Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño
No he podido por menos de fijarme muy especialmente en estas palabras de Cristo refiriendose a san Bartolomé: “Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño".
Mi impresión, la mía, y tal vez equivocada, pudiera ser, es vivir en un tiempo eclesial en el que nunca sabes ni dónde estás, ni lo que pasa, lo que hay que hacer, creer o celebrar. Tiempo en el que las cosas son como son o no, o quizás lo sean, aunque pudiera parecer que sí, pero en realidad es que quizá con la pretensión de llegar a no, sin que se note, o seguir con el sí aparentando que no nos gusta aunque pudiéramos estar encantados.
Esto es lo que es, pero desde la flexibilidad de que no lo sea, o soltando globos sonda de diferentes tamaños que escudriñan mentes y corazones, sugieren nuevos caminos aéreos y al mismo tiempo son capaces de aterrizar de urgencia si fuera preciso.
Estas cosas comienzan por pequeñas chorraditas a las que no se da especial importancia por la cosa de que no se nos tache de tiquismiquis y van in crescendo en ruido y autoridad que las respalde, porque una cosa, por ejemplo, es que mi amiga Susi tomando café o la reverenda madre Trinidad de la Purísima Sangre, llámame Trini, en encuentro fraterno de yoga y mindfulness, reivindiquen el sacerdocio femenino, y otra muy diferente es que lo haga el neocardenal McElroy. Tampoco es igual que Raimundo y Sinforosa, con cinco chavales a sus espaldas, rechinen con la Humanae Vitae, a que lo haga un teólogo de la Academia por la Vida, entre otras cosas porque Raimundo y Sinforosa, años luchando por vivir según les ha enseñado la Iglesia, están empezando a sentir que se les ha tomado el pelo a ellos o se lo toman ahora a otros. Y esto, en cualquier caso, no es nada bueno.
Podría hablar de más cosas. Por ejemplo, de si eso de yacer varón con varón como si fuera mujer sigue siendo abominación y si eso de que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, que enseña el Catecismo, sigue siendo válido, porque parece que no casa con la bendición pública de parejas homosexuales que mantienen relaciones íntimas.
Pues eso, que hoy leo lo de “un israelita de verdad en quien no hay engaño” y me da envidia. Cosas mías. Debe ser que a los serranos nos cuesta mucho lo de los matices, no debemos estar preparados para la nueva sinodalidad, somos de pueblo, no nos pidan más, y nos gustaría más saber si lo blanco es blanco, lo negro negro y lo grisáceo gris. Cosas nuestras.
27 comentarios
Gracias por su comentario del Evangelio de hoy, tan provechoso.
He estado en misa y el sacerdote ha anunciado que hoy era San Bartolomé, iba vestido de rojo, etc. pero ni la primera lectura ni el salmo ni el Evangelio eran los de hoy, en concreto ha leído el de los sepulcros blanqueados.
Tiene alguna importancia esta circunstancia para el desarrollo de la Eucaristía? Me ha pasado en alguna otra ocasión y siempre me queda la duda.
Muchísimas gracias.
Celebrar como la Iglesia exige y pide que se celebre.
Hacer siempre la voluntad de Dios.
La sinceridad, la franqueza, el no tener recovecos, el ir por la línea recta, etc...debería ser una característica de todos los cristianos porque es lo que se deriva del Evangelio.
Mateo, o Leví, necesitó conversión, pero Bartolomé estaba en barbecho para recibir la semilla del Evangelio porque ya era un israelita sincero. Por eso iba siguiendo a "El Bautista" y por eso siguió a Jesús.
Sé que tal elogio nunca lo recibiré yo porque en el pasado no fui sincera y ahora, como Mateo, trato de serlo. Como dice el Pater, da un poco de envidia oír esto de alguien en boca de Jesús.
A este paso, ¿qué más me da ser católico, o budista, o…? Mejor anglicano, casi prefiero la reina de Inglaterra a Bergoglio.
