Parroquia o "traperos de Emaús"
Bolsas de ropa. Así me las he encontrado esta mañana cuando sacaba a pasear al perro. No es la primera vez. Ropa y cualquier otra cosa. Para la parroquia, todo vale.
La gente en general es muy buena y generosa. Pero de verdad que no se hacen idea las cosas que nos traen con el pensamiento de que serán útiles en la parroquia o para alguna persona necesitada. ¿No lo han pensado? Pues vamos a ello. Además, por “lotes”.
ROPA. Lo más abundante y con diferencia. Especialmente en otoño y primavera que es cuando se impone cambio de vestuario y el espacio en cada armario se convierte en artículo de primera necesidad. Uno no llega a entender de dónde se ha sacado la gente que en todas las parroquias del universo existen inmensos roperos atendidos por legiones de voluntarios para vestir al desnudo. Un ropero exige muchísimo espacio y un ejército de voluntarios para clasificar, recoger, lavar, planchar. No en todas las parroquias se puede tener ni es necesario. Pues nada, sin preguntar: bolsas y bolsas. Y cuando dices que en la parroquia no se recoge ropa te dicen que es igual, que te la dejan ahí y que tú sabrás que hacer con ella… Y eso, si preguntan, que demasiadas veces pasa lo de hoy: ahí queda eso.