Cárguense las moniciones de una puñetera vez
Me declaro enemigo acérrimo de introducciones y moniciones. Salvo alguna excepción del todo extraordinaria, organícese en cada parroquia el comando MNG, moniciones no gracias, que vele por la desaparición total de toda introducción, exhortación, preámbulo, preludio, admonición o recordatorio. Me lo agradecerán.
Hay algunas moniciones previstas para días muy especiales -domingo de ramos, vigilia pascual…- que aparecen en el mismo misal romano. Se aceptan porque forman parte de la liturgia de ese día. El resto, sean exterminadas de la faz de la liturgia católica.
Mal celebramos, poco cuidamos la liturgia y menos la formación de los fieles, si para que entiendan algo hay que estar dando explicaciones constantemente. La liturgia católica es tan sumamente rica en símbolos y signos que se basta y se sobra para llegar a los fieles y hacer que estos comprendan lo que se celebra. Si los signos no son captados eso significa o que se hacen de cualquier manera o que nuestros fieles tienen menos formación litúrgica que Socio.
Mal negocio rellenar las celebraciones de continuas morcillas que no hacen más que romper el ritmo de la liturgia y agotar al personal. Es que es así.
Por ejemplo, acaba la doxología final de la plegaria eucarística, y cuando uno está ya mentalizado para escuchar eso de “Fieles a la recomendación del Salvador…” y comenzar a rezar el padrenuestro, ahí se te arranca el celebrante para contarte que el padre nuestro es bla, bla, bla… Por fin rezas el padrenuestro, y justo cuando vas a dar la paz, otra vez interrupción para que sepas la importancia del gesto de la paz. Insoportable.
Y, encima, por si fuera poco que el número de morcillas fuera tan amplio que repiten ya hasta en sueños, morcillas IMPROVISADAS. Horror, terror y pavor.
Sobre esto de las moniciones servidor tiene sus manías:
1. A ser posible, suprímanse todas excepto las que aparecen en el misal.
2. Si se considerase por el día especial, una celebración diferente o un acontecimiento del todo extraordinario hacer alguna monición, sea, pero en ese caso con condiciones:
a) Las mínimas posibles, tal vez una introducción general a la fiesta, por ejemplo.
b) Breves en su contenido. Una monición jamás debe convertirse en una mini homilía.
c) Siempre ESCRITAS. La simprovisaciones solo sirven para enrollarnos y decir generalidades cuando no disparates.
95 comentarios
Cuando pueda haga una reflexión sobre las guitarras y cancioneros modernos en misa, por favor. Tal vez ya la haya hecho, en cuyo caso agradecería enlace.
Su Ave María.
verdaderamente raras y excepcionales.
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Jorge:
Corregido. Gracias!
Cuánta razón lleva!!
He acudido a alguna que duran más que
la misma misa.
El fruto es nada bueno: lo que debería ser, pasa a ser un peñazo.
Pánico al silencio?
Me sumo a petición sobre el kumbayá.
Ave María, pater
¿Padre qué opina de esta moda de poner a un fiel después del saludo inicial del sacerdote a leer una exhortación sobre el "tema" de la misa? Interpretando el numeral 31 del Misal cómo una función de los fieles
"También le está permitido introducir a los fieles en la Misa del día con brevísimas palabras, después del saludo inicial y antes del acto penitencial"
Las moniciones están expresamente permitidas en varios lugares de la Instrucción General del Misal Romano (así llaman al misal de Pablo VI) desde 1970, según los casos para ser hechas por los sacerdotes o incluso por laicos o laiquesas.
Como tantas otras calamidades de la nueva misa, no son variantes abusivas sino perfectamente lícitas.
"23. Además, para que la celebración responda más plenamente a las prescripciones y al espíritu de la Sagrada Liturgia y para que crezca su eficacia pastoral, en esta Instrucción General y en el Ordinario de la Misa, se proponen algunas acomodaciones y adaptaciones.
24. Estas adaptaciones, que consisten solamente en la elección de algunos ritos o textos, es decir, de cantos, lecturas, oraciones, moniciones y gestos, para que respondan mejor a las necesidades, a la preparación y a la índole de los participantes, se encomiendan a cada sacerdote celebrante. Sin embargo, recuerde el sacerdote que él es servidor de la Sagrada Liturgia y que a él no le está permitido agregar, quitar o cambiar algo por su propia iniciativa en la celebración de la Misa."
Cierto que se termina recordando al sacerdote que no le está permitido agregar, quitar, o cambiar nada en la sagrada liturgia ..... salvo precisamente, "para que crezca su eficacia pastoral" (¡que no falte nunca la eficacia pastoral!), acogerse a las acomodaciones y adaptaciones permitidas "para que respondan mejor a las necesidades, a la preparación y a la índole de los participantes" (¡ahí queda eso, manda huevos!).
Ancha es Castilla, y muy fácil deslizarse de las variantes permitidas a las abusivas ¡y un par de huevos duros!
Nada que ver con el rigor del inmemorial rito romano, claro está que hoy se lo tacharía de "rigorismo" o "rigor mortis" (¡en latín, por una vez!).
