Soledades y soledades
María lleva años en una residencia. Vivía sola y a partir de aquella maldita rotura de cadera se hizo imposible continuar en su casita de toda la vida. Lo comprende: “no tengo familia, era hija única, me debe quedar algún primo lejano tan mayor como yo. Contenta de poder estar aqui bien atendida".
En la misma residencia está Juan. También solo: “cuando murió mi mujer los chicos me trajeron aquí para que estuviera mejor atendido. Hace tiempo que no los veo, ni a los hijos ni a los nietos. ¿Sabe? Es que trabajan mucho y no tienen tiempo, pero son buenos.”
Rufina sigue en su casita, en el pueblo. Soltera, sola. Algún hermano le vive y tiene varios sobrinos: “me quieren mucho, de hecho a unos cuantos sobrinos los crié yo, porque sus padres trabajaban". ¿Y vienen por aquí? “No tienen tiempo, ya sabe cómo son los jóvenes, siempre tienen muchas cosas que hacer. Alguno me llama para mi santo".
Rufina vive con su gata, viejecita como ella: “gracias a la gata ¿sabe usted? Parece que no, pero no sabe cuánta compañía me hace, nos entendemos muy bien, y cuando nota que estoy triste se me sube encima y se rasca conmigo.
Triste una soledad que en estos días parece se hace más sangrante.
Resignada soledad de tantos mayores que en estos días se encuentran especialmente solos. Unos porque no tienen a nadie, que ya es pena. Pero pena terrible de los que teniendo su familia, hijos, nietos, sobrinos… también están solos.
Quién sabe si en esta Navidad un hijo acudirá a la residencia con la cajita de pastas de todos los años sin acordarse de que padre no puede tomar dulce por la cosa de la diabetes, pasará un ratito con él, le mostrará unas cuantas fotos de la familia en el móvil y saldrá corriendo porque ya sabe, andamos con muchas cosas.
Tal vez un sobrino de Rufina le llame por teléfono. Nunca se sabe. Quizá incluso alguno aparezca por casa, hace tiempo que no acuden, para echar pestes del olor a la gata.
Me cuentan que en los días de Navidad aparecen por la residencia grupos de niños y jóvenes que no saben muy bien si van por hacerles un favor o porque toca ser solidario en estos días.
- ¿Están contentos con tanta juventud y tanta visita?
- 87 años y en silla de ruedas. ¿Usted cree que tengo edad y ganas de dar palmitas y aguantar un gorrito de papa noel? Estamos solos. Punto. Así es la vida. Feliz Navidad. ¿Y usted, señor cura, cómo va a pasar estos días?
- Con la gente de la parroquia, con algunos amigos. Y además tengo a Socio.
- Socio… Mejor me entendía yo con el perro que con todos los míos. Pero ya ve, al venir a la residencia tuve que dejarlo. Me dijeron mis hijos que se quedaría con ellos y que algún día me lo traerían… Nunca más. Ni hijos ni perro. Y encima quieren que me ponga un gorrito y toque la pandereta.
También esto es Navidad.
43 comentarios
Simplemente recordar que todos llegamos a viejos.
Y también que se recuerde el cuento de la cuchara de madera.
Triste la situación de María, Rufina, etc., pero al menos tuvieron una vida digna, fueron útiles a la sociedad y ahora tienen la fe suficiente para esperar encontrarse pronto con el Señor.
Por otra parte, si somos mayores hay que pensar que nos queda muy poco para nuestro encuentro con el Señor. Luego, se nos presenta, con esta soledad impuesta, una oportunidad inmejorable para preparar nuestra entrada en la Vida, con la oración y los sacramentos.
Bendita soledad que nos aleja del mundo y nos acerca a Dios.
"Orar es tratar de amistad estando muchas veces tratando A SOLAS con quien sabemos nos ama”
Cuando nos hacemos mayores hay que mirar para arriba, y dejar el lastre que supone las cosas del mundo.
Los voluntariados, para la mayor parte de la gente, son una cosa temporal o puntual para lavar conciencias. Yo acabé harto, decidiendo que sólo iba a sitios de "curas vestidos de curas o monjas vestidas de monjas". Aun así.....
Por cierto. La virtud es la caridad, no la solidaridad. Concepto paupérrimo comparado con el primero (que en parte lo incluye), y que además nadie sabe lo que realmente signfica.
