16.11.20

Cuando una noticia se te revuelve y te sacude en los morros

Claro. Porque las cosas no tienen una lectura sola, pueden tener varias. O pudiera suceder que de una información que se ofrece se pudieran sacar conclusiones para nada deseadas. Por ejemplo, si yo digo que en La Serna van a misa cinco personas los domingos, la segunda lectura es que hay decenas que nanay. 

Leo hoy en medios digitales la supuestamente buena noticia según la cual medio centenar de instituciones católicas, entre las que se encuentran en España la diócesis de Vitoria y la parroquia del Perpetuo Socorro de Zaragoza, siguiendo las recomendaciones del Vaticano, han anunciado su desinversión en combustibles fósiles. 

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13.11.20

Momento para la fidelidad y el martirio

Espero que estén conmigo en que como Iglesia católica no vivimos el mejor momento. No me meto, Dios me libre, en la conciencia de nadie. Pero hay datos que son del todo elocuentes. Al menos en lo que respecta a España no lo podemos negar. Los datos simplemente sociológicos nos hablan de un desplome en el número de los que se consideran católicos, hoy apenas dos tercios de la población. Bodas, bautizos y comuniones caen en picado, las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada escasísimas, conventos cerrando día tras día e incluso económicamente camino del desastre. Las finanzas vaticanas en estado preagónico -creo que soy optimista- e incluso diócesis que tradicionalmente se mantenían con una cierta comodidad, como Madrid, pasan por momentos complicados.

Mucha gente me pregunta qué hacer.

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11.11.20

Las teólogas feministas hablando del empobrecimiento teológico del cura rural

La gente ya no sabe (o sabe muy bien) cómo llamar la atención. Se han reunido unas cuantas mujeres en lo que parece, por la foto, el templo del centro pastoral san Carlos Borromeo de Madrid, para reivindicar lo de siempre arrogándose la representación de las mujeres católicas de todo el mundo. Ya digo desde ahora que de todas no, porque Rafaela, que se ha modernizado lo suyo, me ha llamado por teléfono al grito de “a mí no me representan”. Parece, eso cuentan, que están preparando un sínodo.

A mí me parece que lo primero que tiene que hacer uno o una, que tanto monta o tanta monto, es ser honrado con el diccionario, porque un sínodo, según el diccionario de la lengua española, el de la academia, el fetén, es “1. m. Concilio de los obispos. 2. m. Junta de eclesiásticos que nombra el ordinario para examinar a los ordenandos y confesores”. Y un sínodo diocesano, sigo con el diccionario, “1. m. Junta del clero de una diócesis, convocada y presidida por el obispo para tratar de asuntos eclesiásticos”. Por tanto, con el diccionario en la mano, de sínodo nanay, aunque muy posiblemente el diccionario sea machista, heteropatriarcal, clericalista y encima misógino, y nadie va a decir a estas féminas, ni los académicos de la lengua, qué cosa sea el lenguaje correcto. Lo saben y punto.

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10.11.20

Que lo arregle el siguiente

Es la gran solución del momento. Problemas con el tejado de la parroquia de san Sisebuto, deudas de la diócesis de Villajoyita Linda, ausencia de vocaciones en las Társilas, falta de presbíteros en la zona de Ruralia de Arriba, disminución de fieles en las misas dominicales, desplome del número de bodas y bautizos.¿Solución? Parchear para salir del paso y que lo arregle el siguiente.

Tengo la sensación de que es lo que venimos haciendo desde hace unos cuantos años. Un arreglo para quitar las goteras más urgentes en san Sisebuto, el enésimo crédito para Villajoyita, crear la asociación de laicos de espiritualidad társila, suprimir misas y mandar laicos para que celebren la palabra los domingos en Ruralia, quitar misas también en la ciudad y en cuanto a bautizos y bodas mejor pocos pero bien preparados, cosa que no se cree ni el más optimista. 

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8.11.20

Junta extraordinaria de no nacidos

Sí. Tuvo lugar ayer sábado, día 7 de noviembre, a última hora de la tarde, hora USA. No es que los niños ahora salgan espabilados, es que desde el vientre materno empiezan a organizarse. No me digan cómo, aunque hay quien mete a sus ángeles de la guarda en el asunto. El caso es que los no nacidos se entienden entre ellos, se movilizan y hasta quien sabe si acabarán convertidos en sindicato, grupo de presión o movimiento ciudadano liberacionista.

Los niños no nacidos no votan. Lo hacen sus padres. Pero sí siguen la campaña electoral porque, aunque están calentitos y tan cómodos en la tripita de mamá, tragan mucha tele, mucho debate y mucha propuesta. De muchas cosas no entienden, por ejemplo, saben poco de emigración, aunque los hay con mamás en situación legal irregular, pero nada de las relaciones comerciales con China o el supuesto armamento nuclear de Corea del Norte, cómo llevar las relaciones políticas y económicas con Europa o de hacer un plan para la reindustrialización de Detroit.

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