"105. También ejercen un ministerio litúrgico:
a) El sacristán ......
b) El comentarista, a quien corresponde, según las circunstancias, proponer a los fieles breves explicaciones y moniciones para introducirlos en la celebración y para disponerlos a entenderla mejor. Conviene que las moniciones del comentador estén exactamente preparadas y con perspicua sobriedad. En el ejercicio de su ministerio, el comentarista permanece de pie en un lugar adecuado frente a los fieles, pero no en el ambón."
"35. Para que aparezca con claridad la íntima conexión entre la palabra y el rito en la Liturgia:
1)....
2).....
3). Incúlquese también por todos los medios la catequesis más directamente litúrgica, y si es preciso, ténganse previstas en los ritos mismos breves moniciones, que dirá el sacerdote u otro ministro competente, pero solo en los momentos más oportunos, con palabras prescritas u otras semejantes."
Moniciones que dirá el sacerdote ¡"u otro ministro competente"!
Con palabras prescritas ¡"u otras semejantes"!
El mal del plurimorfismo, que es quizá el mayor mal del Novus Ordo, se remonta a la constitución conciliar sobre la liturgia.
SEGUN EL RITO ROMANO en su FORMA EXTRAORDINARIA
D) INTROITO
21 - En seguida se alza y pasa al lado de la Epístola, con las manos juntas ante el pecho. Se coloca ante el misal y lee (en voz alta) el Introito de la misa del día. Al comenzar el Introito el sacerdote se santigua, continuándolo con las manos juntas ante el pecho. Hace inclinación de cabeza hacia la cruz al Gloria Patri, y repite el Introito sin volver a santiguarse.
Terminado el Introito regresa (con las manos juntas ante el pecho) al medio del altar y vuelto hacia la cruz, permaneciendo con las manos unidas ante el pecho, dice (en voz alta) los Kyries alternando con el ministro.
Si debe recitarse el Gloria, el sacerdote sin moverse del centro del altar extiende las manos (directamente, sin apoyarlas primero sobre el altar), las eleva a la altura de los hombros y sin alzar los ojos dirá (en voz alta): Gloria in excelsis. Al decir Deo junta las manos ante el pecho e inclina la cabeza hacia la cruz, levantándola luego y continuando el himno con las manos juntas ante el pecho. Hace inclinación ligera de cabeza cuando pronuncia las siguientes palabras: «Adoramus te», «gratias agimus tibi», «Iesu Christe» y « suscipe deprecationem nostram». Al «cum Sancto Spiritu» se santigua 15, y dicho « in gloria Dei Patris”, sin volver a unir las manos después de santiguarse 16, besa el altar (en el medio) teniendo las manos extendidas sobre el altar, a derecha e izquierda de los corporales, pero fuera de ellos.
Se endereza y, juntando de nuevo las manos ante el pecho, se vuelve por su derecha de cara a los fieles, con los ojos bajos; y extendiendo y juntando las manos (las palmas frente a frente y sin que pasen de los hombros) dice: Dominus vobiscum .17 Lo mejor es separar las manos a la palabra Dominus y volverlas a unir al decir vobiscum.
Nota: Si la Misa no tuviese Gloria, tras la recitación alternada de los Kyries, el celebrante separa las manos, las apoya (separadas) sobre el altar (fuera de los corporales) y lo besa. Acto seguido se endereza y, juntando de nuevo las manos ante el pecho, se vuelve de cara a los fieles para decir Dominus vobiscum con los mismos gestos descritos en el párrafo anterior.
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1. Padre Jorge me temo que la "creatividad" del Novus ordo no se puede suprimir.
2. Una crítica del Novus ordo no puede ser una crítica de la Misa en sí misma, porque esta es el verdadero Sacrificio de Nuestro Señor legado a su Iglesia, sino que es un examen sobre si ese es un rito apto para encarnar y reactualizar este augusto Sacrificio.
3. Si para que el pueblo reunido de gloria y dignidad al Sacrificio hace falta la monición, se usa.
4. Por ej. en estas pasadas Primeras Comuniones observé a una chica que durante la celebración estuvo todo el tiempo mirando el móvil. Y me quedé perplejo cuando se levantó y comulgó. Pues, la monición sería necesaria para evitar y avisar de esta profanación y no se como denominar la recepción en la mano de Jesús Sacramentado. Cada vez observo más deterioro en el pueblo, mayor ignorancia y poca importancia de la Eucaristía.
Totalmente. Cada día aborrezco más la guitarrita. Fíjese que no me apetece ir a misa tridentina porque me pilla muy lejos, pero es que me obligan. Imposible concentrarse con las canciones, las palmas, la paz que parece un recreo... Hemos perdido todo el sentido de lo sagrado
Dicen varios comentaristas que se debe hacer la monición a la primera lectura. No, señores, no. Las lecturas se deben explicar con la homilía, que para eso está. No está para hablar sobre cómo ser un buen ciudadano.
Y es que, nos guste o no, la instrucción general del misal, tiene tantas ambigüedades, que todas las morcillas posibles tienen cabida
Por otro lado, el Ministro Celebrante no debería hacer moniciones, ni dar avisos, ni leer las intenciones; ni hacer advertencias, ni aclaraciones; ni dirigir el canto, ni cantar cumpleaños; etc. EL ACTUA EN LA PERSONA DE CRISTO.
