Desde Medugorge
Escribo con el teléfono. Ayer estuve con celebrando en la misa del encuentro internacional de jóvenes. Decenas de miles. Cientos y cientos de sacerdotes. Una celebración alegre y a la vez con un silencio impresionante.
Fe y vida. Alegría y gozo. Gente de todo lugar. Emoción en las gargantas.
En Mostar se unen la belleza del lugar con las huellas del conflicto. Muchos peregrinos que se escaparon de Medugorge para extasiarse con la ciudad.
Contento el grupo. Hemos rezado junto a los jóvenes y nos llevamos una imagen des Virgen para esa colección de imágenes que estamos haciendo como parroquia.
Mis disculpas por un post tan apresurado. Pero quería deciros que ha sido un regalo de Dios poder estar con los jóvenes en Medugorge. Estoy muy contento. Y repito: una celebración de la eucaristía solemne, alegre, intensa, emocionante, viva. Con una alegría que luego se notaba por las calles. Bendito sea Dios. Bendita sea su Santísima madre.