La primera comunión de los dos hermanitos
Prometí hablar del asunto y ahí va, aunque el asunto sea espinoso. Antes de nada, afirmar que tanto en primeras comuniones como en demás sacramentos, es el párroco en definitiva el “administrador” de los sacramentos, es decir, quien debe discernir cuándo, cómo y en qué condiciones. En el caso de primeras comuniones estoy convencido de que hay niños con sus seis – siete añitos que por formación y familia estarían perfectamente preparados para recibir la eucaristía, mientras que los hay que te da igual siete años que diez que son incapaces de distinguir lo básico: el pan consagrado de una galleta María.
El problema es que, por desgracia, se hace necesario mantener unos criterios para salvaguardar la integridad moral e incluso física del pastor. Porque no es nada sencillo decir a los padres que estos niños harán su primera comunión con siete años, esos con ocho y aquellos otros ya veremos. La respuesta puede ser de telediario, fuerzas de seguridad y servicios de urgencia.
Así que lo menos malo es que cada diócesis establezca sus criterios y permanecer firmes en ellos para evitar males mayores.