Es curioso que, con los años y la convivencia, cuando los papeles se invierten, acabas asumiendo un grado familiar que no te pertenece pero es que te ven así: mi abuela acabó confundiéndome con una hija y mi madre con su madre. Lo cierto es que nunca me llamó "amá" pero reconoció que estuvo a punto de hacerlo: "Seré tonta ¿pues no iba a llamarte amá, en qué estaría yo pensando?
La madre y la hija son las personas que una espera ver a su lado, aunque la madre esté muerta se la llama, en cambio la nieta es menos común.
Si yo fui hija para mi abuela y madre para mi madre a Dios le doy gracias por ello porque si me hubiese ido a Benidorm con mis amigas mi vida, aunque parezca paradójico, no habría sido tan placentera a pesar del trabajo y los sobresaltos. Será difícil de entender, pero así es.
Yo no consumí aquellos años en trabajos forzosos, sino gozosos. El que hoy ya no se entienda eso es una verdadera tragedia.
No es fácil la vida de hoy... parece diseñada para atacar y debilitar a las familias. Por otro lado sin fe verdadera (católica) no vamos a ningún lado, y como decía el santo, sin Dios todo es robo y asesinatos (y soledad y egoísmo). Más fe y más oración es lo que todos necesitamos. Unos por los otros...
Que esa soledad "no buscada" sirva como compensación bonita y católica por la soledad de nuestro Señor en el Sagrario, les sirva algún día de expiación en el purgatorio (que es muy duro) y se la puedan ofrecer a nuestro Señor por Su martirio y Su pasión en el calvario.
Que todos seamos conscientes de la soledad y las necesidades del prójimo (y mucho más de los seres queridos más cercanos, más próximos), porque el Amor de caridad en Cristo es el mejor regalo que les podemos hacer esta Navidad. Y no olvidemos el cuarto Mandamiento, honrar a padre y madre (y a abuelos y demás familiares), porque ese es nuestro deber, ordenado por Dios.
En fin padre... ahí lo dejo, que obras son amores y no buenas razones
Quieren hacer sentir a las mujeres y a los hombres inútiles en casa en temas familiares. El estado claramente nos quiere robar a nuestros hijos desde recién nacidos /guarderías gratuitas de 0-3años/. También a nuestros mayores. Así podremos ser esclavos del sistema y la familia queda desintegrada. En eso nos estamos convirtiendo. Luchar contra eso es parte de la persecución.
La última batalla es contra la familia. Bien se ve. Por mucho que se hayan inventado 16.
Mis oraciones por esas personas que se encuentran solas.
Su Ave María padre.
Vivimos tu al norte y yo al sur del sur, pero si alguna vez necesitas algo de mi, puedes contar conmigo para lo que sea, porque te mereces recibir tanto como has dado. Muchísima gente te dirá lo mismo porque quien da recibe.
No importa la edad cuando la solidaridad es sincera. Dios proveerá.
Feliz Navidad a todos.
¡Felices Navidades para todos!
A mi la sociedad actual me da mucha pena, muchísima pena, porque lo entienden todo al revés y son inmediatistas. El sembrador tarda mucho en recoger, tal vez, venga el pedrisco y arruine la cosecha, pero el que no siembra nunca va a cosechar.
Ave María...
Feliz Navidad a todos, porque celebramos que Dios se hizo hombre, a pesar de tantos pesares que hay en este mundo
Total estamos de paso, nuestra meta es el cielo.
La soledad bien enfocada nos puede hacer tener mejor relación con Dios.
Algunos renunciamos a pretender la amistad de otros. Tenian sus costumbres y sus cosas y sus preferencias. Llegado un punto uno se dice que allí en el cielo quizá si tengan un momento de encuentro. Pero no pasa nada, el corazón joven siempre persigue la amistad y se trata de ir siempre con el anzuelo listo, con el alma viva y sin miedo: Asi es como llegan las nuevas amistades siempre
Siempre pongo en el rosario una intención por las personas que sufren de soledad. Con esas mismas palabras. Porque no es lo mismo estar solo, o vivir solo, que sufrir de soledad.
He conocido casos de familias (hijos y sobrinos) sinvergüenzas, que han dejado en la residencia a sus padres, o a su tía soltera (después de sacarle hasta el último céntimo) y si te he visto no me acuerdo.
Y también he conocido algún caso de gente que ha sido mala (incluso de gente pervertida) que no sólo se merecen estar ahí solos, sino que creo que merecían algo mucho peor. Recogieron lo sembrado.