Amén, amén, amén.
No obstante, difiero levísimamente en cuanto a las manías. La mía es tipo bucle:
1) Suprímanse.
2) En casos especiales, vuélvase a 1.
Qué bueno sería juntarnos antes, leer las lecturas en comunidad, comentarlas, compartirlas,... y luego en la misa proclamarlas.
Si alguna vez resultara apropiada una monición debería tener esas características. Subrayando lo de la brevedad.
Y si se permite una breve monición cuando sea necesaria (algo positivo) eso no la hace obligatoria cuando no hace ninguna falta (lo convierten en algo negativo con esa falta de criterio)
Desde luego el momento para explicar las lecturas es la homilía. Las "morcillas" y la multiplicación de "homilías" no tienen razón de ser.
Pero en total desacuerdo con los protestantes de siempre que, sea el tema que sea, arremeten irrespetuosamente y sin venir a cuento contra el misal de San Pablo VI y/o el VII, aprovechando que el Guadalhorce no pasa por Valladolid.
Ave María
Gracias a Dios en mi parroquia no se hacen hace tiempo, pero me acuerdo de otras épocas.
Saludos cordiales
Hoy día la única doctrina que reciben la mayoria de los fieles es lo que "saquen" de la Santa Misa. Si al principio se mete una monición inicial recordando de qué van a ir las lecturas pero no de cada una, sino globalmente, pues eso que el pueblo va a aprender.
El tema de las homilias tambien daria para mucho. Acudo regularmente a una Iglesia donde el sacerdote, buen sacerdote, en las homilias se dedica a divagar: De un tema se le ocurre algo y durante la ocurrencia salta a otro donde se le ocurre. Ayer en la misma parroquia el coadjutor, sin tener la elocuencia del párroco, si trazó una homilia que pretendia transmitir una o dos ideas basicas y con esas salimos. Pero el parroco divaga y divaga mucho y al final sales de la misa y ademas de entender que no se prepara las homilias, gran falta de respeto al Señor y a la feligresia, no recuerdas de qué ha hablado porque no ha hablado DE NADA CONCRETO
Consultado Monseñor Casalotodo pregunta si es posible que en lugar de moniciones o admoniciones (salvo las indicadas exclusivamente por el Misal) se mencionen avisos parroquiales, por ejemplo:
La boda de Luz María Anaya y Fernando ha sido pospuesta hasta nuevo aviso por motivo de enfermedad, Avisaremos por este medio la nueva fecha: Gracias en nombre de Luz y Fer.
El Padre Benito atenderá en confesión el viernes todo el día, por las mañanas a los niños y jóvenes, y por la tarde a sus padres, no se preocupen los hijos que el sacerdote no les va a decir nada por la tarde a los padres de lo que los hijos confesaron por la mañana.
El precio por participar del cursillo ayuno y penitencia incluye las comidas.
El coro de los mayores de sesenta años se suspenderá durante todo el verano, con agradecimiento por parte de toda la parroquia.
Lo injusto sería ocultarlo.
La misma señora, junto con otra, dan la Comunión con la ayuda de un sacerdote que no es el que ha celebrado la misa. En esa iglesia ya es norma que las señoras den la Comunión, único momento el que parece que hay prisa por acabar.
Me sumo al no a la paz, nunca me ha gustado. Si vas sóla, gesto de paz alrededor. Si vas acompañada, besos...se monta un lío tremendo.
Me explico.
Así como en la Misa del antiguo rito Romano se concluía siempre leyendo el inicio del Evangelio de San Juan, que llamaban "segundo Evangelio", en el nuevo rito Vaticano la misa suele concluir (aunque no lo prevé la liturgia) con una larga serie de avisos y diversas otras consideraciones antes de la bendición final, que muchas veces se hacen tan largos como una segunda homilía (dan ganas de sentarse).
¡Suprímanse!
Luego si se siguen esas indicaciones no tiene por qué haber ninguna plaga de moniciones ni "morcillas" ni homilías extra.
Y está bien que esté previsto que exista la posibilidad de la monición cuando haga falta y solo en ese caso.
Las moniciones, especialmente las improvisadas, son una interrupción dentro de la celebración. Si el monitor se preguntara ¿Merece la pena interrumpir la celebración para decir tal cosa? Probablemente se mantendría callado.
Rezo su Ave María.
Moniciomes fuera. Únicamente el cura y para recordar una festividad. Aunque el revestido y preparación del altar es más que suficiente.
Homilías cortas y centradas en Lecturas y/o festividad que se conmemora. En la homilía es donde el cura puede enseñar algo a los feligreses.
Avisos al final de la Misa: Breves, claros y concisos:
Ejplo. Mañana no hay Misa ó pasado es Precepto. El resto al tablón de anuncios.
Nota breve: Hay que reconocerle a Urbel su contumacia anti Novus Ordo y VII. Pues nada, yo igual. D. Jorge sacerdote y blogger sólo celebra Misa Novus Ordo. ¿No le parece raro comentar en este blog?
A mí me resulta rarísimo cien por ciento.
En fin: Ancha es Castilla.
La Misa Novus Ordo va a seguir celebrándose hasta el Fin de los Tiempos. Ya no hay marcha atrás.
