Curas que son héroes
Demasiadas veces aparecen por aquí críticas a los sacerdotes. La misma doña Rafaela ha tenido peloteras constantes con los curas de su pueblo. En muchos casos los fieles tienen razón, porque se encuentran que no respetamos la liturgia, somos remisos en el trabajo, nos hacemos comodones.
Es fácil soltar criticas. Más nos cuesta reconocer las cosas bien hechas, incluso las extrordinariamente bien hechas nos parecen obligación. Por eso, al comenzar los días de la semana santa quiero rendir reconocimiento desde aquí a tantos compañeros que se desloman para celebrar la semana santa multiplicándose y dejando su vida en la cruz pensando en sus feligreses que, muchos o pocos, necesitan celebrar el misterio pascual.
Entiendo el trabajo intenso en catedrales, monasterios, parroquias de primera fila, basílicas, grandes centros de culto, pero hoy he querido acercarme a lugares más olvidados donde curas, también casi olvidados, en estos días intensos, van a dar no el do de pecho, el do y el fa si fuera necesario.
Me siento especialmente unido a la diócesis de Lugo. La amistad con algunos sacerdotes que comenzó a través de las redes se hizo real y me concedieron la gracia de dirigirles unos ejercicios espirituales. Tuve la oportunidad de conocer sus dificultades y su espíritu sacerdotal impresionante en tantos casos, y de compartir mesa y charla abundante con su obispo, D. Alfonso. Lugo es la diócesis de España con mayor número de parroquias: 1138. Me contaba D. Alfonso que él distribuía parroquias enre sacerdotes como si fueran huevos: por docenas y medias docenas.
Hace unos días uno de estos sacerdotes, Miguel Asorey, colgaba en Facebook los horarios de semana santa de sus parroquias. Perdona Miguel que te cite, es igual, como tú hay muchos, disculpa que me tome esta libertad por la amistad y el afecto que nos une. Pues bien, Miguel, entre viernes, sábado y domingo, ha celebrado TRECE misas de ramos, y tiene previstas, jueves y viernes santo, CUATRO celebraciones diarias. En él no me sorprende, porque llegan días de los santos y los fieles difuntos y se desvive.
Auténticos héroes. Nadie podría reprochar que se limitara a dos o tres celebraciones como mucho cada día. Pero igual que algunos somos más comodones, servidor por ejemplo, que son tres celebraciones cada día y además contaré con ayuda, los hay que no piensan en sí mismos, en kilómetros, coches, preparar cosas… y se lanzan al servicio de sus comunidades con todo entusiasmo, sabiendo que el que entrega su vida por Cristo y por el evangelio, la encontratrá.
Cuando tantas veces nos quejamos de los curas, que no digo que no existan motivos, hoy quiero deciros, simplemente, que en muchos lugares, tenéis curas sencillos, trabajadores, enamorados de Cristo y de su Iglesia y que, calladamente, se entregan a sus fieles, como Miguel, como tantos otros. Que no les falten nunca, especialmente en estos días intensos de oración y trabajo pastoral, una oración y todo nuestro apoyo.
26 comentarios
Recompensados con el ciento por uno.
¡Ave María, padre!
Dios te salve María...
Feliz Semana Santa D. Jorge y a todos los que frecuentan su blog.
Recuerdo de niño como el cura se desplazaba en una vespino entre los pueblos lloviera o nevara.
Y en cada sacristía una señora Rafaela con los ornamentos preparados
Ave María
Saludos cordiales.
Como Anónimo, conocí bien la vida del cura rural en los años 70 en aquellos veranos inolvidables en un pequeño pueblo castellano... Al que más conocí se desplazaba en un Citroën dos caballos
El Dos Caballos era indestructible, a paso de caballito trotón pero muy seguro... eso hacía invulnerables a todos los curas y monjas conductores... y si había problemas de engrase, como la dirección o el cambio de marchas, hasta un plátano chafado servía de lubricante... una barca cuando iba por caminos de herradura... ;)
Un pequeño detalle acompaña el enorme despliegue heroico y la da más sentido desde el sacramento, permite que los fieles cumplan su deber Canon "920 § 1. Todo fiel, después de la primera comunión, está obligado a comulgar por lo menos una vez al año. § 2. Este precepto debe cumplirse durante el tiempo pascual, a no ser que por causa justa se cumpla en otro tiempo dentro del año.
El Señor, Santa María del Camino, los Santos Ángeles y San Cristóbal los bendigan, premien y guarden.
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum...
Conozco a varios de ellos. Curas capaces de dedicar unas horas de su apretadísima agenda para coger el coche y recorrer kilómetros sólo para atender a una anciana encamada que anhelaba hablar, confesar y comulgar. Curas que no salen en las revistas ni los medios los aupan, no son famosos de corbata, pero el bien y la paz que transmiten es incalculable. Lo sé, lo he visto.
Gracias, héroes desconocidos por la sociedad.
En países como Guatemala, Honduras, Brasil, y otros de América Latina hace tiempo que existen delegados de la palabra, líderes de la comunidad, catequistas, etc que hacen celebraciones de la palabra; porque el presbítero ordenado o el diácono no puede llegar a todo.
No tiene sentido que el cura tenga que hacer el fin de semana tropecientas celebraciones como churros, sin llegar a todo con la lengua fuera.
