ha decidido dedicar los últimos años de su vida a reivindicar la supresión de las mitras episcopales. Qué mal andamos.

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25.05.20

Cada día me gusta más el derecho canónico

No se fíen de esos supuestos liberales que en prueba de su talente aperturista van echando pestes de leyes y normas. No se fíen. Todos los dictadores, grandes o pequeños, lo primero que hacen es ponerse el disfraz de corderitos demócratas, denostar leyes y normas por la aparente cosa de la libertad del pueblo y luego, como ya no tienen cortapisas, entre otras cosas porque se lo hemos consentido, se dedican a hacer lo que les da la gana y a convertirse en los mayores dictadores.

Soy firme partidario del derecho, sea romano, civil, penal, mercantil y, sobre todo, del derecho canónico, que lejos de ser el arma con el que los poderosos nos oprimen, es el mejor escudo que puede tener el débil. Por eso no es solo que servidor sea el mayor defensor del derecho canónico, sino que siento no esté aún más desarrollado, precisamente para evitar que el obispo de turno haga con un servidor según sea su capricho. Para eso está el derecho, para limitar los excesos de el de arriba y garantizar los derechos de el de más abajo.

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22.05.20

Un año para la Laudato si. Ganas de hacer el avestruz

Bien. Una ocurrencia más. Ganas de dedicarnos a lo menos importante quizá  por que no sabemos, no queremos, no nos atrevemos, no nos dejan o no podemos, mejor no entrar en el por qué, dedicarnos a cosas que como Iglesia sí me parecen de una extraordinaria importancia.

Dedicar un año entero a algo se supone que es porque el asunto es de extraordinaria importancia y gravedad y es casi cuestión de vida o muerte que todo el mundo se haga consciente de una realidad que se hace imprescindible transformar. Otra cosa es que, como Iglesia, no tengamos nada más apremiante que la ecología integral.  

Todo lo contrario. Rafaela, sin ir más lejos, y con ella Joaquina y todas las buenas gentes de Braojos, Gascones y La Serna, cuidan el medio ambiente, reciclan, separan residuos más que nadie: cenizas de la chimenea, cartón, plástico, vidrio, pilas, orgánico. Cualquier anuncio nos habla de lo ecológico, el ahorro energético, el respeto al medio ambiente. Las leyes están a favor, tenemos agentes forestales que cuidan nuestro entorno y un SEPRONA de la guardia civil para lo mismo. La ONU y no sé cuántos organismos institucionales apostando por lo ecológico.

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