La loca aventura de unos curas locos
Porque hay que estar locos para montarse, en este mundo de lo políticamente correcto, el buenismo y una cobarde prudencia, una tertulia que llaman contrarrevolucionaria porque en ella se dicen esas cosas que muchos piensan pero que nadie suelta por aquello del qué dirán.
Curas, apenas media docena, de buena formación, jóvenes y sin complejos. Curas que visten de curas, incluso con sotana, se afeitan la lengua cada mañana, y, sintiéndose, más que sabiéndose, libres, hablan de lo que les parece, comentan lo que creen oportuno y opinan de todo lo opinable desde la más estricta fidelidad a la doctrina de la Iglesia, pese a quien pese y poniéndose por bonete incomprensiones e incluso, en algún caso, muy serias amenazas.