El cortijo del señor cura
Ayer hemos tenido visita “oficial” en La Serna y Piñuécar. Acudió doña Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid y, entre otras cosas, quiso conocer los templos parroquiales que, en el caso de La Serna, pude mostrarle personalmente.
Y ahí surgió, una vez más, la posibilidad de la declaración de Bienes de Interés Cultural (BIC) de algunos de nuestros templos. La consejera avisaba de las restricciones que supone para los templos, ya que cualquier actuación debe contar con los preceptivos informes de la Comunidad de Madrid. Le dije: por eso me parece fundamental la declaración, porque conozco a mis colegas y lo mismo te encuentras sacerdotes cuidadosos y respetuosos con sus templos que curas terroristas que se piensan que el templo es su cortijo y hacen y deshacen sin más ley que su capricho ni más criterios que el de sus personales manías.
Demasiadas veces me he encontrado con gentes, especialmente en pueblos, que te cuentan y no acaban. A veces, por excesos: ya ve usted, llegó D. Fulano y nos llenó la iglesia de santos, de cuadros, quitó unos, puso otros, modificó el altar, arregló el presbiterio. Rafaela es experta en esas cosas:
- ¿El altar mayor, dices? De niña estaba en el ábside, sobre una plataforma a la que se subía por unos cuantos escalones. Cuando el concilio, D. Senén lo pudo en el centro de la nave para hacer las misas más comunitarias que decía él. Posteriormente, cuando la reforma de D. Justo, lo colocaron en medio del crucero. Ahora está de nuevo en el ábside, aunque menos alto, y así hasta que venga otro cura y decida.
Y si quieres te cuento lo del coro, de madera, que estaba estupendamente y decidieron que era mejor quitarlo. Porque sí. Luego en tus tiempos volvió a levantarse. Como lo de la pila bautismal, medieval y de mucho mérito, que estuvo al fondo de la nave, luego en medio de la iglesia, de ahí pasó a macetero en el portalillo y ahora otra vez en la iglesia.
Los templos no son nuestros y mucho menos el cortijo personal del señor cura que se dedica a sus originalidades y caprichos sin entender que esos templos son historia viva y que por más que él sea el señor cura tiene un deber grave de ser prudente en la estética y también en la economía, porque, como dice Rafaela, los cambios los decide el sacerdote pero los pagamos los fieles, y ya es triste.
Lo mejor que podemos aportar los sacerdotes a los templos es hacer pocas cosas: restaurar con garantías lo que se pueda, consevar en el mejor estado posible altares e imágenes y cambiar lo imprescindible que exija la liturgia. Y ya. Por eso es importante la protección: para garantizar su cuidado y blindarse de los posibles caprichos del cura de turno.
29 comentarios
Proteger la Iglesia y las iglesias debe hacerse desde dentro de la Iglesia. Nunca contar con los de fuera.
Vamos: 1 Corintios 6,3: ¡Cómo es posible que cuando uno de ustedes tiene algún conflicto con otro, se atreve a reclamar justicia a los injustos, en lugar de someterse al juicio de los santos?
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Jorge:
Conozco a los míos.
Cierto también que las pequeñas iglesias de por allí son un tesoro y es bueno que el Estado se encargue del mantenimiento de la estructura y las obras de arte. De curas descuidados, sabrá Ud. más que yo, naturalmente.
En fin, yo lo consultaría con 20 almohadas. Le rezo su Avemaría.
En todo caso "Instaurare omnia in Christo", que dijo el papa santo, San Pío X (aunque Pío XII también era un santazo... el padre Pío le vio entrar en el Cielo poco después de morir, lo cual es un testimonio de altísimo valor).
No conozco el caso así que quizás pueda tener sentido, pero de cualquier manera, ¿no es triste tener que recurrir a la supuesta protección del Estado para cuidar algo que es nuestro de nosotros mismos?
Acuérdese de Francia. Allí, todos los templos anteriores a 1910 (creo recordar) pertenecen al estado francés. El problema es que, no solo no ha evitado esto las innovaciones de los "guays", sino que también han dejado a la Iglesia a merced del estado. No solo eso, la mayoría de los templos históricos están muy mal conservados.
Allí pertenecen al estado masonazo francés. Aquí puede que vayamos por el mismo camino. Nada más que veamos a las catedrales convertidas en museos. De ahí al "expropiese" hay un paso
Además al hacer la declaración de la renta desgrava.
Ante las fuertes protestas de los vecinos y de toda la comarca, el cura "sólo" fue trasladado. Jamás pidió perdón (oficialmente, al menos). De hecho, insistía en que su miedo insuperable justificaba tal acción.
Gracias a Dios, se contaba con reportaje fotográfico y documental importante que permitió reconstruir al detalle el altar (no así el púlpito) hace unos años.
Hoy es (casi) imposible que sucedan cosas así. Ahora bien, como ha apuntado un comentarista, cuidado con los BICs.
Oremos
Lo digo porque la catalogación de BIC, con las restricciones que conlleva a la autoridad eclesial, me parece rallano a lo que ocurre en Francia, donde los templos son del estado, es decir, del gobierno
será que el obispo en su palacio episcopal tiene mucho trabajo burocrático-político-religioso…
Vd. seguramente no conoce como son las cosas: Los obispos cuando se mezclan con la feligresía pierden unción pública. Entonces se trata pues de que aparezcan poco por parroquias y si en muchos actos de Cáritas y con políticos. Espero haberle ayudado ;-)
""Don Jorge, antes de tomar una decisión, entérese bien de las obligaciones que se asumen con un BIC: creo q hay que abrirlos al menos tres dias al mes para el turismo, hay obligaciones en cuento al mantenimiento, custodia… en fin, sólo entérese bien.""