¡Ave María, padre!
Le rezo el Ave María
La segunda homilía: ¡Agréguenla en el sermón!
Como religioso preparándome para ser sacerdote, propongo firmemente no hacer segundo sermón cuando celebre la Misa.
Avisos, sí: pero brevísimos.
La concisión del discurso es su fuerza.
¿El feligrés quedó con dudas? Revise la cartelera (aunque ese es tema para un seminario aparte).
Agrego: En los otros sacramentos también se hacen aclaraciones, igual de inútiles, aburridas y desubicadas que en la Misa.
Siendo que el rito se explica solo.
Y que, si un signo necesita ser explicado, es porque no tiene mucha fuerza como símbolo...
Es muy frecuente que sus defensores califiquen como irreversibles a las innovaciones y reformas salidas del Vaticano II ¿señal de su fragilidad?
Curiosamente las tradiciones de muchos siglos eran contingentes y pudieron abandonarse. En cambio las novedades son irreversibles.
También el Tercer Reich iba a durar mil años.
Dios dirá.
Las moniciones son el oxígeno de los curas "progres".
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jaja
Yo creía que el gremio morcillero solo era en la tierra de la "chistorra" y en Burgos, pero ya, ya; está extendidísimo. Avante, don Jorge, con su leccionario. Avemaría y Salve. Juanestella.
Le rezo su Avemaría.
Y con los tres se han leído, por un seglar, cortas moniciones, al comienzo de la misa y a las lecturas, y me parecen muy positivas para conocer lo más importantes del día y para estar atentos a lo fundamental de las lecturas, y que será explicado en la homilía.
Creo que, en su justa medida, son positivas, al menos a mi me ayudan.
Desde luego la misa es la liturgia más importante de la Iglesia y hay que cuidarla.
Pero creo que hay cosas más importantes que corregir y mejorar que las moniciones bien hechas.
Dentro de lo posible debemos tener cuidado con tanta crítica que hacen más mal que bien, y dan una sensación de falta de paz en la Iglesia y de comunión entre los sacerdotes y/o los obispos.
En estos tiempos mejor haremos si nos animamos, resaltando lo que nos une y lo positivo.
Cuando el ateísmo y el egoísmo, está envenenado la sociedad y eliminando el derecho a la vida por el aborto y la eutanasia, debemos buscar la unidad no sólo dentro de la Iglesia católica, tambien entre todos los que creemos en Jesucristo e incluso entre los que creemos en un solo Dios Creador, Todopoderoso y Misericordioso.
Y dejémonos de pegas y peguitas, que nada arreglan.
El mundo lo necesita y Dios lo quiere. Así lo pidió al Padre en la Última Cena "Para que el mundo crea"
Y lo peor es que, después de una munición de un laico, entra el sacerdote y hace otra introducción a la misa tan larga, como la munición que acabamos de escuchar
No hay tiempo para honrar a Dios con el único canon romano (atención, canon es por definición regla única, lo demás son plegarias añadidas, no hay "canon 2" sino "plegaria eucaristía 2" y muchas más).
Pero hay tiempo de sobra para dirigirse al pueblo con moniciones y remoniciones. Además de más lecturas, peticiones y homilías hasta en las misas de entresemana.
Prueba irrefutable del cambio de orientación: del culto a Dios, del ofrecimiento del sacrificio, a la animación de los fieles.
Si hay que hacer moniciones en una parroquia o grupo dado, hagámoslas bien, y que no supongan detrimento de la Liturgia.
Pero me da la impresión de que el P. Jorge se refiere fundamentalmente a las moniciones del presidente, no a las de las lecturas. Y ciertamente a veces son duras de soportar. Igual que los saludos de bienvenida y despedida.
Y es que merece una crítica fulminante la "animación" de los fieles.
Jesucristo cambió la "orientación" del culto a Dios? porque Él fue el primero que empezó por explicar las Escrituras a los discípulos de Emaús, antes de la fracción del pan. Parece que acabaron "animándose", cosa que a Dios le debió fastidiar muchísimo, según Urbel.
Y en la última cena hasta perdió el tiempo lavando los pies a sus discípulos.
Pues nada, que se supriman también las lecturas y que se practique el culto a Dios precristiano, que Jesucristo no dijo nunca nada de interés y de su encarnación, vida, muerte y resurrección sobran tres cuartas partes. Cuando dijo haced esto en memoria mía no sé en qué estaría pensando.
" Quien me ha visto a mí ha visto al Padre". Él es Dios, el rostro humano del Padre. Y según el Padre, es a Jesucristo a quien hay que escuchar y seguir, aunque haya quien prefiera el concepto de un Dios precristiano, más parecido a Zeus o a Thor que a Jesucristo.
Ave María.
El sacerdote actúa en la persona de Cristo cuando en la Misa renueva de modo incruento el sacrificio de la Cruz: mismo sacerdote, misma víctima, mismo sacrificio.
Comparar en cambio la predicación del sacerdote, sea en forma de sermones u homilías ¡y hasta moniciones o morcillas! con las divinas palabras del Salvador a los discípulos de Emaús, no pasa de esto, de una mera comparación piadosa con sus límites y matices. No existe aquí la identidad mística que se da en el ofrecimiento del sacrificio.
