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27.08.13

Necesidad de formación. Y a las pruebas me remito

La realidad supera a la ficción. Cuando hablo de falta de formación elementalísima de muchos católicos, no lo hago porque sí. Es que uno lo constata día a día. Hoy dejo algunos ejemplos. Sucedidos completamente reales. Y no exagero un ápice.

BAUTISMO. Una de las charlas de preparación con los padres: “Mire, el padrino será mi cuñado, es testigo de Jehová, pero no creo que importe mucho ¿verdad?”

Más de BAUTISMO. La mamá que viene a la parroquia porque el niño va a hacer su primera comunión y hete aquí que no está bautizado. “Que cuándo podemos bautizar al niño para que haga su primera comunión. Ganas que tienen de complicarnos la vida a los padres. No sé a cuento de qué hay que bautizarle para eso”.

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26.08.13

La misa te da sorpresas, sorpresas te la la misa, ay Dios

No, no me refiero a misas con rosquillas y calimocho, versos de Tagore y la hermana Veneranda repartiendo gominolas. Eso se supone que ya lo deberíamos tener superado.

La misma celebración de la eucaristía, la fetén, la que es fiel a la liturgia y al misal, la mismísima misa del domingo, la que no tiene nada que reprocharse en lo litúrgico, lo pastoral o doctrinal, no cabe duda de que se hace diferente según quién sea el celebrante. Porque D. Manuel es de misa rezada, homilía de cinco minutos, y en poco más de media horita podéis ir en paz. D. Justo no sabe entenderse sin predicar por debajo de los quince o veinte minutos y los tiempos de silencio los alarga, alarga, alarga… El P. Senén es de cantos personales: kiries, gloria, diálogo del prefacio, prefacio, palabras de la consagración, aclamaciones, sanctus, agnus… Y al P. Juan le encanta que se cante en cada momento y si no tiene coro se lo hace él mismo.

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25.08.13

Vegetarianos por el derecho a decidir

Más o menos todos sabemos lo que es un vegetariano: un señor (o señora, perdón) que no come carne. Punto. Los hay más estrictos que también suprimen pescado, lácteos y huevos. Otros admiten alguna o algunas de estas cosas. Pues ya está. Coma cada cual lo que le plazca.

Lo curioso serían otros tipos de vegetarianos. A saber:

Vegetariano que no practica. En su mente está encantado con lo de la lechuga, el tomate, las patatas, la soja y las algas marinas, aunque en la práctica es alguien que practica la elegancia gastronómica de chuletón, solomillo, chorizo de Cantimpalos y morcillas de Burgos. Sencillito: es vegetariano más que nadie, mucho más que esos que no salen del tomate y la achicoria, lo que pasa es que no practica.

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24.08.13

De los nervios en misa (o morcillas las de Burgos)

No siempre es uno el que preside la celebración. Puede suceder que concelebres en la eucaristía, por ejemplo, o que participes como simple fiel en la liturgia. He de reconocer que en ocasiones acabo de los nervios. No me digan por qué, pero hay cosas que me quitan la paz. Que a lo mejor están bien hechas o son convenientes, que en eso no entro, pero que en lugar de ayudarme a entrar en el misterio me sacan de él, de forma que en vez de participar y disfrutar de la ceremonia acabo deseando que aquello termine pronto para poder ir en paz.

¿Puedo poner algunos ejemplos? Evidentemente que sí, y seguro que los lectores tendrán otros mil. Allá van los míos.

Lo que peor llevo son las innumerables “morcillas” (1) interrumpiendo constantemente el ritmo. Vamos a ello. Padrenuestro y rito de la paz sin ir más lejos:

- Fieles a la recomendación del Salvador… porque el padrenuestro es la oración de la comunidad, la oración que nos hace hermanos, en la que hemos de fijarnos en cada palabra, porque no podemos rezar de cualquier manera… bla, bla, bla… ¿Rezamos o no rezamos?

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23.08.13

De confesiones, horarios y estar en el confesionario

Cada vez que aparece el tema del sacramento de la reconciliación, vulgo lo de confesarse, suscita un clamor entre los fieles que se quejan de la poca facilidad que encuentran para acercarse a este sacramento. Muchos templos directamente carecen de horario de confesiones y en no pocos se resuelve con un “estamos disponibles, avisen”.

Para la gente no es nada fácil. Llegan a la iglesia, y cerrada. Van al despacho y encuentran a un sacerdote quién sabe si atendiendo a una persona, charlando con los catequistas, organizando las flores del domingo o hablando por teléfono. Comprendo que es una heroicidad plantarse en medio para decir que si confiesa… No digamos si está el sacerdote en la sacristía con los lectores, tres monaguillos, el responsable del coro y la señora Rafaela: “que si confiesa…

Lo útil y cómodo es que haya un horario MUY AMPLIO de confesiones y con el sacerdote en el confesionario, porque eso es lo que facilita al fiel el acceso al sacramento y es además lo que atrae como un imán a los que no pensaban confesarse pero vieron al sacerdote y… acabaron haciéndolo. He de decir que las grandes confesiones suelen producirse justo en esas circunstancias.

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