En fin, sé que he perdido la esperanza, que eso es pecado, pero…
El mundo moderno no va más, no da para más, no se mantiene en pie. Ha perdido la racionalidad, el sentido común, su justificación de existir.
Es un cadáver con apariencias de moribundo. No lo salvan las recetas “moderadas” (Chesterton) que apuntan a la pantorrilla, hay que apuntar al corazón, o a la cabeza.
Y si el corazón, o la cabeza, no se componen, que muera.
Buscando y revolviendo, hallamos en él piezas de museo, libracos de bibliotecas, antologías escritas, no leídas ni menos vividas, un sinfín de cosas meritorias que inventó e hizo el “hombre viejo del pecado” de otros tiempos,pareceres y circunstancias, pero que en manos, mentes y corazones actuales no alcanzan a parar el derrumbe.
Es mejor hablar claro, agarrarse de algo si uno se tambalea por lo que viene y ha comenzado, por lo que vemos y veremos, por lo que anda mal y por lo que andará peor.
Si no queremos despertar de sueños infantiles, de recuerdos de fábulas y charlas de café con humos que nos consuelan, si preferimos guarecernos de la tempestad que asola prendidos a alguna rama, nos llevará la correntada.
Derribemos el mundo moderno con oraciones, con mente y corazón firmes, sabedores de que poco o nada podemos humanamente hacer contra su enorme estructura científica, técnica, de laboratorios, de producción-consumo, financiera, política, de perversión, de planificación anti-humanidad, asesina y suicida.
Deseemos el triunfo del Corazón Inmaculado de María, combatamos bajo su Conducción, proclamemos la eminente Dignidad de la Madre de Dios, Madre y Reina del Cielo y de la Tierra, honremos todos sus Títulos de Majestad cuasi Infinita.
Y esperemos confiados que María pisará la cabeza del dragón, aún cuando para ello requiera la humanidad pasar por la tribulación purificadora.
Y si no queremos que sea derribada la moderna Babilonia, que reviente, con todas las peores consecuencias.
- los promocionados y los que reciben una patada en el trasero
- los que pueden hablar y a los que se hace callar
- las órdenes comisionadas y las que no lo son
- los seminarios destruidos y los que no...
Iglesia china, Ciudad del Este, San Rafael, Franciscanos de la Inmaculada, Santa Misa tradicional, Burke, Zen, Sarah, Torres, Muller, Instituto de la familia JPII, Orden de Malta, P. Raul Sanchez, P. Rivas...
Dado que los que viven en el error no pueden cambiar la Doctrina, porque la Iglesia Católica ya contaba con ello, entonces usan la ambigüedad, el falso victimismo, la falsa lástima demoniaca en la que el lacrimógeno fin justifica los medios de la desobediencia a Dios... el "sí pero no", el tienes razón pero todo está justificado por la (falsa) misericordia, la "pastoral" particular que divierte de la Doctrina de siempre y a través de la pastoral se contadice de hecho el Magisterio, el hacer cambios por la vía de los hechos pero dejando la Verdad y la Doctrina en una "urna" como si fuera un ideal irrealizable (como si no se hubiera realizado durante 2.000 años de catolicismo hasta hoy en día), etcétera, etcétera, etcétera.
En un porcentaje de los tristes casos ni siquiera hay buena intención... gente sin fe y con mala vida que quiere destruir y justificar sus conciencias. Están posicionados donde no les corresponde y se dedican a aprovecharse de los corderos en vez de apacentarlos y guiarlos, mientras destruyen aquéllo que desprecian y justifican sus malas inclinaciones. En otros casos también hay "tontos útiles" que se creen las mentiras disfrazadas de misericordia ó de "modernidad", ó no tienen suficientes argumentos para combatirlas porque han sido mal formados. Unas buenas intenciones sin la suficiente formación que conllevan un gravísimo riesgo y peligro. Hay ejemplos para todos los gustos, eso seguro.