Siempre tuvieron la predicación y el catecismo su lugar eminente en la Iglesia. Pero sin confusión con la sagrada liturgia.
Nada, no lo intentes, yo ya lo he dado por perdido. Lo que dices es ta claro cuando dura la Liturgia de la Palabra más que la Liturgia Eucarística. Eso cualquiera, incluso un ateo, lo puede ver. Pero resulta que la culpa la tenemos los que señalamos las obviedades y citamos la instrucción del misal. ¿Acaso se puede negar que la Plegaria II es la más común porque es la más corta? Por Dios, no neguemos obviedades. Que el canon romano ha sido desterrado de la liturgia romana por la plegaria II. Plegaria escrita en una pizzería del trastevere. Pero esto no lo digo yo, lo escribe el propio hacedor, Louis Bouyer. Sobre las moniciones:
"Que sean cortas": eso es muy subjetivo. Para mí un ciempiés me parece larguísimo. Para otro, hasta que no sea un tren de mercancías, no es largo.
"Breves": igual que lo anterior
"Cuando sea necesario". También muy relativo. Para un cura progre lo es siempre, para meter su cuñita. A mi, me parecen todas innecesarias
En realidad en una perdida absoluta del sentido de lo sagrado. Ofician misa si, pero es mas un encuentro, un acompañamiento, una reunión, y se olvidan completamente de que es un sacrificio, el Sacrificio.
El tema es mas grave y mas profundo que las simples ocurrencias. Es un estilo de vida. De profesión sus moniciones o sus liturgias, en las que cabe casi casi cualquier ocurrencia. Desolador. Y lo peor es que no son mala gente. No son herejes declarados. Estan convencidos de que obran bien.
Creo que el futuro es una misa novus ordo (en co-oficialidad con la Misa tridentina) en la que todo esté reglado, sin lugares para la "creatividad" del celebrante, usando únicamente el CANON Nº1 (en continuidad con la Misa milenaria), Ad-Orientem y preferiblemente en Latín, con el ofertorio antiguo, reclinatorios obligatorios y cancelando los indultos post conciliares de comunión en la mano.
Las aguas volverán a su cauce (cuando Dios quiera), pero tendremos persecución de otras maneras... porque la Iglesia es la esposa de Cristo, y el mundo siempre la odiará, porque no somos del mundo.
De todas formas el nazi aquí es Urbel y el cismático también.
Urbel, majete, no ofende quién quiere, sino quién puede.
¡Ave María, padre!
La unidad en lo fundamental no es la uniformidad que algunos, proclaman. Y esa uniformidad quisieran que fuera acorde a como interpretan ellos las normas y si, además, da pie o se toman el pie, para criticar a la jerarquía, mejor.
Mal ejemplo estamos dando, a más de uno se le quitaran las ganas de acercarse a la Iglesia.
A quien no le gusten las moniciones que no las haga, pero que no obligue y critique a los demás que quieren hacerlas, porque le parecen positivas.
Viene poca gente a misa y no creo que sea por culpa de las moniciones.
Bien estaría que, con humildad y con sabiduría, se propusijesen maneras de celebrar la palabra y la Eucaristía más acordes con la nueva sociedad, pero pausadamente, en los ámbitos adecuados y en comunión con el que representa a Cristo en la tierra.
No creerse que todos están equivocados menos yo y mi grupo.
Nos pierde el yo, y mata el nosotros.
Normas estrictas y vigiladas con sumo rigor.
¿Y la caridad y construir la la Paz?
Pues esto es lo más importante. Y no echar leña al fuego.
2. Aun en el caso de que ambas feligresas ignoren el rito, quien reza el Santo Rosario lo dudo, es clarividente la disposición de una y otra para comulgar.
3. A una, la del móvil, le trae al pairo la santidad y la otra, la que reza el Santo Rosario, cuida de su salud celestial. Trasunto igualito.
El relato se encuentra en las Memorias de Louis Bouyer, converso del luteranismo, oratoriano, gran teólogo y miembro del Consilium para la puesta en práctica de la reforma litúrgica posconciliar.
Cuenta que a él le daba cierta aprehensión cuando veía la plegaria eucarística II en el misal de Pablo VI y recordaba las circunstancias concretas de su composición.
La cosa fue así. Salió Bouyer de la reunión del Consilium dispuesto a renunciar, exasperado por la brutalidad y maniobras del infame Bugnini. Fue a almorzar con el benedictino Dom Botte, también miembro del Consilium, a una trattoria del Trastevere y allí el benedictino logró convencer al oratoriano de que no renunciara y preparasen sobre la marcha la redacción definitiva de la plegaria II. Lo cual hicieron con mucha prisa, ya que la entrega del texto no admitía demora.
Bouyer se confesaba «petrificado» al caer en la cuenta de que texto tan sagrado, el más sagrado de la liturgia eucarística, había sido redactado en dicha versión II (hoy la más frecuente, casi la única) sobre la mesa de una trattoria del Trastevere.
Por supuesto que la gente no ha dejado de venir a misa por las moniciones. Pero es que es una cosa tras otra. Al final los artículos del P. Jorge hablan sobre la perdida de la catolicidad, la unidad, la sacralidad y el sentido de lo que es la Misa.
