7.07.20

Abra usted su propio blog

Cuánto despistado o lo que sea, que no voy a entrar en ello, que aparece por cualquier blog con la vana pretensión de dictar sus normas y criterios sobre su funcionamiento.

Hay un grupo, numeroso o no es lo mismo, que vamos a llamar de los doctrinarios. Son esos que te sacuden porque unas veces no eres suficientemente ortodoxo, otras porque lo eres más de la cuenta, te zumban por omitir cuestiones supuestamente de extrema gravedad o intentan zaherirte por plantear lo que entienden nimiedades.

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5.07.20

Entre la depresión y el ataque de nervios

La pastoral, como la buena cocina, es cosa lenta. Pobres de nosotros como nos pillen las prisas. Demasiadas veces nos ponemos nerviosos porque la gente no responde, no encontramos apoyo en lo que hacemos, toda actividad parece inútil. En la vida cristiana, en la vida pastoral, lo único que va con prisa es la destrucción de lo existente. Me explico.

Creo que voy a quitar la misa de diario, te dice un compañero sacerdote. No merece la pena. Estoy celebrando y no viene nadie. En estos casos vale la pena que nos preguntemos cuánto tiempo hace de esto: ¿una semana, un mes, un año? Es poco. Te sientas en el confesionario y nadie… Dices las cosas y ni caso. Mi experiencia de unos cuantos años como sacerdote es que la paciencia es la madre de la vida pastoral.

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2.07.20

El progresismo como auto justificación del vago

Piénsenlo y verán como tengo mucha razón.

El progresista no necesita conocer, leer ni estudiar. Las cosas son como él piensa, cree y opina, Jesucristo lo haría o no lo haría así, lo importante es el espíritu del concilio, hay que ser libres a la hora de opinar y todo lo que suene a otra cosa es fascismo clerical y vuelta a la inquisición. Citar ante un progre el catecismo, los documentos del concilio a la letra, misales o rituales es simplemente acabar siendo tachado de intolerante, rígido, cavernícola, ultramontano e infocatólico.

Para un progre confesar individualmente no tiene sentido. Horas de confesionario que se ahorra. No merece la pena multiplicar misas, ya que Jesucristo no dijo más que una en toda su vida, y de paso menos trabajo aún.

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27.06.20

La inmadurez de san Luis Gonzaga

Mucho me temo que se nos estén confundiendo madurez con acomodación al sistema dominante establecido. Algo así como una rendición ante lo que se lleva, que se nos disfraza de sentido común, responsabilidad y un saber estar en los tiempos que corren. Madurez como resignación, como una opción por vivir como todo el mundo, no ser nota discordante en el actual estado de cosas y abandonar incluso principios, abandonar o posponer, para no desafinar en medio del más vulgar, perdido y chabacano acorde. Según los criterios de nuestro mundo actual nada menos que san Luis Gonzaga sería claro ejemplo de infantilismo.

¿No me creen? Repasemos su vida. ¿Ustedes, amigos lectores, creen que es sensato y maduro un voto de virginidad a los once años? ¿Es sensato renunciar a un brillante porvenir de lujo y buena fama para hacerse nada menos que religioso jesuita? El colmo fue su manera de actuar en la peste que asoló Roma varios años y que le costó la muerte con tan solo veintitrés años. Lo sensato hubiera sido quedarse encerrado en el convento dedicado a la oración. Lo sensato y lo maduro.

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25.06.20

Obedecer sí, pero según derecho

Hablaba hace poco con un muy alto eclesiástico, y no voy a decir más. Salió el tema de la obediencia que los sacerdotes prometemos al obispo el día de nuestra ordenación, y, en un momento de la charla me dijo: “los sacerdotes, como los obispos, como los religiosos y los laicos, tenemos que obedecer según lo que exige el código de derecho canónico, no en otra cosa”. La verdad es que me resultó muy interesante la reflexión. Y en dos direcciones.

La primera hace referencia en lo que se puede exigir a un miembro de la Iglesia y lo que no. Por ejemplo, a un sacerdote. Porque una cosa es someterse a la obediencia debida y otra muy diferente que se pretenda obediencia no a lo justo, sino a lo caprichoso. Exigir obediencia a lo que manda el derecho es justo y necesario. A otra cosa es tiranía caprichosa.

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