En todo caso, es cierto que tenemos una sociedad muy deshumanizada, y, como bien dice Luis Fernando, veremos tanta gente que no tiene hijos hoy.
Dices.
"Sabía perfectamente que me quedaría sola..."
Después de explicar tu cuidado exquisito a tres personas muy queridas dices:
"A mi no me va a pasar lo mismo, pero no me quejo porque ya lo sabía desde siempre"
África, parece un contrasentido que, ante tu situación, piense que eres una afortunada, dentro de lo que hay.
Dices que tu soledad la esperas desde siempre. Conozco muchas personas, creo que más del 50%, no me sorprendería que fuese un 70%, de los padres con varios hijos que tenían unas expectativas seguras de ser atendidos perfectamente y acompañados por sus hijos y más si tenían hijas, y la desilusión con que están sufriendo la realidad inesperada, es como un latigazo.
No hay soledad que más se sufre, que cuando no se está sólo, cuando nunca pensó, con fundamento, que se estaría.
Aquello de que murió acompañado de sus hijos y nietos, ha pasado a una realidad de creer que se morirán solos, quizás cono la del piso de arriba (o de abajo) que le encontró su hija muerta cuando se acercó a casa porque no cogía el teléfono. A otros les dio tiempo a apretar "la medalla" y la mayioría los encuentra la empleada de la residencia y avisa a los hijos.
Tienes razón, posiblemente a ti no te pasará como a quienes cuidastes, pero lo esperas, el dolor será mayor para quienes les faltarán las atenciones como a ti, y ni lo esperaban ni deberían tener motivos para esperarlo.
Esto es lo que veo, con mucha frecuencia, en el bloque de 240 vecinos donde vivo.
Y la que viene cargada de la compra con su bastón a paso de tortuga tan contenta porque, aquella nieta que ella crió porque sus padres se separaron, me ha dicho que hoy va a intentar pasarse a cenar con migo, suele venir a verme cada 2 o 3 meses, me quiere mucho.
Me quiere mucho y tengo unos hijos estupendos lo dicen todas, creo que más que todos... al menos soñar, seguir soñando, al menos delante de las vecinas, las lágrimas solas.
¿Como lo ves, hermana África?
Por el CVII y el Papa Francisco creo que no es. Pero la Iglesia mucho salero para salar el mundo, como que no tenemos.
Y luego es otra cosa ¿Pero tu estabas muy metida en la catequesis de tu parroquia no?
Sí, pera ahora ya... bueno....
Y las residencias de la Iglesia? Pues antes cuando había monjas sí, pero ahora como los colegios religiosos, como no hay frailes pues... No es lo mismo.
Se necesita mucha gente que piense, como la Virgen María, que en eso es Madre y Maestra, que su vida debe estar dedicada a los demás, pero no en Cáritas ni en frías ONGs sino en cálidos hogares y eso solo se consigue machacando el propio yo por aquellos que te han sido dados por la Providencia.
Como ha desaparecido la familia también lo ha hecho el hogar, esa palabra no tiene sentido sin la familia y por eso todos vivimos en casas.
Lo que yo he tenido siempre, gracias sean dadas a Dios, han sido hogares o, mejor dicho, el mismo hogar siempre cálido y oliendo a bollo y café con leche, en distintas casas. Quien no ha probado eso, aunque se llame Bill Gates, es un pobre menesteroso.
Pero están haciendo todo lo posible para que eso no se vuelva a dar: no aguantes, tú vales mucho, no tienes que soportar esto o lo otro y, claro, como nadie es perfecto, no hay forma de convivir.
Podría hacer la lista de todos los defectos de mis abuelos, mis padres y mi hermano, incluso podría hacerlo también de la familia extensa con la que conviví aunque no vivieran bajo el mismo techo, pero aparecían y desaparecían en los momentos menos oportunos, a veces, y aún así ¡qué feliz fue mi infancia y que gran escuela de convivencia!
Hoy en día se niega el pecado pero se elevan los defectos a la enésima potencia y así no hay quién conviva.
Mirad el Portal de Belén y veréis que, aunque provisional y pobre, lo que representa es el hogar.
Feliz y Santa Navidad a todos.
¿Quien se lo impide?
¿La mujer?
¿La pareja?
¿Quien?