Manosear la Liturgia como se hizo y se hace es MUY peligroso. Para reflexionar el dicho de los antiguos:
Lex orandi, lex credendi, lex vivendi
Incluso cosas aceptadas por la Iglesia cada vez me perturban más. Por ejemplo, la comunión en la mano o los ministros de la Eucaristía.
Todo esto es ridículo y la gente no es tonta. Se da cuenta...
Y no se trata sólo de que Dios Hijo se haya entregado a Dios Padre, por nosotros. Se trata también de que Dios Padre nos entregó a su Hijo para salvarnos con su encarnación, vida, muerte y resurrección.
Se celebra la buena noticia de que Dios se encarnó, vivió, murió y resucitó por nosotros.
La buena noticia de que Jesucristo es el rostro humano de Dios y que todo lo que Él nos enseñó con su palabra y su ejemplo es la Verdad que debemos creer y el Camino que debemos seguir.
Es esa la revelación del Padre: haced lo que Él os diga.
Y él dejó claro qué clase de liturgia quería en la última Cena y en su encuentro con los discípulos de Emaús tras resucitar. Liturgia de la palabra y liturgia de la Eucaristía.
No se celebraban el rito mozárabe ni el rito romano en el siglo I, pero siempre celebró la Iglesia la Santa Misa y la seguirá celebrando, obedeciendo a las palabras y el ejemplo de Jesucristo, cumpliendo su deseo, en cualquiera de los modos prescritos por el Magisterio a través de los siglos, desde la descripción de San Justino hasta nuestro misal actual. Ya dijo Jesucristo cuando le dio las llaves a Pedro que estaría con la Iglesia hasta el final de los tiempos.
A pesar de los cismáticos de un signo y del otro q blasfeman sobre nuestra Santa Misa y destruyen la comunión eclesial.
No sois nadie, pura vanidad.
Bastante ridículo es que no sea más consecuente. Y efectivamente la gente no es tonta.
Cierto que se hace memoria o se recuerdan los demás misterios de la vida de Nuestro Señor, desde la Encarnación hasta la Resurrección y la Ascensión.
Pero Cristo no vuelve real y verdaderamente a encarnarse ni a resucitar o ascender a los cielos. Lo hizo una sola vez. En cambio vuelve a ofrecerse real y verdaderamente bajo las especies de pan y vino, en un sacrificio igual en todo al del Calvario salvo en el modo incruento de reactualizarse.
Esta es la teología católica de la Misa.
Claro que, como acaba de reconocer expresamente el cardenal Roche, prefecto del Culto Divino, esta teología católica se ha abandonado. Y remplazado por la del misterio pascual que usted expone.
Aunque te parezca mentira, ayer mismo por la tarde, en la PARROQUIA DE NUESTRASEÑORA DE COVADONGA, durante el funeral por el alma del Rvdo. Padre. D. Manuel Polo, Director Espiritual de la ADORACIÓN NOCTURNA DE Madrid, concelebrada por Monseñor D. José Cobo y 15 sacerdotes, el Sr. Obispo Auxiliar,(a pesar de su escasísima talla física), se instituyo en un autentico MONITOR a la entrada de la celebración, y en otros varios momentos, especialmente en la CONSAGRACIÓN (que explicó exhaustivamente a un templo repleto hasta los bordes) y en el momento de invitarnos a rezar el PADRE NUESTRO, empleo no menos de 5-6 minutos a la monición, que como tu, mi querido P. Jorge explicitas, fueron absolutamente innecesarios e incluso (a mí parecer) anti litúrgicos, pues después de la "monición" obvió el texto litúrgico establecido para invitar a los presentes a su rezo.
Y esto, querido, un Obispo auxiliar de Madrid.
Menos mal que los curas de pueblo sois mucho menos engreídos y evitáis crear nuevas oraciones litúrgicas innecesarias .
Con la expresión de mis respetos, admiración y gratitud por tu reconocido afecto.
PAZ Y BIEN,
para el Culto Divino, hizo una llamativa confesión sobre la liturgia reformada en una entrevista del pasado19 de marzo en la BBC Radio 4:
“La teología de la Iglesia ha cambiado. Mientras que antes el sacerdote, en la distancia, representaba al
pueblo –canalizado, por así decirlo, a través de esa persona, que era el único que celebraba misa–, ahora no solo es el sacerdote quien celebra la liturgia,
sino que todos los bautizados con él.
Y esto es algo importantísimo que hay que proclamar."
Esto ya no es así en la nueva misa. Lo advirtieron en
1969 los cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci en el Breve Examen Crítico del Novus Ordo Missae, del que dijeron que “se aleja de manera impresionante, en conjunto y en detalle, de la teología católica de la Santa Misa”.
Roche les da la razón: "La teología de la Iglesia ha cambiado". Importantísimo.
"Y porque en este divino sacrificio, que en la Misa se realiza, se contiene e incruentamente se inmola aquel mismo Cristo que una sola vez se ofreció Él mismo cruentamente en el altar de la cruz (He 9,27); enseña el santo Concilio que este sacrificio es verdaderamente propiciatorio, y que por él se cumple que, si con corazón verdadero y recta fe, con temor y reverencia, contritos y penitentes nos acercamos a Dios, conseguimos misericordia y hallamos gracia en el auxilio oportuno (He 4,16).