En España, en algunas diócesis, hay equipos de seglares y religiosos/as que hacen también este tipos de celebraciones.
Cuidado, que el sacerdote ministerial siempre será necesario, pero tampoco tiene que caer en él todo el peso de la acción parroquial.
Además, en el futuro, la tendencia es que se de esto cada vez más, aunque se que hay muchas reticencias y miedos por los ministerios laicales, pero vamos hacia eso.
Y habrá que aceptarlo con normalidad. En América llevan mas de 30 años.
Esto en zonas llanas y bien comunicadas podría no ser problema. Sin embargo en zonas de montaña o en áreas con mucha dispersión poblacional y carreteras comarcales que más bien son pistas forestales (Galicia por ejemplo) esto es un serio problema, y más aún teniendo en cuenta la lluvia, el mal tiempo o las prisas para poder atender los horarios.
No estaría de más que la Conferencia Episcopal publicara los accidentes que han sufrido muchos de estos curas. Si no me equivoco, el antecesor del Padre Jorge en la Sierra de Madrid, q.e.p.d, es un ejemplo de lo que digo.
Y tampoco estaría de más que buena parte del dinero que en la Iglesia se dilapida en tonterías de sínodos, conferencias vacías, charlas y coloquios insustanciales y chorradas varias se empleara en dar mayor cobertura y seguridad a esos curas de pueblo que se juegan la vida.
No tiene márketing eso de vivir en un pueblo semi desierto y cuidando la vida espiritual de compatriotas más que jubilados... pero las almas de los pocos españoles que quedan en la España vaciada (por usar un término hoy de moda) son las joyas maravillosas que Dios reclama para sí, y sus oraciones por todos son oro molido. Ahí está el futuro, cada alma es un tesoro maravilloso de nuestro Creador, y como bien hizo el cura de Ars, la salvación de los parroquianos de cualquier lugar por pequeño que sea es el gran objetivo del Sacerdote que sirve a Dios.
Porque como dijo San Ignacio, "El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma; y las otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden a conseguir el fin para el que es creado."
Llevémos estas palabras hasta el último rincón de la tierra, ahí donde Dios nos quiera poner.
Realmente esta reflexión me sirve para agradecer efusivamente desde aquí a todos los sacerdotes que hacen esos esfuerzos tan bonitos y tan duros para que algunos pocos católicos españoles de los que ya nadie se preocupa puedan tener una MISA católica cada domingo (ó cada sábado por la tarde ó cuando pueda ser).
Es una maravilla, es un privilegio inconmensurable, y es el mejor regalo que un ser humano puede tener. Mil kilómetros en coche merecerían la pena para poder asistir a una misa católica...
Qué bonito que esos católicos de nuestra España puedan tener su misa, y en esas Iglesias impresionantes de nuestra patria Católica, que algún día, con la ayuda de Dios, volverá a su ser y a su esencia, que es la mejor que cualquier nación puede soñar.
Lo que quiero decir es que no es comparable, que no es "la solución", y que valoro MUCHO el hecho de que los sacerdotes heróicos (como dice el padre Jorge) hagan esfuerzos increíbles por celebrar el Santo Sacrificio para unos pocos vecinos en varios pueblos a grandes distancias... gracias DE CORAZÓN a todos esos sacedotes por sus trabajos y sacrificios. Ojalá cuando lo necesitemos los demás podamos tener ese gran regalo de la Misa a través de un heróico y esforzado Sacerdote, enviado por Dios.
Como los soldados, no es su obligación ser héroes, basta con que cumplan las órdenes y los protocolos. Aquí cada uno puede hacer de su capa un sayo; y canónicamente no se explicita la diferencia entre el que ya ha celebrado su misa y se tira a la bartola en el sillón y entre quien por celo de salvar almas deja su móvil encendido a la noche para asistir a alguien que le llame. O pasar horas en el confesionario por si viene alguno. O montar una Adoración Perpetua.
Usted confunde (motivos no le faltan) entre un cura de vocación y un funcionario.
"Pa eso se han hecho curas" Además de letras en su escrito, le falta algo más profundo: Un intentar comprender el misterio que es la vocación sacerdotal.
Luego, en cierta diócesis, tenemos que lamentar que los fieles que no pueden acercarse a la Misa Crismal -que por cuestiones prácticas se celebra en la tarde-noche del miércoles santo- se queden ese día sin la Misa de cada día, puesto que todo el presbiterado acude a la Catedral para renovar sus promesas sacerdotales. Y resulta que la Misa Crismal se celebra a la misma hora en que se celebra la Misa en prácticamente todas las parroquias. Uno no puede evitar preguntarse en qué estarán pensando los que toman estas decisiones en la Curia. Mira que es fácil: si la Misa diaria es vespertina -como es el caso- la Misa Crismal se celebra por la mañana y, de paso, damos verdadero realce a lo que celebramos. Incluso, y me consta que así se hace en varios lugares, se fomenta la participación en la Misa Crismal y se vive con piedad y devoción la recepción de los oleos sagrados en la propia parroquia.
Gracias, D. Jorge, por su sentido común, eclesial y sacerdotal.
Ave Maria, gratia plena...
Después de leer sus comentarios respecto a estos curas, y de leer el blog de Néstor sobre la condenación, pienso en la importancia de no dar a nadie por perdido. Vivir para Dios y para llevar a Dios.
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