No tiene ningún sobrino, alguien que le quede un poco de vergüenza que no creencias religiosas, porque no las tienen. Pero si un día fallece el ese anciano y tiene dinero y un patrimonio; aparecen como moscas y en la mentira e hipocresía más absoluta, hasta lloran por en anciano y se disculpan porque se encontraban fuera y por eso no podían visitarle. Esta es la historia y algo de esto he contemplado en los cementerios. Viven como irracionales y así serán toda su vida.
En todo caso las pachucheces y la soledad a nuestras edades son parte de la misericordia de Dios, que nos avisa que está vida se acaba y que debemos prepararnos para la venidera.
"Ni hijos ni perro. Y encima quieren que me ponga un gorrito y toque la pandereta"
Esto tiene mucho calado.
Es que no sólo te tienen olvidado en la residencia, dolorido, con la cabeza mitad pa lla y mitad pa ca que cualquier ruido te atormenta y la bulla te aturde.
Es que el día que se les ocurre, en vez de ellos adaptarse a tus limitaciones, a tu forma de disfrutar que es mucho amor y poco ruido, huyendo del alboroto y quietecito para que no se despierten los dolores, pues te traen un grupo de cantores con ruidosas panderetas, villancicos moviditos que retumban en tu cabeza como un ejército al ataque en camellos.
Y si por lo menos no te han obligado al "bailecito que hoy es Navidad"...
Y luego viene lo peor: cuentales lo bien que lo pasasteis. Pero no esperan que se lo cuentes, lo cuentan ellos: teníais que haberle visto, como cantaba y menudo baile que de echo con aquella chica tan simpática del coro, yo veía que se caía y teniamos que ir al hospital.
Y mientras el buen nombre asintiendo y sonriendo pa no quedar bien.
Y al final la puntilla: Al año que viene tenemos que organizarlo mejor, que les gusta el jaleo.
Claro que con cosas como estas, que hay más, pues se va perdiendo el interés por llegar y el dolor de marchar.
No hay mal que con bien no venga.
Y peor que te saquen ese día de la residencia y no cumplas las expectativas y les amarges la fiesta.
El cuarto Mandamiento es clarísimo. Excepto aquellos mayores que necesiten supervisión constante no hay justificación alguna para abandonarles a su suerte.
En el cuento de la cuchara de palo, el padre decide ponerle al abuelo una cuchara de madera mientras matrimonio e hijo comen con cuchara de metal. El nieto empieza a tallar un tocho de madera. Cuando el padre le pregunta qué está tallando el chaval le responde: Las cucharas de madera para usted y madre para cuando sean mayores como mi abuelo.
Esa misma noche el abuelo ya cenó con cuchara de metal.
No creo que mis padres nos llevarán a un internado católico para despreocuparse, sino para que estudiáramos y nos formáramos mejor que no callejeando por ahi, mis hermanos varones se quejaban, las niñas lo llevamos mejor, pero aprendimos. Mi abuelo vivió siempre con nosotros porque tuvo una vejez larga y progresiva, sin enfermedades que necesitaran una atención especializada.
Los topicazos sobre los mayores en residencias no son del todo justos. En todo tiempo y lugar se dan situaciones mejores y peores según personas y circunstancias. Hay mayores que aportan buena relación familiar y otros que la deterioran con su comportamiento lo mismo que los adolescentes, según sean rebeldes, egoístas o buenas personas . Así que todos juntos según qué casos no siempre es lo mejor.
En mi familia no ha habido hasta ahora mayores en residencias, pero supongo que las circunstancias pueden hacerlo necesario.
En fin, lo triste de la vejez es cuando se pierde la salud y la independencia. Muy de acuerdo con el comentario de Antonio FM, así nos vamos despidiendo de la vida y preparándonos para la otra. Dios nos avisa misericordiosamente.
Les deseo a todos una Navidad muy feliz, y si están solos, por las circunstancias, que se sientan bien acompañados.
Ave María
Hay soledades buscadas, hay soledades sufridas, hay soledades que no saben buscar compañía, y hay soledades merecidas. Hoy día, a Dios gracias, hay mecanismos para que los mayores no dependientes no se sientan tan solos: centros cívicos, coros, cursos, grupos parroquiales,... En zonas rurales, sí, es más difícil.
Tengo un vecino que está solo. Es viudo y tiene dos hijos. Pero su carácter es muy difícil y es antisocial. No lo soporta nadie y rechaza a todos. Es como el señor Scrooge, del cuento de Navidad. No obstante, lo invitamos a las uvas cada año en casa. Pero ya le garantizo que de su parte pone poco, porque viene a rastras.