Pues aplacado el Señor por la oblación de este sacrificio, concediendo la gracia y el don de la penitencia, perdona los crímenes y pecados, por grandes que sean.
Una sola y la misma es, en efecto, la víctima, y el que ahora se ofrece por el ministerio de los sacerdotes, es el mismo que entonces se ofreció a sí mismo en la cruz, siendo sólo distinta la manera de ofrecerse."
"Tú no quieres sacrificios ni ofrendas... y entonces yo digo aquí estoy Señor para hacer tú voluntad..."
Ese es el sacrificio que se renueva. Naturalmente que no vuelve a encarnarse ni a vivir de nuevo esa misma vida, NI A MORIR, consecuentemente, ni a resucitar, pero se ACTUALIZA esa OFRENDA DE TODA SU VIDA para nuestra salvación, que culminará como ofrenda en su muerte en la cruz, pero Dios la transforma en la resurrección, que se celebra cada domingo desde el siglo I.
Y esa teología es la de siempre. Diga lo que diga UD con su interpretación inexacta. Y si Roche pensara como UD, peor para Roche. Y?
En cuanto a Ottaviani, quedó conforme con la explicación de Pablo VI tras hablar con él. Dejó claro que la misa seguía siendo el sacrificio que siempre fue, el que terminó con todos los demás, que algunos parecen echar de menos, con su mentalidad precristiana
Y todos sabemos, hoy como ayer, que el sacerdote es el único que actúa en nombre de Jesús para cumplir su voluntad: "haced esto en memoria mía"; algo que es plenamente compatible con que todos reunidos celebremos la resurrección el domingo, como los primeros cristianos hacían y como siempre se ha hecho hasta el día de hoy.
Son dos significados distintos de la palabra "celebrar": celebra el celebrante, que es imprescindible, como su mismo nombre indica, pero todos participamos de esa celebración, como siempre ha ocurrido en la Iglesia desde el siglo I.
Celebramos la resurrección y la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, gracias a que el celebrante actúa en su nombre. Y participamos de la vida divina, con discernimiento, tal como Jesucristo quiso.
2. El único Sacrosanto Sacrificio actualizado por la Iglesia Católica sólo con el Sacerdote en cualquier Iglesia local, sin pueblo, es suficiente por la salvación de todo el mundo.
3. Ahora bien, los hijos adoptivos de Dios por el Hijo son santificados en el Cielo por la Eucaristía en otro Cristo.
4. En la Eucaristía "vendrán muchos de oriente y de occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios." (Lc 13,29). La Iglesia es Católica, universal, por la apertura del Cielo en el Sacrificio de la Cruz, en la cual Jesús derrama su sangre por muchos, para el perdón de los pecados (Mt 26,28). En la Cruz, por medio del Sacrificio del Cordero inocente, pueden tener acceso todos los hombres al Reino de Dios.
5. La Santa Misa, Cristo ha resucitado, está Encarnado por siempre, es representación objetiva y aplicación del Sacrificio cruento del Calvario, se ofrece también por todos: se entregó a sí mismo para redención de todos (1Tim 2,6). De ahí que San Juan Crisóstomo diga que el sacerdote que sacrifica "ora por todo el mundo y suplica a Dios sea propicio por los pecados de todos."
6. El sujeto por quien, pro quo, se ofrece el Sacrificio de la Misa es el género humano en la vida y en la muerte, porque es un Sacrificio eterno. Esto es, desde Adán hasta el último hombre, porque Jesucristo es el Alfa y la Omega en la Cruz.
7. Entre los vivos por quien se ofrece el sacrosanto Sacrificio propiciatorio en la Misa están los miembros vivos del Cuerpo místico de Cristo, en estado de Gracia los fieles en todos los Sacramentos y los Mandamientos; y los pobres pecadores bautizados. Además, se ofrece por los herejes y cismáticos, aunque estén excomulgados, y por los infieles (no bautizados). Entre los muertos, unos son santos, han alcanzado la Vida en posesión de la felicidad eterna, y otros a expiación en el Purgatorio.
Como que el mismo cardenal Roche tenga junto al papa Francisco un papel principal en la persecución contra el inmemorial rito romano.
La doble consagración separada del pan y del vino, que se convierten real y verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor, es reactualización incruenta del sacrificio de la Cruz, donde cruentamente se separaron. Y este es el misterio que se renueva en el sacrificio del altar.
Esta es la teología católica de la Misa, como definida en la cita del Concilio de Trento que he transcrito.
No las novedades del misterio pascual que usted expone, fruto de la desviación del movimiento litúrgico por autores de peso como Jungmann y Persch.
Ni mucho menos la versión vulgarizada de Kiko, sin ningún peso y tan aficionado a repetir como usted: "Tú no quieres sacrificios ni ofrendas ...".
Cuya verdad católica se explica en las notas católicas a las Biblias católicas: no los imperfectos sacrificios y ofrendas del Antiguo Testamento, no la sangre de toros y cabritos sino, como explicado en la epístola a los Hebreos (citada por Trento), la sangre de Cristo en la Cruz.
