La famosa pastoral del bar - Y una nota final IMPRESCINDIBLE
Creo que no supe explicarme del todo bien en mi último post. Es verdad que a veces uno se cansa, pero sobre todo era un post de agradecimiento a Dios que sabe ir dando ánimos y razones para seguir adelante. Más aún, estoy muy tranquilo y sigo ilusionado, aunque una cosa es estar ilusionado y otra ser iluso. Sé muy bien dónde estoy.
En la Iglesia seguimos con unos latiguillos de los años setenta -han pasado sesenta años- que somos incapaces de superar. Si hablamos de ciudades y barrios, los sacerdotes obreros y si de pastoral rural, el cura párroco en el bar y echando la partida, era lo más. Han pasado sesenta años.
La experiencia de los curas obreros acabó en que los obreros no entraron en la Iglesia y los sacerdotes se salieron de ella. La de los curas de bar en que los paisanos siguieron sin ir a la Iglesia aunque diciendo que Manolo, el cura, es mu majo, tanto que ni parece cura, lo cual es algo muy serio.