Para hacerlo bien, D. Jorge debería enterarse de las obligaciones futuras que contraen los BIC, cuando se realice alguna modificación legislativa sobre ellos.
Por muy mal que esté la cosa, lejos el satán del estado
Creo que sería bueno pedir al obispado que tuviera un equipo preparado para hacer las restauraciones o al menos supervisarlas.
Imáginese lo que le podria hacer en la iglesia una consejera o consejero de cultura de Podemos.
Me parece que (espero que inadvertidamente) usted cae en la falacia de contradecir la doctrina de la Iglesia consigo misma, ya que interpreta el catecismo de S. Juan Pablo II con la doctrina de San Pio X.
Y según Benedicto XVI, eso no es católico. Le aconsejo que profundice en su reflexión, para evitar salirse de la Iglesia, creyendo además que se encuentra perfecatmente dentro:
San Pío X Notre charge apostolique, del 25 de agosto de 1910:
clerus . org/bibliaclerusonline/pt/j2s.htm
39. (...) Mas cuiden esos sacerdotes de no dejarse extraviar en el dédalo de las opiniones contemporaneas por el espejismo de una falsa democracia; no tomen de la retorica de los peores enemigos de la Iglesia, y del pueblo un lenguaje enfatico y lleno de promesas tan sonoras como irrealizables; persuadanse que la cuestión social y la ciencia social no nacierón ayer; que en todas las edades la Iglesia y el Estado concertados felizmente suscitarón para el bienestar de la sociedad organizaciones fecundas; que la Iglesia que jamás ha traicionado la felicidad del pueblo con alianzas comprometedoras, no tiene que desligarse de lo pasado, antes le basta anudar, con el concurso de los verdaderos obreros de la restauración social, los organismos rotos por la revolución, y adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano de que estuvierón animados, al nuevo medio creado por la evolución material de la sociedad contemporanea, porque los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas.
En cierta ocasión en una reunión de pastoral una bildutarra manifestó su disgusto por que un cura dijo que no todos éramos hijos de Dios, lo que provocó un rasgado de vestiduras generalizado. Yo apunté que en estricta teología joánica tenía razón, porque en el prólogo de su evangelio aclaró que todos somos CRIATURAS de Dios, pero que sólo los que acogieron su luz podrían ser hijos de Dios. Se hizo un silencio incómodo.
Cuando dejé de asistir a esas reuniones, provoqué mucho alivio.
Y gracias a Providence por recordar el punto 83 del catecismo, que está totalmente de acuerdo con toda la doctrina tradicional de la Iglesia, incluyendo a Pío X.
Por cierto que aparte de no contradecir para nada al 83 del catecismo, la carta esa de San Pío X utiliza la palabra tradicionalista en el sentido normal, no ideológico y concreto de ningún grupo que diga serlo. Es de esperar que la mayoría de los que dicen serlo, lo sean, pero eso significaría q aceptan la doctrina de la Iglesia que ha sido siempre la del punto 83.
Ave María
Así se han convertido catedrales y templos de todas las categorías en museos con finalidad turística, en los que los visitantes entran sin ningún respeto para el lugar (incluso para el Santísimo expuesto), sin nadie que les frene, y donde el culto se limita cada vez más. Conozco ejemplos espantosos.
también hay que tener en cuenta que la aplicación de las consecuencias de la declaración como BIC depende de qué partido gobierne y de qué persona sea el Consejero encarado.
Sólo quiero poner de manifiesto los riesgos que me preocuparían a mí.
Pero decida Ud, D. Jorge, que lo habrá valorado todo con la prudencia y el sentido común que le sobran.
Un saludo.
EL Estado es una pelota de corruptos con leyes de cartón pintado. Que aprueba aborto y eutanasia. y Ud. les da legitimidad y los reconoce?
Jesús no va a conocer a los que no lo reconocieron a él ni a su doctrina.
El Estado es el.problema. La corrupción en todos sus sentidos.
Providencia ha emitido un peligroso juicio de valor, interpretando de forma temeraria el Catecismo, contra el sentido habitual de la Iglesia, expresado por San Pío X.
Usted se suma a la temeridad. Pues que sepa que quien ama el peligro......
No sé si habrá alguna malinterpretación entre ustedes, pero Providence en ese comentario no ha interpretado el Catecismo en contra de nada.
Se ha limitado a ponerlo tal cual es, porque el 83 está muy claro y no tiene nada que interpretar.
Y le pregunta a UD si está de acuerdo con ese punto.
Yo añado q evidentemente ese punto 83 no contradice para nada la carta q usted ha puesto.
Y digo que un verdadero tradicionalista forzosamente debe aceptar la diferencia entre tradición y Tradición de ese punto 83, q siempre se ha hecho en la Iglesia ya desde el siglo I y es constante en los documentos.
Ni UD ni yo tenemos que decidir qué es tradición y q es Tradición, para eso está la doctrina de la Iglesia y el Magisterio - que siguen teniendo la continuidad y consistencia de siempre y el criterio es de la autoridad competente.
Así que ni los sacerdotes de la carta, ni UD ni yo somos los que marcamos el criterio de lo que es Tradición.
Al margen de que UD o yo o quien sea nos autoproclamemos tradicionalistas o no. Eso es un asunto particular de cada cual q no viene al caso.
Despedida cordial
Voy a la misa que más me gusta, confieso, comulgo y sanseacabó. Como anuncien la visita de algún obispo, ese día escucho misa en otra parroquia.
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