La señora Rafaela se confiesa
Confesiones cuaresmales en el pueblo. Poca gente, pero siempre acude un grupito que aprovecha para acercarse al sacramento. Entre otros penitentes, la señora Rafaela, que se las tendrá con el párroco, pero el sacramento es el sacramento y una cosa es que le ponga las cosas claras y otra muy diferente que no sepa que en la confesión el sacerdote es Cristo, por más que en este caso vaya con camisa de cuadros y tengan sus discrepancias en algunos asuntos. Cosas de la señorita María Teresa, maestra de pueblo, pero que supo educar a las niñas con sólidos fundamentos.
A la salida, Jesusa: ¿Pero vosotras sois de las que todavía vais a contarle al cura vuestras cosas? Anda y qué le importaré a él lo que yo haga, si luego los curas son los peores. Yo ya me confieso con Dios. Hay que ser modernos.