El truco de satanas suele ser disfrazarse de bien para que hagamos el mal, el típico "buen" fin que justifica unos malos e ilegítimos medios... que ofendamos a Dios con una falsa autojustificación usando un buenismo ó un aparente bondadoso fin.
Peligrosísimo, pero dado que la Verdad destruye la mentira, estemos muy cerca de nuestro Señor Jesucristo, acompañado de Su Santísima Madre, les vencerá siempre, obviamente, pero tenemos que poner de nuestra parte, porque Él nos hizo libres. Aferrémonos firmemente a los Dogmas y a la Doctrina Católica de siempre, como aconsejó Su Santidad Benedicto XVI, y así no nos equivocaremos.
Tampoco eran mejores los que nos invitaban a ser generosos y "abrirnos a la vida" pero, al mismo tiempo, propugnaban la neutralidad religiosa del Estado y la laicidad de las leyes. La laicidad positiva ....
Aquellos echaban pesados fardos sobre nuestros hombros sin ayudarnos a llevarlos. Porque ¿cómo crear y educar familias numerosas no ya sin el apoyo del derecho y de la comunidad política, sino contra Estados laicos y leyes inicuas, en una sociedad donde todo conspira a favor de la impiedad y la impureza?
Que reine nuestro Señor Jesucristo sobre nuestras almas, sobre nuestras familias y sobre nuestras naciones.
¡Felicidades a los Bartolomé!
1. El Señor Jesús, el Mesías o Cristo, verdadero Dios y Hombre, nos llama a una vocación celestial en el Cuerpo de Cristo.
2. Porque cuando "estamos debajo de la higuera", cuando somos Pueblo de Dios, Dios nos ve.
3. Y cuando Dios no ve, cuando cumplimos Su Voluntad, somos verdaderos ciudadanos de Su Ciudad como explica San Agustín:
Libro Primero
En defensa de la religión cristiana
Libro Segundo
Los dioses y la degradación de Roma
Libro Tercero
Los dioses y los males físicos en Roma
Libro Cuarto
La grandeza de Roma como don divino
Libro Quinto
El destino y la Providencia
Libro Sexto
La teología mítica según Varrón
Libro Séptimo
La teología civil y sus dioses
Libro Octavo
Teología natural y filosofía
Libro Noveno
Cristo, Mediador
Libro Décimo
El culto del verdadero Dios
Libro Undécimo
Origen de las dos ciudades
Libro Duodécimo
Los ángeles y la creación del hombre
Libro Decimotercero
La muerte como pena del pecado
Libro Decimocuarto
El pecado y las pasiones
Libro Decimoquinto
Las dos ciudades en la tierra
Libro Decimosexto
De Noé a los profetas
Libro Decimoséptimo
De los profetas a Cristo
Libro Decimooctavo
Paralelismo entre las dos ciudades
Libro Decimonoveno
Fines de las dos ciudades
Libro Vigésimo
El juicio final
Libro Vigesimoprimero
El infierno, fin de la ciudad terrena
Libro Vigesimosegundo
El cielo, fin de la ciudad de Dios
Desde los primeros tiempos del cristianismo ha pasado lo mismo, porque la gente es como es y hace lo que hace…
Quienes quieren seguir a Dios oyen a los predicadores, pero siguen la Palabra escrita desde el principio.
No se puede vivir de oídas, hay que buscar e interesarse por la verdad en las Escrituras. Cuando no se tiene algo claro se busca ayuda de garantía no de cualquiera.
Orando y confiando en Dios que nos ayuda. Son disculpas hipócritas quejarse de que no se sabe que hacer…
Una señal directa para que que podamos "ver, juzgar y actuar", discernir entre los que son de verdad y los otros.
El engaño está en el Pecado Original y de allí creció.
Para ser engañado debemos aceptarlo, una opción, una elección vital, terminal, personal, personalísima.
Podemos libremente elegir entre verdad y engaño y esa elección tendrá efecto directo en el Juicio Final cuando debamos presentarnos y explicar la elección.