Pero peor lo tienen los que están realmente abandonados, son dependientes (el COVID, para ser justos, lo ha puesto difícil para las visitas en residencias), o no saben buscar compañía. Ésos sí que merecen que nos ocupemos de ellos. No sólo estos días. Todo el año.
Habla de la soledad de los ancianos y de llevarlos a las residencias para librarse de ellos.
No veo rechazo a las residencias por sistema, sí una crítica muy fuerte al abandono de los familiares, a no visitarlos con frecuencia y con cariño para preocuparse de su salud y de su situación, critica también el ir poco y para cumplir, llevando unos dulces a un diabetico; es para pensarlo.
Los jovenes internados en colegios es otra cosa.
Raramente es para quitárselos de encima. Es casi el único sistema para estudiar para quienes no viven en ciudades, aquí el problema es que la inmensa mayoría no tienen medios económicos para pagar un internado, y mucha inteligencia se ha perdido.
La vida se ve de forma muy diferente donde unos tienen problemas, que son incomprensibles para otros o inimaginables, de tipo económico, relaciones familiares, lugar donde se vive...
Pero la sociedad se encamina hacia un individualismo cada vez mayor, se prude la destrucción de la familia y se complica la ayuda entre sus miembros. Con desamparo para las personas más debiles.
Es la agenda 2030 que necesita individuos más débiles y solitarios para que sean manejables.
Pero no olviden que no están solos, tienen al Señor y a sus ángeles custodios que no se separan de ellos....No dejen de rezar cada día y su vida cambiará.....
Naturalmente que tenemos que aguantar al pesado, al obstinado, al cascarrabias, al desordenado y al hortera porque esos son defectos, no pecados, y para eso estamos, o ¿qué crees tú que es la Caridad?
1) Mi cuñada me hace puñeterías y yo no la soporto, así que dejo a mi hermano entre su mujer y yo y, como su mujer es su mujer la escoge a ella, y yo me quedo sin hermano. He hecho un pan como unas tortas.
2) Como mi abuelo es muy rígido yo tampoco lo soporto y dejo a mi abuela entre su marido y yo. Ella, que no es tonta, escoge a su marido y entonces yo me quedo sin abuelos. Buen camino he cogido, etc...
Y todo eso porque no me da la gana de aguantar ni siquiera por amor a la familia.
Si las personas a las que cuidé hubiesen carecido de defectos habrían sido sobrehumanas, pero, como no eran sobrehumanas, es evidente que tuve que soportar al gunas cosas, en la misma medida que ellos tuvieron que soportarme a mi. Superar eso se llama amor.
Curiosamente un defraudador que va a la cárcel, que eso sí es pecado, tiene muchas posibilidades de encontrar a su mujer cuando salga porque a ésta el pecado de su marido le importa un pito ya que la tiene como una reina.
La sociedad actual es muy tolerante con los pecados y muy intolerante con los defectos y así nos va.
¿Quién es nuestro prójimo? ¿Por qué y para qué aguanto sus flaquezas y socorro sus necesidades?
Trabajaba en una empresa con cerca de 20.000 empleados.
Un jubilado periódicamente, venía a visitar a ciertos compañeros que le daban algún dinero.
Todos los días se pasaba por los hospitales donde hubiese algún compañero y también a quienes tenían alguna dificultad y los socorria con el dinero recogido.
Para mi era un ejemplo a seguir en mi jubilación.
Su hijo también trabajaba en la empresa, y un día le manifesté la admiración que sentía por su padre.
Me sorprendió al soltar un esabructo contra su padre y me conto:
Mi padre todos los días se levanta a las 6. Asea a mi madre, que está inválida, la da el desayuno y a las 7,5 sale para ir a misa.
Se va a visitar a quienes viven solos y a los hospitales y sobre las 2 vuelve a casa.
Mi madre está sola toda la mañana.
¿Esto es lo que merece tu admiración? Me preguntó.
Fue una de esas cosas que han sido un hito en mi vida.
No apreciamos el valor de las personas que entregan su vida por su familia, en solitario
Admiramos más a quien entrega su vida por los demás, en comunidad, apoyados por esa comunidad.
Esto me lleva a preguntarme por qué hay tanta desproporción de Santos que vivieron en conventos u ordenados, con respecto a quienes han vivido en familias.
O quizás sea mejor decir entre quienes han vivido su santidad en un ámbito menos público y los otros.
Por supuesto me refiero a Santos canonizados.
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