Esta es la definición:
«La Cena del Señor, o Misa, es la asamblea sagrada o congregación del pueblo de Dios, reunido bajo la presidencia del sacerdote para celebrar el memorial del Señor. De ahí que sea eminentemente válida, cuando se habla de la asamblea local de la Santa Iglesia, aquella promesa de Cristo: ―Donde están reunidos dos o tres en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. (Mt 18, 20)».
La definición de la Misa se reduce, pues, a una «cena»: y esto aparece continuamente (en los números 8, 48, 55, 56 de la Instrucción general).
Esta «cena» se describe además como asamblea presidida por el sacerdote; asamblea reunida para realizar «el memorial del Señor», que recuerda lo que se hizo el Jueves Santo.
Todo esto no implica ni Presencia real, ni realidad del Sacrificio, ni el carácter sacramental del sacerdote que consagra, ni el valor intrínseco del Sacrificio eucarístico independientemente de la presencia de la asamblea.
En pocas palabras, esta nueva definición no contiene ninguno de los elementos dogmáticos esenciales a la Misa y que constituyen su verdadera definición. La omisión de estos elementos dogmáticos en tal lugar sólo puede ser voluntaria."
Cardenales Ottaviani y Bacci, "Breve examen crítico del Novus Ordo Missae".
Ahora bien, esta promesa se refiere formalmente a la presencia espiritual de Cristo en virtud de la gracia.
De este modo, el encadenamiento y la secuencia de las ideas en el no 7 de la Instrucción general, induce a pensar que esta presencia espiritual de Cristo es cualitativamente homogénea, salvo en la intensidad, a la presencia sustancial propia al sacramento de la Eucaristía."
Cardenales Ottaviani y Bacci, "Breve examen crítico del Novus Ordo Missae"
¡Pero se dejó intacto el Novus Ordo Missae inspirado en aquella primera versión heretizante!
Sobre la pretendida retractación escrita que se hizo firmar al cardenal Ottaviani, cuando ya estaba ciego y debilitado, verdad que, a falta de pruebas concluyentes, la prudencia y la caridad obligan a no dar por sentada la coacción ni el engaño. Pero también verdad que esas circunstancias obligan igualmente al escepticismo.
Tanto en su sentido coloquial como en el literal
Remito al catecismo actual de la Iglesia Católica.
No me interesan sus sugerencias oscuras sobre Ottaviani. Él aceptó la respuesta de Pablo VI cuando se la dio, no en ningún lecho de muerte.
Yo no conozco de nada a Kiko ni a esos otros señores que UD nombra, y no digo ninguna novedad, sino repito la doctrina de la Iglesia de siempre.
O es que afirma ud que el resto de la vida de Jesucristo se puede separar de su muerte y carece de valor infinito como ofrenda al Padre?
Es la OFRENDA de su vida por nosotros hasta culminar consecuentemente en la muerte en la cruz la que se actualiza.
UD parece pasar de todo lo que ocurrió entre encarnación y muerte. Es más, UD parece pasar de la resurrección que confirma que Jesucristo es El Camino, la Verdad y la Vida.
Acaso no se celebraba desde el principio esa resurrección el primer día de la semana, el domingo? Según UD deberíamos celebrar los viernes, como los musulmanes ya que la muerte fue ese día?
No me extraña que le sobre a UD la liturgia de la Palabra y no me extrañaría que le sobrará también la comunión, pues pasa UD de las palabras de Cristo y de sus enseñanzas.
No hay un solo error en todo lo que he dicho en mis comentarios anteriores. Y es la doctrina de la Iglesia sobre la misa, desde el siglo I hasta el día de hoy.
Ave María
Remito al Evangelio y la historia de la Iglesia y la doctrina de siempre que hoy podemos todos ver en el catecismo actual.
O el tal Concilio de Trento y sus definiciones infalibles e irreformables:
"En la Misa se realiza, se contiene e incruentamente se inmola aquel mismo Cristo que una vez se ofreció El mismo cruentamente en el altar de la Cruz."
Vaya usted con Dios.
En cuanto al concilio de Trento, acaso yo lo he negado? Yo me he remitido a toda la doctrina de la Iglesia, incluida esa cita de Trento. Naturalmente que tenían que dejar bien claro ese punto a los protestantes. En el catecismo actual también citan Trento. Lo que no impide añadir otros aspectos de la Santa Misa que UD se empeña en ignorar.
En qué contradice a Trento decir que desde la encarnación toda la vida de Jesucristo es ofrenda al Padre para nuestra salvación, OFRENDA DE SU VIDA QUE CULMINA EN SU MUERTE Y SE ACTUALIZA EN CADA MISA?
No hay absolutamente ningún error en decir que cada detalle de la vida de Jesucristo es ofrenda al Padre con un valor infinito, y que es para nuestra salvación.
Diga UD lo que diga.
No hay nada que no tenga su morcilla, incluso explica la explicación que va a dar sobre algo que es evidente, como por ejemplo el santiguarse al iniciar la misa.
Sin embargo es cumplidor en horario. Un maestro.
Yo creo que cae en el pecadillo de “gustarse”, pero tampoco es para empezar a carraspear para que abrevie.
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