Dios te salve María, llena eres de gracia...
Por supuesto que a uno le da cierta envidia, de la buena, (si un pecado capital puede tener una cara buena, que ahora todo es posible), al ver que hubo tiempos en que las personas eran de verdad, o de mentiras. Sí. sí, o no,no.
Los tiempos en que vivimos son terriblemente contradictorios. Se habla de tolerancia pero, en la práctica, todo lo que se haga o diga es tomado como una ofensa o una agresión y cualquier charla acaba en una confrontación precisamente por falta de tolerancia,
Hemos llegado al punto en que hasta la más mínima expresión puede resultar ofensiva para alguien. Y, con tal de evitar que quien se sienta aludido y ofendido corra a ponernos una etiqueta, acabamos hablando con tal exceso de prudencia que todo lo que decimos es ambiguo y evitamos las afirmaciones tajantes. Lamentablemente, la jerarquía de la Iglesia ha caído en ese juego y ha acabado matizándolo todo con tal de no hacer ruido.
Personalmente creo que tanto los de dentro como los de fuera de la Iglesia, preferirían más claridad. Todos sabemos que los judíos no comen carne de cerdo, los budistas no comen carne del todo, los musulmanes no beben alcohol y los mormones no beben café. Ni los de dentro ni los de fuera de esas religiones cuestionan la norma, ni pretenden cambiarla. Habrá, dentro y fuera, quien la considere absurda, pero esa es la norma y punto. Si se le preguntara a algún líder de esas religiones el porqué de esa norma, respondería con las razones que la sustentan, sin intentar flexibilizar la norma para no ofender a quienes comen chorizo con copita y rematan con café. De la misma forma, tanto los de dentro como los de fuera de la Iglesia, tienen claro que, en la doctrina católica el matrimonio ha sido siempre entre hombre y mujer y, aunque la pareja se separe, el matrimonio sigue siendo válido y vigente hasta que uno de los dos muera. ¿Es tan difícil decir que las cosas son como son y no como fulano o mengano quisieran?
La situación actual, por absurda, no puede durar. Quien hace una pregunta concreta, espera una respuesta concreta.
Imaginemos que un no católico, no cristiano o no creyente estudiante de Derecho, quisiera hacer su tesis sobre la doctrina católica del matrimonio. Consultar en la biblioteca textos desde los Santos Padres de la Iglesia hasta inicios y mediados del Siglo XX, le aclararán el tema. Entrevistar a un cura o un obispo de estos tiempos más bien lo confundirá.
Volveremos a la claridad de si, si, no, no, querido Padre Jorge. Llegará el día, tan pronto que usted y yo podremos verlo, en que toda está flexibilidad para no ofender, en causar rabia, dolor y tristeza, cause risa.
Rezo su Ave María.
Tengo también la sensación de Martínna de que no hay nada nuevo bajo el sol. Y de que cada cual tiene que llevar las riendas de su vida sin excusas, orando y confiando en Dios.
Ave María
Esta frase la oiríamos mucho más si dejásemos de igualar "obediencia" a "sumisión". Un obediente ciego nunca será un buen católico.
- Mateo -
También tenemos la petición de la Virgen María en Fátima de que se consagrara Rusia a su Inmaculado Corazón, para evitar que sus errores se esparcieran por el mundo y sobre todo se infiltraran en Su Iglesia, pero incomprensiblemente no se hizo caso de la petición hasta muchas décadas después, cuando ya era demasiado tarde. Por cierto, muy poquito después caía el muro de Berlín, sin disparar ni un solo tiro y de forma pacífica. Sin embargo hay gente que piensa que la consagración fue incompleta al no mencionarse explícitamente a Rusia, y que por ello la conversión del país no fue completa (no se han hecho católicos, etc). Entre estos últimos están nada menos que el padre Amorth y Mons. Schneider, que pidieron una consagración definitiva mencionando a Rusia.
No le prestemos atención al que se aparta de esas FUENTES.
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